THE AMAZING

siento que no debí hablar con esa mujer

—imposible". Spider-Man Hablando.

—por un demonio .Pensamiento de personajes.

—no puedo seguir así. Pensamientos de Spider-Man

—haré lo que tu me pidas. Personaje hablando.

Ningún personaje de la serie love is war o Spider-Man me pertenece.

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Conozco a alguien, un ser de mirada abismal y cabellos como la noche estrellada. Su silencio es un eco de soledad, una presencia nocturna que se desvanece con la luz del alba. No habla mucho, pero su rutina es un poema sin palabras, un misterio que se sienta siempre en el mismo rincón del mundo.

Intento acercarme, pero mis palabras se pierden en el intento, y mi corazón se ahoga en un mar de silencios. Es frustrante, sí, pero también es la danza de una admiración secreta, un sentimiento que florece en la quietud de su ausencia.

No es extraño, ni patético, es simplemente amor en su forma más pura y desesperada. Un amor que no busca respuesta, que se contenta con la simple existencia del ser amado. Un amor que no necesita de palabras para confirmar su presencia.

Lo conozco, a este chico de rutinas nocturnas y mirada distante. Lo conozco más allá de este restaurante, en un lugar donde los recuerdos se entrelazan con el presente. Aunque él no lo recuerde, aunque no note mi devoción, yo lo conozco desde siempre.

Algunos no entienden, lo ven y se preguntan qué veo en él. Pero la belleza no necesita explicación. No es una ecuación que resolver, sino una verdad que simplemente es. Él es genuino, un héroe en su propio mundo, un espíritu libre que no busca aprobación.

He visto la belleza en su tristeza, en sus suspiros de melancolía, en su voz que es un refugio seguro. Ahora, el mundo comienza a ver lo que siempre he visto: la luz eterna en su semblante sombrío, la verdadera esencia de Yu Ishigami.

Y aunque debería alegrarme, el miedo me consume. El miedo a perderlo, a que otro corazón lo reclame. No soportaría verlo amar a otro, porque él es mi único amor, el dueño de mi corazón.

Emily se apoya en el mostrador frío, suspirando por los pensamientos que la atormentan. Otra noche en el restaurante, esperando, anhelando su presencia. Solo desea verlo, intercambiar unas pocas palabras, sentirlo cerca. Pero el asiento está vacío, y su corazón clama.

—"Por favor, quiero verte, Ishigami".

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Con un giro ágil, Ishigami ejecutó una patada giratoria que cortó el aire con precisión. Su golpe de gancho siguió en rápida sucesión, un movimiento fluido que hablaba de horas de práctica. En respuesta, su oponente intentó una llave en el brazo izquierdo, pero Ishigami, siempre alerta, esquivó con gracia, desencadenando un intercambio de golpes que resonó en las paredes del dojo.

Un golpe finalmente encontró su marca, y Ishigami retrocedió. Se tocó la mejilla, donde el impacto había dejado una sensación ardiente, y sonrió con desafío. Frente a él estaba su contrincante, su rival en ese momento, pero sobre todo, su maestro en este dojo. Tres semanas habían pasado desde que se inscribió en este lugar de aprendizaje marcial, y su asombro no había disminuido. A pesar de ser más fuerte y rápido que cualquiera allí, incluso superando a su maestro, lo que Ishigami realmente valoraba eran las técnicas de combate que estaba aprendiendo; movimientos que complementaban su ya impresionante repertorio.