𝓓𝗼 𝘆𝗼𝘂 𝗵𝗮𝘃𝗲 𝗽𝘂𝘀𝘀𝘆?

06

Ahí estaba ella enfrente de nosotros, mostrándonos esa hermosa sonrisa que la caracterizaba. Pude ver cómo Wonbin ocultaba aquella bolsa detrás de su espalda.

–Qué coincidencia encontrarlos por aquí. –dijo Minjeong tratando de ver lo que Park escondía detrás de el.

–S-Sí, qué coincidencia, yo igual me topé con Osaki aquí. De hecho debo de irme, adiós bonita. –Park se despidió sin antes susurrarme al oído un "ahí está tu chica, no la cagues, aunque se que lo harás”.

Después de eso lo vi casi corriendo hacia en donde había estacionado su auto, por un momento me sentí raro, un poco mal porque se fue, pues no la estaba pasando tan mal a su lado.

Pero el ver a Minjeong, tan hermosa, tenía puesto un hermoso vestido celeste que le quedaba a la medida, su cabello rojo suelto la hacia ver tan preciosa, es que ella simplemente era todo lo que buscaba.

–Pensé que ustedes dos no se llevaban. –dijo en cuanto vio a Wonbin alejarse.

–Y-Yo bueno... Es que el... –estaba temblando, tenía a mi crush enfrente, sentía mis manos sudar. –En realidad no, solo nos conocemos desde hace tiempo. –respondí con una sonrisa fingida.

–Oh... Entiendo, yo vine a esta cafetería a relajarme y leer un poco, ¿Quieres entrar conmigo? –era cierto, enfrente de nosotros había una cafetería estilo retro.

¡No puede ser! La chica más hermosa de la Universidad me esta invitando a pasar tiempo con ella. ¡Siento que moriré! Aunque sabía que debía calmarme.

–Claro, entremos.

Ella me volvió a sonreír y tomó mi mano, después de eso ingresamos en el local, todo se veía bastante bonito, el lugar tenía tonos rosados y azules por todo el lugar, incluso los postres que se exibían ahí tenían esos tonos. También noté que en cuanto entre brotaba un delicioso olor a canela, aparte lo que más me gusto fue la vibra calmante que emanaba ese lugar.

Ella y yo nos sentamos en una mesa. –Este lugar es agradable, jamás habían entrado. –opine.

–Sí, lo es, vengo muy seguido, la comida es deliciosa, tienes que probarla. –ella me entregó la cartilla de menú. –Yo invito. –se ofreció.

–No, no, tú me invitaste a pasar el rato junto a ti, yo pagaré así que se libre de pedir lo quieras. –le respondí a lo que ella con una sonrisita tímida asintió.

Después llegó una mesera y pedimos nuestra orden, yo pedí un late y un pastelillo, ella una malteada de mora azul con una galleta de chocolate. Poco tiempo después llegó la chica con nuestro pedido y comenzamos a comer.