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–¿E-Estás seguro de esto? –pregunté un tanto nervioso mientras tomaba el lubricante de la caja que me había indicado Wonbin para después dirigirme a la cama

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–¿E-Estás seguro de esto? –pregunté un tanto nervioso mientras tomaba el lubricante de la caja que me había indicado Wonbin para después dirigirme a la cama. –¿No debería ser otra persona? ¿Enseno quieres que sea yo?

La verdad es que en cuanto Wonbin me hizo aquella propuesta, yo acepté enseguida, desde el día que lo grabe tocándose, quise yo mismo tocarlo, sentía esa gran curiosidad de saber cómo se sentía.

Pero lo que no estaba seguro es si el estaba completamente de acuerdo con esto y más con que fuera yo, pues aunque él mismo hizo la propuesta tenía miedo de que al final me dijera que se había arrepentido y me acuse de tocarlo o algo así.

–D-Deja de hacer preguntas... –respondió en ese tono molesto que siempre usaba conmigo. –Es obvio que de todas las personas que conozco lo que menos quería es que tu me tocaras... Pero como habías dicho, eres el único que lo sabe, por lo que realmente necesito tu ayuda. –no se si eso me alegro o me ofendió, pues todo lo que Park decía era un cumplido pero a la vez un insultó.

Entonces ví como se posicionó mejor en la cama, estaba sentado sobre la cama, sus codos se apoyaban sobre esta y tenía las piernas un poco abiertas dejándome un poco a la vista su palpitante coño que pedía ser tocado.

–Muy bien... –dije relamiendome los labios. –Sabes... No soy experto, pero lo haré porque se que no hay nadie más que te ayude... –le respondí, entonces coloque un poco de lubricante sobre su coño para después, comenzar a esparcirlo con mis dedos sobre toda su intimidad.

–M-Mierda... –escuché un pequeño gemido salir de sus labios, y después el como había cerrado los ojos.

La sensación era suave, jamás había sentido algo así, pero me gustaba, acariciaba lentamente con mis dedos desde su entrada hasta su clítoris, en cuanto llegue a su bolita de nervios escuche un chillido de su parte, haciendo que comenzará a sentir calor, mucho calor.

Podía sentir su coño palpitar y a veces tensarse por mi toque, se volvía cada vez más húmeda, podía ver perfectamente como se escurría esos jugos de su linda vagina dejándolo aún más mojado.

–¿Te gusta? –no se porque le había preguntado eso, de hecho prefería haberme quedado callado, pues no me había respondido.

En eso volví a frotar su clítoris pero esta vez solo me centre en eso, comencé a hacer movimientos circulares lentos. –S-Si... –lo escuché susurrar y levanté mi mirada para verlo, ahí accidentalmente habíamos cruzado miradas, haciendo que me sonroje a más no poder. –M-Me gusta mucho, n-no pares... ah... porfavor... –comenzó a jadear un poco más fuerte, a lo que yo acelere mis movimientos.

No sé porqué al escuchar eso, inconscientemente una sonrisa escapó de mis labios, me sentía feliz por saber que eso le gustaba.

Volví a centrar mi mirada en su intimidad, y sin sonar mal, es que se veía tan deseable, su coño tan húmedo y rojizo, tenía tantas ganas de poder probarlo, pasar mi lengua por toda su vagina y hacer que se corra.

 𝓓𝗼 𝘆𝗼𝘂 𝗵𝗮𝘃𝗲 𝗽𝘂𝘀𝘀𝘆?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora