perros

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Era sabido por toda comisaría que todos los día el comisario y el inspector jefe salían de servicio a la misma hora, a mucha gente se le hacía sospechoso y otra solo ignoraban este echo ya que no se animaban a preguntar sin que los involucrados les mandasen "a tomar por culo" en palabras textuales, las cuales les dijeron a Isidoro cuando preguntó insinuado muchas cosas sobre aquello.

-pero enserio, ¿porqué salis a la misma vez derepente?-el alumno insistía para que Gustabo contara aunque sea un poco de la razón, pero el rubio se negaba a decirlo y simplemente le ignoraba hasta que se puso pesado preguntando muchas veces hasta obtener alguna palabra sobre el tema.

-que no te voy a decir nada joder, no hay nada que decir, solo hago 10-10 a la misma hora que Freddy y ya-se quejó el ojiceleste mientras conducía el patrulla en una persecución, una voz resonó en su frecuencia siendo ésta la voz del nombrado anteriormente.

-Isidoro pavo, deja de preguntar lo que no te incumbe y trabaja poquiño-declaró el comisario para luego irse de la frecuencia sin qué al mujeriego le diera tiempo a responderle.

El resto del patrullaje fue tranquilo, ya que en estos días no había muchos robos en la ciudad, Isidoro conducía tranquilo con música de fondo aunque de vez en cuando le hablaba a Gustabo de cosas random que hacían reír al rubio o hacían bromas a civiles, y justo a la hora de siempre un mensaje llegaba a el celular del ojiceleste haciendo que toda su atención se fijará en el chat mientras sonreía y contestaba para luego mirar a su compañero de patrullaje.

-hago 10-10 ¿me llevas a comisaría?-comentó mirando al contrario quien suspiraba ya que esta vez se iba más temprano que otras y eso le jodia porque amaba patrullar con él.

El ojiverde conducía hasta la puerta de comisaría donde el inspector jefe se fue corriendo sin despedirse de su compañero, luego de eso solo se fue a buscar a otra persona con quien patrullar el resto del día.

Gustabo fue rápido a salir de servicio ya que iba tarde, se vistió de civil y fue a recoger a Laika la perrita de Filadelfio el cuál ni siquiera le pidió que se la llevara a pasear todos los días, y es que el rubio penso como buena forma de acercarse a aquel comisario que hacía bromas a todos era con su perro Canway y había funcionado, todos los días salía de servicio a la misma hora del comisario para pasear a los dos perros juntos quienes a simple vista mantenían una relación cosa que benefició al ojiceleste.

Cuando salió se encontró a Freddy junto con su perro, el rubio sonrió y fue hacía él junto con la perrita, cuando estaba junto a el comisario su corazón latía rápido y se ponía nervioso, miró al comisario a los ojos agarrando bien la correa de la perrita.

-¿vamos Gustabiño? Tengo el sitio perfecto para pasear con los perros-puso una mano en el hombro contrario y lo guió a su coche para luego montar a los perros en la parte de atrás.

El camino fue bastante movido pero divertido, el pelinegro ponía temazos en la radio mientras que el rubio solo se durmió la mitad del camino antes de que lo despertarán debido a que el ojinegro le echó agua fría en la cara.

-Freddy hijo de puta-gritó Gustabo secándose la cara con su camiseta molesto por aquella broma mientras que el contrario solo reía mientras conducía.

-era para despertarte pituco que ya estamos cerquiña-comentó el conductor aún riendo por la reacción del ojiceleste ante su pequeña inocentada.

-cerca mis cojones, estamos en la maldita autopista-se recostó en el asiento mirando como los dos caninos estaban durmiendo juntos muy cerca el uno del otro.

-que si, que estamos al lado neno-paró en medio de la carretera y aparcó cerca de la autopista para luego bajar y estirarse.-ya llegamos Gustabiño baja-abrió la puerta del coche para que los perros bajarán, una vez los dos bajaron les puso la correa y cerró el coche.

Gustabo solo estaba perplejo ya que no sabía que sitio era ese para pasear a perros, pero no preguntó solo siguió al gallego andando junto a él durante un rato haciéndose bromas por el camino o riéndose de cualquier tontería o chiste que el otro hacía o decía, andaron por mucho rato tanto que el rubio le rogaba para hacer una parada al contrario ya que se había cansado de andar tanto.

-no duras nada pituco-le revolvió el cabello al menor sentándose junto a él para luego mirar su celular mientras sonreía, el rubio trato de ver quien era curioso ya que era un chismoso, cuando vio un chat de una persona llamada Andreiña se sintió mal ya que el chat con esa persona era muy cariñoso e incluso meloso a algunos puntos, su estómago se revolvió y miró a Laika a los ojos algo triste ya que se imaginaba que esa mujer era la novia de Freddy o algo parecido, observó el suelo de aquel lugar teniendo ganas de irse de aquel lugar pero no podía ya que debía disimular.

-¿quien es esa tal Andrea eh?-cuestiono queriendo sacarle información al pelinegro quien solo rió levemente y observó el cielo mientras sonreía como un bobo.

-Andreiña es mi esposa-con esas palabras el corazón del ojiceleste se rompió en mil pedazos dándose cuenta que el gallego nunca le vería cómo el lo veía, trato de sonreír como pudo aunque seguía en shock por aquella declaración, Gustabo se había ilusionado por algo imposible, acarició a la perrita y miró a Freddy con una sonrisa falsa ya que en ese momento quería llorar y enfadarse por haber sido un idiota al crearse fantasías que involucradas al comisario.

-bueno, continuamos andando-cambió de tema mientras se levantaban y sacudía sus pantalones para luego agarrar la correa de la perrita y empezar a andar recto por aquel campo siendo seguido por el pelinegro quien le guiaba un poco ya que no sabía donde era. Cuando llegó a una playa soltó a Laika para que corriera por la arena feliz mientras jugaba con Canway.

-oye Gustabiño ¿te parece si algún día traigo a Andreiña con nosotros?-eso bastó para que el rubio asistiera sin saber que más decir ante eso, sintiéndose horrible y una mala persona por desearle algún mal a aquella mujer que no conocía.

Esa fue la última vez que Gustabo fue junto con Freddy a pasear a los perros, no soportaba ver al comisario y cada que veía a un perro por las calles de los Santos le recordaba a aquel amor imposible que nunca se iba a hacer realidad y del cuál se debía olvidar para siempre.

One-shots (Gustabowl/Tonibowl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora