Gritos

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Como todas las noches el mismo sueño le atormentaba el problema era que ni él mismo sabía si era o no un sueño, todo estaba borroso en su mente pero si podía asegurar que lo único que recordaba cuando despertaba era un grito, más específicamente de una mujer suplicando por su vida de rodillas mientras en su perspectiva se encontraba escondido en un armario sin creer lo que había visto pero sobretodo con lágrimas en los ojos y un sentimiento de tristeza inimaginable, despertó agitado mientras hiperventilaba, se encontraba en aquel hospital en el cuál estuvo encerrado cuatro años, no sabía cómo había terminado volviendo a aquel lugar pero ahora su habitación tenía más seguridad que una cárcel, Isidoro iba a visitarlo todos los días junto a Gordon, Freddy, Filadelfo, Noah quienes iban juntos o solos a verle para animarle un poco el día en aquel hospital donde Castro mandaba.

Una madrugada despertó agitado por aquel sueño que se repetía noche tras noche si se tomaba la pastilla, salió de aquella sala chocando con un agente quien a esas altas horas vigilaba la puerta, la luz del pasillo estaba apagada a si que no se podía ver muy bien, Gustabo solo llegó a admirar los ojos verdes del contrario quien al verlo fuera suspiro.

-Gustabo ¿que sucede?-cuando el agente habló lo reconoció perfectamente era Bradfort, un agente ejemplar con el que trabajo, de cierta forma al ojiceleste le daba cosa que lo viera en ese estado tan deplorable y encerrado de vuelta en la sala de psiquiatría.

-Nada, solo quiero tomar el aire-ignoró a aquel hombre y ando por los pasillos sintiendo el frío suelo y el olor a hospital llenar sus fosas nasales un olor que aborrecía pero que siempre volvía a él.

-No puede hacer eso, no puedes salir de aquí, tengo que vigilarte-el agente fue amenazado por Conway quien le dijo que si llegaba a pasarle algo al ex subcomisario lo mataría, le degradaría y más cosas innombrables.

-tranquilo no voy a matar a nadie solo voy a que me de el aire-siguió diciendole el rubio sin hacerle caso mientras caminaba siendo seguido por chris quien trataba de persuadirlo.

-Venga Gus porfa es de madrugada debes ir a dormir todo el hospital está durmiendo ahora seguro mañana puedes salir a tomar el aire-agarró del brazo al ojiceleste quien cuando escuchó eso se rió sarcástico ante tal ignorancia.

-no me dejan salir de este lugar, estoy encerrado hasta que quieran dejarme salir si es que salgo algún día-se deshizo de aquel agarre y miró al contrario quien suspiro y lo acompañó en silencio pero uno que no era incómodo, en cuanto pudo respirar suspiró y observó al pelinegro quien sacaba una cajetilla de cigarros para fumar.

-¿quieres? Como me vea el súper o algún médico me mata que lo sepas-le ofreció cosa que el rubio no pudo resistir y agarró uno para meterselo en la boca mientras esperaba a que el contrario se lo encendiera-Sabes, en verdad prefiero vigilar tu habitación antes que estar en mi casa es raro-admitó en voz alta encendiendo el cigarro del ojiceleste que ante tales declaraciones sonrió levemente mientras reía.

-¿Gustabo que haces aquí? ¿Agente porque lo sacó de la habitación a estas horas? No debe salir de este hospital y menos para fumar-cuestiono la enfermera quien los acusó de haber estado fumando al ver dos colillas en el suelo antes de que el internado pudiera contestar el pelinegro habló rápidamente.

-no podía dormir, seguro que a tí te a pasado que necesitas tomar aire y no estábamos fumando enfermera-defendió al rubio haciendo que este se sorprendiera por tal comportamiento ya que estaba mintiendo para salvarle el culo.

-espero que eso sea cierto, como la boca de él huela a tabaco lo tomaré como una mentira y se lo comentaré a su superior-dijo la trabajadora de aquel hospital de forma respetuosa y tranquila mientras miraba al policía.

-claro que mi boca olerá a tabaco si acabamos de morrearnos joder, es mi novio-mintió el rubio cruzandose de brazos haciendo que la enfermera abriera la boca sorprendida diciendo un "oh" antes de observar como Gustabo besó al agente poniéndose de puntillas algo que hizo que la enfermera abriera los ojos como platos.

-en ese caso está bien, Gustabo por favor ve a dormir tu novio estará en la puerta vigilando que nada malo te pase-la mujer se había creído aquello y como no era alguien chismosa no investigaría ni diría nada o eso pensaba el ex comisario quien asintió a lo dicho por ella y ando hacía su habitación dejando a Bradfort pensando en lo acababa de ocurrir ya que no se esperaba aquel beso que había sido su primero en los 26 años que llevaba viviendo, al ver al ojiceleste y a la enfermera andar los alcanzó rápido y se quedó en la puerta para volver a hacer su tan cansada ronda de noche que se centraba en quedarse en la puerta de Gustabo hasta la mañana siguiente, pero esa noche no fue como las demás.

-Bradfort entra rápido- susurró el ojiceleste para luego agarrar del brazo al pelinegro y lo atraerlo a la habitación para que se quedara junto a él ya que el menor no podía dormir y no quería hacerlo ya que eso significaba tener una pesadilla y no era de su agrado.

-¿que pasa García?-preguntó susurrando dentro de esa oscura y fría habitación de aquel hospital la cuál parecía sacada de una película, todo en aquella sala era blanco, no había artículos punzantes y la cama no parecía cómoda, el baño no era diferente ya que todo era del mismo color, era casi deprimente aquella sala.

-no puedo dormir quédate conmigo, se que te quedas en la puerta todas las noches sin dormir-la única luz era la de la luna que pasaba a través del gran ventanal de la habitación, Bradfort miró a los ojos de Gustabo los cuales brillaban a la luz de la luna y que hacían que se vieran más hermosos de lo que ya eran, el ojiverde no se pudo negar ante tal invitación y se sentó junto a Gustabo en la cama a hablar con él entre susurros y risas silenciosas pero sobretodo teniendo a la luna como testigo silencioso de aquel acontecimiento porque eran hombres jóvenes, cada uno en una situación distinta y con pensamientos distintos pero que más daba aquello si entre los dos podían crear algo bonito para los dos, porque el único salvador de Gustabo esa noche fue Bradfort quien le acompañó toda la noche haciendo que por esa noche esa pesadilla que tanto retumba en su cabeza y ese grito que escucha de vez en cuando desaparecieran como por arte de mágia haciendo de esa noche una noche tranquila la más calmada que tuvo en años.

One-shots (Gustabowl/Tonibowl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora