El traqueteo del tren era lo único que se escuchaba mientras un rubio ojiceleste miraba a la ventana en silencio sin pronunciar ninguna palabra haciendo que su presencia sea casi innotable, ni él sabía a donde se dirigia, una voz lo sacó de sus pensamientos, era Noah quien le había llevado a aquel viaje que ni él comprendía.-¿quieres que vaya a por un libro? Para que despejes tu mente-el pelicastaño solía ser demasiado amable con Gustabo quien no comprendía la razón ya que en cuanto se reencontraron le regalo un peluche de un gato negro y le llevó la maleta aunque esto último lo comprendía debido a sus heridas en brazos y manos.
-no hace falta-contestó para luego mirar a los ojos del contrario con una expresión sin emoción alguna-¿Horacio está donde nos dirigimos?-en cuanto volvió a preguntar por Horacio el cuerpo de Noah se tensó y se sentó al lado del menor.
-Horacio está ocupado, pero te ha mandado a este lugar conmigo, quiere que seas feliz-con cada mentira dicha al ojiceleste Noah se sentía peor y peor pero no podía decirle la verdad aunque quisiera.-ya estamos en nuestro destino, vamos-se levantó del asiento en el cuál había estado sentado menos de dos minutos y agarró la maleta de Gustabo mientras este solo se levantaba con el peluche en las manos y seguía al mayor en silencio mientras miraba las calles de aquel pueblo repletas de gente.
Llegaron a una gran casa lujosa, una de las pocas que habían en aquel lugar ya que la mayoría de gente era de clase media baja, entraron y todos los criados centraron su atención en los recién llegados, derepente un hombre alto y pelinegro apareció acercándose con una sonrisa y con un libro en la mano junto con una pluma para escribir.
-tu debes ser Gustabín-afirmó con un acento que indicaba que no era de aquel lugar cosa extraña ya que poca gente se mudaría a un pueblo tan lejos de todo teniendo recursos para irse a alguna ciudad como París.
-Gustabo, señor-corrigió serio debido a que sólo determinadas personas podían llamarlo por el diminutivo de su nombre o con algún mote.
-bien Gustabo, como ya sabes no hay más trabajo de campo para tí y por eso vivirás aquí junto con Noah, Horacio habló con nosotros para que así fuera-explicó cerrando el libro en sus manos y luego suspiró-Fermín os mostrará el lugar-y nada más decir eso se fue, Gustabo por su parte miró el peluche que le había regalado el castaño horas antes inspeccionandolo, le había dado a elegir entre dos peluches de diferentes animales, un gato negro y un perro con el pelaje rubio y ojos de diferente color, uno verde y otro marrón que sacaba la lengua pero el ojiceleste eligió el gato negro.
-¿por que antes elegiste el gato negro?-preguntó el contrario notando como miraba el peluche concentrado sintiendo curiosidad por su elección.
-Horacio siempre decía que mi personalidad se asemejaba por eso lo elegí ¿tu crees que si le escriba una carta conteste?-estaba muy preocupado por Horacio del cuál no había sabido nada desde que terminó aquella misión de campo, sólo recordaba que estaba herido pero nada más allá de aquello.
-seguro está muy ocupado Gus-Noah por su parte trataba de evadir cualquier pregunta referente a Horacio que saliera de la boca del rubio-él está bien, no te preocupes-puso su mano en el cabello del ojiceleste y le sonrió amable mintiendole una vez más cosa que le partía el alma.
Luego de un rato apareció alguien en la sala, Gustabo dio por echo que era ese tal Fermín que comentó aquel señor que lo había llamado de aquella manera tan rara.
-os mostraré vuestras habitaciones-todos en aquella casa parecían ser serios y poco habladores, incluso los criados pero estos últimos parecían serios en presencia de los demás, luego de que le mostrara las habitaciones Gustabo entró en la suya y miró a la ventana en silencio, no comprendía porque lo habían traído a aquel lugar y tampoco como eso le haría feliz, salió de la habitación y ando dando vueltas sin rumbo alguno hasta que llegó a un jardín, se sentó bajo un árbol de cerezo y observó como los pétalos caían en silencio hasta que Noah apareció sentándose a su lado.
-¿te gusta el lugar?-cuestionó extendiéndole un libro mientras sonreía feliz-este libro es mi favorito, creo que te gustará, aunque es una historia de amor.
-es bonito, me gusta el jardín, es tranquilo-cuando le extendió el libro lo agarró y lo miró leyendo el título en su mente "orgullo y prejuicio"-Noah ¿porqué eres tan amable conmigo?-interrogó mirando el libro en sus manos.
-Gustabo, yo te aprecio bastante aunque tu no lo creas, yo sé que te sientes solo y puedo arreglar eso-besó la frente del menor y le sonrió para luego acariciar su cabello de manera suave. El corazón del rubio empezó a latir con fuerza, la única persona que le había dicho que le quería era Horacio y ahora Noah, lo único que hizo el rubio ante tal declaración fue abrazar al pelicastaño sintiendo después de mucho el simple contacto de un abrazo, un gesto de amor puro, uno que le hacía sentir reconfortado después de tanto tiempo.
Se que no hay amor romántico en sí en este cap pero quería hacer un au con Noah y Gus, espero que les guste, es un poco corto pero igual espero que lo disfruten.
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One-shots (Gustabowl/Tonibowl)
أدب الهواةPequeñas historias de Gustabo o Toni con distintos ships inspirado en un reto de escritura que encontré en pinterest.