La conferencia de hoy fue bastante larga y tediosa, para mi gusto fue eterna.
Kilian no apareció en todo el día, y si soy sincera no me molesta en lo absoluto no haber sabido nada de él.
Después de mi sueño de anoche no he podido dejar de pensar en ello una y otra vez.
Se sintió tan real...
—¿Estas bien? —murmura alguien a mi lado, haciéndome girar con brusquedad.
Es un chico alto, con rasgos latinos.
—Si...—dije apenas.
Estaba recargada junto a la puerta del auditorio del que acabamos de salir, todas las personas ya se habían ido a algún lugar, ya que esto había terminado.
—Luces perdida. —dice con cierto aire divertido.
Es alto, su cabello es castaño y luce despeinado, sus ojos marrones y piel trigueña.
—Solo hago tiempo. —le reste importancia. Tome mi mochila, la cual tenía en el suelo a un lado de mí.
El parecía interesado en continuar la plática, pero sinceramente me sentía bastante perdida en esos momentos como para entablar una charla. No lograba sacarme a Kilian de mi mente.
—¡Soy Elliot! —Medio grito a mis espaldas. Pare y me gire en su dirección.
—Soy Alice.
El me regalo una sonrisa bastante linda.
—Un gusto Alice.
Le devolví el gesto.
Me volví a girar para continuar mi caminata cuando mi cuerpo choco con cierta brusquedad con otro cuerpo.
—Lo siento mu...—mis palabras murieron en mi boca en el instante en el que vi el rostro del responsable de mi golpe.
—¿Interrumpo? —Soltó con cierto aire burlón.
Mi garganta se cerró en ese instante.
¿Por qué me pone así de nerviosa? ¡Yo no quiero sentirme así con el!
Me limite a quedarme en silencio mientras le mantuve la mirada, lo cual no duro mucho. Sin decirle nada le saque la vuelta y continúe con mi camino.
¿A dónde voy? No lo sé, solo quiero desaparecer de ahí.
No quería ir a la habitación del hotel, porque sabía que en cualquier momento volvería a toparme con Kilian, y era lo que menos deseaba en esos momentos.
No me había percatado que estaba aguantando la respiración hasta que salí del edificio y el aire fresco me hizo inhalar de nuevo.
Mis pies se movían en automático, así que comencé a caminar sin rumbo fijo como por alrededor de unos 10 minutos. Había cerca de ahí un parque enorme, el cual parecía una especie de bosque.
Cerca de la orilla había unas rocas enormes y justo a unos dos metros había un barranco, el cual tenía una vista espectacular.
Eran alrededor de las 5 de la tarde, así que la puesta del sol estaba cerca.
Decidí sentarme ahí, lejos de la gente, lejos del ruido de la ciudad, lejos de todo.
Siempre había sido amante de mi soledad, amaba esos momentos a solas conmigo misma para apreciar ciertas cosas que no todos los días apreciamos.
Recargue mi cabeza sobre la roca mientras levantaba las rodillas a casi la altura de mis hombros, en donde recargue mis brazos para poder apreciar de mejor manera la vista.
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Los hermanos Douglas
Teen FictionDespués de unos sucesos inesperados, Alice Lawson tendrá que acercarse más de lo esperado a los hermanos Douglas, los cuales le demostraran que nada puede destruirte más que ellos. Ni siquiera ese pasado tormentoso que la sigue cada día.