Muchas veces me creí capaz de disfrutar mi soledad, pero la realidad es que después de cierto tiempo comenzaba a ser bastante asfixiante y turbia.
El estar mucho tiempo sola y encerrada me agobia de una manera inexplicable, un montón de ideas comienzan a inundar mi cabeza y los recuerdos me golpean terriblemente.
Mi mente viaja a unos años atrás, una Alice inmadura y enamoradiza.
—Debemos de ser mucho más cuidadosos. —Lorenzo dijo, desde el asiento del piloto. — No podemos darnos el lujo de ser descuidados.
No podía negarme.
Nunca pude negarme ante él.
El amor que sentía por él era más grande que cualquier otra cosa.
—Lo haremos, no tienes que preocuparte. —intente darle mi mejor sonrisa, pero eso no pareció tranquilizarlo al momento.
—Hablo en serio, Alice. —insistió.
Asentí.
No quería hablar más del tema, me lastimaba saber la situación en la que nos encontrábamos y aún más la indiferencia que él era capaz de demostrarme la mayoría del tiempo.
Él pareció notar mi disgusto, y como era ya costumbre, intento arreglarlo todo dándome un beso.
—Se tu secreto. —una voz extrañamente familiar me hizo salir de mis pensamientos de golpe, llamando toda mi atención.
Mi cuerpo se tensó de un momento a otro y mi vista giro hacia el hombre que se posó a mi lado.
Me encontraba en la biblioteca de la universidad "estudiando", la verdad es solamente estaba sentada con un libro frente a mi vacilando un montón.
Drac se encontraba mágicamente a mi lado mirándome directamente.
—¿Qué? —dije confundida.
—Ya se tu secreto. —repitió.
Sude frío.
Abrí la boca para decir algo, pero nada salió de ella.
¿De qué mierda hablaba?
—Ya la traumaste. —dijo otra persona, justo del otro lado mío.
Kilian.
No puede ser.
Mis dos peores pesadillas juntas.
—No sé de qué me hablan. —solté, rápidamente tomé mis cosas y quise levantarme para huir de ahí en ese mismo instante, solo que una mano me tomo del brazo y de un tirón me sentó de golpe nuevamente.
—Tenemos tarea. —Kilian insistió.
—Además, no me has dicho nada respecto a tu secreto. —siguió molestando Drac.
—¿Qué tarea? —la irritación se hizo presente en mi voz, y la verdad es que no me moleste en ocultarla. — ¿Y de que puto secreto hablas, tú?
—Shhhh...—la gente en la biblioteca nos calló de una.
—Ay como si de verdad estuvieran haciendo algo productivo, pendejos. —dijo Kilian restándole importancia.
—¿Qué hice para que me castigaran de esta manera? —dije con notable sufrimiento.
La verdad es que ellos no eran ni de cerca personas con las que quisiera relacionarme en mi día a día.
"Eso no dijiste el día que estuviste en la habitación de Kilian" dijo esa vocecilla en mi cabeza.
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Los hermanos Douglas
Ficção AdolescenteDespués de unos sucesos inesperados, Alice Lawson tendrá que acercarse más de lo esperado a los hermanos Douglas, los cuales le demostraran que nada puede destruirte más que ellos. Ni siquiera ese pasado tormentoso que la sigue cada día.