En el pasado, Asger, hija del duque martir lisword, se encontraba en el esplendor de la corte real. Dotada con la extraordinaria habilidad de leer mentes, se destacaba entre los nobles por su astucia y perspicacia. Sin embargo, su don también la aislaba, ya que muchos temían su capacidad para percibir sus pensamientos más íntimos.
Fue durante uno de los fastuosos bailes de la corte donde Asger conoció a los miembros de la rebelión. En medio de la pompa y el lujo, sus ojos se posaron en un grupo de individuos que parecían destilar un aura de misterio y determinación. Intrigada, se acercó a ellos, utilizando sus habilidades para sondear sus pensamientos y descubrir sus verdaderas intenciones.
Lo que encontró fue un grupo de personas que luchaban en secreto contra la opresión del duque, buscando libertad y justicia para el pueblo. A pesar de las diferencias sociales y del riesgo que representaba asociarse con ellos, Asger se sintió atraída por su causa noble y decidida.
Con el tiempo, Asger se unió a la rebelión, utilizando su don para obtener información crucial y ayudar en la lucha contra la tiranía de su propio padre. Juntos, enfrentaron numerosos desafíos y peligros, forjando un vínculo sólido basado en la confianza mutua y el objetivo compartido de un futuro más justo y equitativo para todos.
Con el tiempo, Asger desarrolló una amistad profunda con Eminel Fill Nigse, encontrando en ella una compañera leal y valiente en la lucha contra la opresión. Juntas compartieron momentos de alegría y tristeza, fortaleciendo su vínculo a medida que enfrentaban los desafíos que se interponían en su camino.
Además, durante su tiempo en la rebelión, Asger se encontró cada vez más cerca de Trébol, el hermano de Fill . A medida que trabajaban juntos en misiones peligrosas, su complicidad creció hasta convertirse en un amor profundo y apasionado.
Una de las aventuras más increíbles en las que Asger participó fue la destrucción del puerto del duque para evitar que llegaran más soldados a su pueblo o isla. Con valentía y estrategia, lideró a un grupo de rebeldes en un audaz ataque contra la fortaleza del duque, utilizando tácticas ingeniosas y aprovechando al máximo sus habilidades mentales.
El enfrentamiento fue arriesgado y lleno de peligros, pero gracias a la determinación y el ingenio de Asger y sus compañeros rebeldes, lograron destruir el puerto y detener la llegada de refuerzos militares. Esta victoria no solo debilitó la posición del duque, sino que también inspiró a más personas a unirse a la causa de la rebelión, alimentando la esperanza de un cambio real y duradero en la región
El duque, desesperado al ver que estaba perdiendo la batalla contra los rebeldes, encontró un antiguo libro que hablaba sobre divinidades y conceptos oscuros. Tras estudiar arduamente sus páginas, logró invocar a Nihilus, una entidad oscura sedienta de poder. En un trato desesperado, el duque ofreció su lealtad a Nihilus a cambio de ayuda para aplastar a la rebelión.
Nihilus, astuto y manipulador, vio en Fill, el hermano de Trebol y miembro destacado de la rebelión, una oportunidad para debilitar a sus enemigos desde adentro. Engañó a Fill haciéndole creer que quería unirse a la causa rebelde, ganándose su confianza y obteniendo valiosa información sobre la ubicación de la base de la rebelión.
El descuido de Fill permitió que Nihilus localizara la base rebelde, poniendo en peligro a todos sus miembros. Ante esta amenaza inminente, Trebol, lleno de valentía y amor por su causa, se sacrificó para darles tiempo a sus compañeros de escapar. Su muerte fue un golpe devastador para Asger y para todos los rebeldes, pero también encendió una llama de determinación en el corazón de Asger.
Impulsada por el dolor de esa pérdida y por la necesidad de honrar el sacrificio de Trebol, Asger asumió el liderazgo de la rebelión. Con una determinación renovada y un profundo deseo de venganza contra el duque y Nihilus, se convirtió en la fuerza impulsora detrás del movimiento rebelde, liderando a su pueblo en una lucha desesperada por la libertad y la justicia.
El sonido del ruido despertó a Asger de su sueño. Era Gosen riéndose como un niño pequeño junto a Nigsen y Eminel. Estaban jugando o entrenando, lanzándose globos de agua mientras Gosen intentaba batearlos usando la espada del caos. Asger se levantó de su cama con una sonrisa, disfrutando de la escena que tenía ante sus ojos. Era reconfortante ver a sus amigos tan llenos de vida y alegría, incluso en tiempos de incertidumbre y conflicto. Con un suspiro de gratitud, se unió a la diversión, dejando que el espíritu juguetón del momento llenara su corazón con un breve respiro de paz.
De repente, Fill entró a su habitación sin siquiera tocar la puerta, interrumpiendo el tranquilo ambiente con su presencia cargada de emociones turbulentas. Asger pudo ver de inmediato la angustia y el remordimiento en los ojos de su amigo mientras comenzaba a discutir sobre Gosen. Fill expresó su falta de confianza en él y continuó culpándose por la muerte de su hermano, recordando cómo había sido él quien había invitado a Nihilus a unirse a la rebelión y lo había llevado a la base.
Asger observó en silencio mientras Fill compartía su dolor y sus preocupaciones. Comprendía la magnitud de la carga que Fill llevaba consigo, pero también sabía que ahora, más que nunca, necesitaban estar unidos para enfrentar los desafíos que tenían por delante. Con paciencia y compasión, Asger intentó consolar a Fill, recordándole que todos compartían la responsabilidad de las decisiones tomadas en aquellos momentos críticos.
El rugido estruendoso de la bestia sacudió el suelo mientras emergía junto a las afueras de la mina. Gosen, con una mezcla de emoción y determinación, se lanzó hacia la bestia, ansioso por probar la fuerza de su espada del caos.
Asger y los demás observaron con asombro mientras Gosen se enfrentaba a la bestia con valentía. La criatura, imponente y salvaje, parecía desafiar a cualquier oponente que se atreviera a desafiarla.
Gosen, con movimientos ágiles y precisos, esquivó los embates de la bestia mientras se acercaba con su espada del caos en alto. La hoja, hambrienta de caos, brillaba con una intensidad sobrenatural, lista para el enfrentamiento.
La bestia embistió con furia, pero Gosen, con reflejos rápidos, logró desviar el golpe y contraatacar con un golpe certero. La espada del caos cortó a través del pelaje grueso de la bestia, devorando su carne, su sangre y su energía con un solo corte.
la bestia cayó muerta al primer corte de la espada del caos de Gosen, pero justo en ese momento, una voz siniestra resonó en su mente, susurrando palabras oscuras y perturbadoras: "Hambre".
Gosen sintió una fuerza maligna apoderándose de él mientras el cráneo demoníaco en la empuñadura de su espada comenzaba a abrir su boca, emanando una oscuridad voraz que rodeaba su brazo. La sangre y la energía oscura comenzaron a fluir hacia la espada, alimentando su sed insaciable de caos.
Asger y los demás observaron con horror cómo la energía oscura envolvía a Gosen, transformando su expresión en una máscara de pura ferocidad. Intentaron detenerlo, pero ya era demasiado tarde.
Con un grito gutural, Gosen se lanzó hacia adelante, su espada del caos brillando con una intensidad maligna. La oscuridad que emanaba de la espada parecía devorar todo a su paso, corrompiendo incluso el aire que lo rodeaba.
El otro brazo de Gosen quedó envuelto en una sombra oscura mientras avanzaba hacia la siguiente amenaza, sus ojos ardiendo con un fuego demoníaco. La batalla había terminado, pero una nueva oscuridad había despertado dentro de Gosen, una oscuridad que amenazaba con consumirlo por completo.
