Al día siguiente, después de descansar, el grupo se preparó para la próxima etapa de su viaje. Eminen organizó rápidamente los suministros, Fill ajustó su nuevo brazo mecánico, y Gosen, con Lance a su lado, se dispuso a liderar al grupo.
Lance ladró con entusiasmo y condujo al grupo hacia un lago cercano. Cuando el fiel canino tocó el agua, esta se transformó en un portal vibrante. Con valentía, el grupo siguió a Lance y se adentró en el portal.
A su llegada, se encontraron en un mundo desolado, árido y oscuro. El suelo estaba cubierto de grietas y escaseaba la vegetación. A lo lejos, podían distinguirse figuras amenazantes: depredadores de tamaño imponente con ojos brillantes que los observaban fijamente.
Gosen, Eminen y Fill se mantenían alertas mientras Lance, sin temor, se adelantaba para protegerlos. Aunque los depredadores eran grandes y parecían tener la fuerza suficiente para devorar a Lance, el canino estaba preparado para enfrentar cualquier desafío.
El grupo avanzó con precaución, enfrentando a los depredadores que atacaban en grupos. Los animales eran astutos, coordinando sus movimientos de forma letal. Sin embargo, Lance demostró ser más rápido y más fuerte que ellos, defendiendo a sus compañeros con valentía.
Eminen y Fill apoyaban a Lance con ataques precisos y estratégicos, mientras Gosen les daba órdenes claras y coordinadas. Juntos, lograron enfrentarse a los depredadores con éxito, aunque el peligro acechaba en cada esquina.
Finalmente, llegaron a un lugar seguro donde pudieron detenerse a recuperar el aliento y evaluar la situación. Sabían que el mundo en el que se encontraban era peligroso, pero también sabían que trabajar juntos les daría la fuerza para superar cualquier obstáculo.
El grupo estaba decidido a continuar su viaje a través de este mundo hostil, confiando en sus habilidades y en la protección de Lance. Aunque enfrentaban desafíos imprevistos, estaban preparados para seguir adelante.
Al caer la noche, Fill decidió ir a cazar, ya que necesitaban comida para sobrevivir en aquel mundo desolado. Se adentró solo en el paisaje, armado con su nuevo brazo mecánico y manteniendo la guardia alta.
No pasó mucho tiempo antes de que Fill se encontrara con un gran depredador. La criatura era impresionante: un dientes de sable gigante con pelaje negro y un rayo rojo a lo largo de su espalda. Sus ojos azules brillaban con ferocidad, y tenía cuernos como los de un búfalo. Además, el pelaje de su espalda parecía espinas filosas que cambiaban de tamaño según sus necesidades: cuanto más grandes, más rápido se movía; cuanto más pequeñas, más fuerte se volvía. En su forma más grande, superaba en 10 metros a Lance, haciéndolo una criatura imponente.
El depredador atacó rápidamente, cargando hacia Fill con una velocidad increíble. Fill esquivó por poco el primer ataque, sintiendo el aire desplazarse por la rapidez del movimiento del depredador.
El siguiente ataque fue una mordida feroz que Fill logró esquivar, pero sintió el calor del aliento de la bestia cerca de su cara. Sabía que debía actuar con rapidez para sobrevivir.
Fill usó su brazo mecánico para bloquear un ataque, pero la fuerza de la criatura fue tan abrumadora que Fill fue arrojado hacia atrás, golpeando con fuerza contra el suelo.
A pesar del aturdimiento, Fill se levantó con dificultad, manteniendo la guardia alta. El depredador lanzó otro ataque, pero Fill estaba preparado y logró golpearlo con fuerza en los costados con su brazo mecánico.
La criatura gruñó de dolor, pero no cedió. Volvió a atacar con más ferocidad, usando sus espinas para intentar embestir a Fill. Este, con agilidad, esquivó el ataque, aunque recibió cortes superficiales en el proceso.