Gosen estiró su mano, concentrando toda la energía y sangre que lo rodeaba. Una esfera de puro poder tomó forma ante sus ojos, vibrante y llena de una intensidad casi palpable. Con un gesto rápido, Gosen lanzó la esfera con toda su fuerza, viendo cómo atravesaba el aire a una velocidad vertiginosa.
La esfera de energía y sangre surcó el cielo, dejando una estela de luz rojiza a su paso, hasta que finalmente impactó contra el bosque que rodeaba la mina. El choque fue cataclísmico, una explosión de fuerza y poder que arrasó con todo a su paso.
Los árboles se desintegraron, la tierra tembló y una nube de polvo y humo se elevó hacia el cielo. Cuando la polvareda se disipó, solo quedaba un enorme cráter donde antes se encontraba el frondoso bosque.
Ahora, la vista era desoladora: un paisaje lunar de tierra quemada y árboles reducidos a cenizas. Gosen, con la respiración agitada pero la mirada llena de triunfo, contempló el resultado de su poderoso ataque.
El silencio que siguió al impacto era abrumador, roto solo por el suave crepitar de las llamas que consumían los restos del bosque. Era como si el mundo entero contuviera la respiración ante la demostración de fuerza de Gosen.
Eminel observó el paisaje devastado con asombro, su rostro reflejaba una mezcla de admiración y preocupación. Se volvió hacia Gosen, con los ojos aún llenos de incredulidad.
"¿Eso... eso fue lo que la espada del caos consumió?" preguntó Eminel, apenas pudiendo articular las palabras ante la magnitud de la destrucción.
Gosen asintió solemnemente, su expresión seria pero también llena de cierto orgullo por su poder recién descubierto. "Sí, así es. La espada se alimenta de la carne, la sangre y la energía de lo que corta. Pero no esperaba que su poder fuera tan... abrumador."
Mientras tanto, Fill se acercó al grupo con paso rápido, su semblante mostraba una clara preocupación. "¡Esto es grave!" exclamó, señalando hacia el paisaje devastado. "El ejército del duque seguramente estará en alerta máxima ahora. Esta explosión no pasará desapercibida."
Gosen miró a Fill con seriedad, asintiendo ante sus palabras. "Tienes razón. Hemos llamado la atención del enemigo, y debemos estar preparados para lo que pueda venir."
La gravedad de la situación pesaba en el ambiente mientras los cuatro se enfrentaban al desafío que tenían por delante. La revelación del poder de la espada del caos había cambiado el juego, y ahora debían enfrentar las consecuencias de su descubrimiento.
La boca del cráneo demoníaco se cerró de golpe, emitiendo un sonido siniestro que resonó en la mente de Gosen, haciendo que se estremeciera de horror. "¡Hambre!", gritó la voz desde el interior del cráneo, exigiendo más sacrificios.
La demanda implacable del cráneo demoníaco provocó que Gosen tomara una decisión rápida. Con determinación en sus ojos, canalizó su voluntad y la energía que aún lo rodeaba para hacer desaparecer la espada.
Con un gesto rápido y firme, el arma mística se desvaneció en el aire, disipándose en una neblina oscura que se dispersó rápidamente. Un suspiro de alivio escapó de los labios de Gosen, quien sintió un peso literal y figurado levantarse de sus hombros al liberarse del poder oscuro que poseía.
El silencio que siguió fue tenso, como si todos pudieran sentir el aura ominosa que había rodeado al arma maldita. Gosen miró a sus compañeros con una mezcla de disculpa y determinación en su mirada. Sabía que habría más desafíos por delante, pero al menos ahora estaban un paso más cerca de comprender y controlar el peligro que representaba la espada del caos.
Al instante, una misteriosa sombra con fuego azul en sus ojos atacó a Gosen. Con un movimiento rápido, Gosen invocó la espada del orden para bloquear el ataque, dando inicio a una intensa lucha contra la misteriosa sombra.
El choque de poder entre la sombra y la espada del orden creó chispas azules que iluminaron el oscuro escenario. Gosen luchaba con ferocidad, su determinación ardía tan brillantemente como el fuego azul en los ojos de su misterioso adversario.
Los golpes resonaban en el aire, cada uno cargado con una fuerza sobrenatural. Gosen se movía con gracia y precisión, buscando una apertura en la defensa de su enemigo mientras mantenía su propia guardia firme.
La sombra, sin embargo, parecía escurridiza y astuta, atacando con una velocidad y agilidad que desafiaban la lógica. Los destellos de la espada del orden cortaban el aire, pero la sombra parecía capaz de esquivarlos con facilidad, como si estuviera un paso adelante en cada movimiento.
La batalla continuó, cada momento lleno de tensión y peligro. Gosen sabía que no podía permitirse bajar la guardia ni un instante, pues la sombra era un enemigo formidable que no mostraba signos de debilidad.
Mientras la lucha se intensificaba, Gosen se concentró en encontrar una estrategia para derrotar a su enemigo. Sabía que debía aprovechar al máximo cada oportunidad que se presentara si quería salir victorioso de este enfrentamiento contra la misteriosa sombra con ojos de fuego azul.
De una estocada atravesó la sombra, reduciéndola a polvo en un instante. En el trono de estrellas, el concepto superior observó con curiosidad la pelea, comentando: "Esa espada, esos ataques... acabaron con mi caballero de oscuridad. Es el verdadero Gosen".
El concepto superior sonrió de una manera aterradora y dijo: "Ese idiota de Nihilus no podrá con él. Así que intentaré unirlo a mi facción antes de que él se dé cuenta de que Gosen sigue vivo"
El concepto superior dijo: "Pero para ser justos, sería injusta la pelea",mientras agarraba una estrella de su trono y la mezclaba con su oscuridad para crear un arma divina en forma de guadaña.