-CAP 23-

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        -Un año casi entero.-Dijo, saboreando con una pizca de dolor la frase.

        -Fué muy difícil estar fuera.- Le contesté, disimulando que no alcancé a notar su tono adolorido.- Encontramos un buen lugar para vivir en una zona de maná cuantiosa, pero no era lo mismo que el reino.

        -¿Era lindo?

       -¿Qué cosa? ¿El lugar? Sí, era lindo. Hacía un buen clima, había mucha vegetación y era una cabaña en medio de bosques densos.

       Se sentó a un lado de mi, en la silla que estaba al lado de mi camilla. Se recostó con los brazos cruzados encima del colcón mientras miraba las vendas en mis muñecas.

       -Es bueno tenerte de vuelta, Asta. ¿Qué planeas hacer una vez que te den de alta?

       Ni siquiera tenía planeado eso. Sentía un dolor en el estómago; no de esos que anuncian que hay una enfermedad, este dolor era otro que se anidaba el lo profundo del corazón, pasa como un nudo por la garganta y termina por esconderse con cobardía entre las entrañas. Esa que por más que uno quiera negarlo, ha estado ahí, fermentandóse y inchandose dentro de uno por largo tiempo, pero sin embargo, es la ira hacia uno mismo. Un resentimiento anidado que se traga mucho antes que la saliva al despertar y aún despúes de revolcarse en la cama para dormir. Es el recordatorio de las cosas que pude haber evitado y que decidí no hacer.

       -¿Entonces, quieres salir?- Cuestionó mirandome extrañada.- ¿Qué es lo que tanto piensas?

      -Tonterías. No te preocupes.

      Sin que Noelle pudiera rechistar, sonaron dos toques en la puerta y enseguida se abrió, entrando a través de ella Nacht.

      -Buenos días, Noelle, Asta.-Dijo, con una sonrisa landina. Ambos respondimos y casi de inmediato, Noelle se fue rendida por no obtener ninguna respuesta.

      -¿Qué pasó? Se veía molesta.- Comentó, viendo de reojo como se alejaba de la habitación.

      -Cansada. Está cansada, todos lo están.- Dije más por ella que por cualquiera. Tenía unas ojeras entre rojas y negras, grandes y ojos que no habían visto más que desgracias por varios días.

      -Ya veo.- Cerró la puerta tras él, acercandose con la espalda perfectamente recta hacia mi.- La capital está hecha un desastre. Nadie sabe por donde entraron depúes de atacar el Corazón.

     -¿Nadie los vió? Lo más probable es que-

       -No hay explicación. Nadie los vió, nadie sintió nada raro y quienes los hayan visto primero seguro murieron entre millones. Es imposible de resolverlo, pues ni siquiera hay rastros de maná. Divertidísimo.- Expuso soltando una risita inentendible. Me miró por unos segundos, expectante de que le manifestara mis dudas, pero no tenía ni ojos ni cabeza para nadie. Me seguía mirando hasta que llegó el punto en que obedecí a una orden que no vociferó sonido alguno.

      -Dudo que haya venido solo para eso, Vicecapitán.- Resoplé.- Usted solo viene a hablar así cuando tiene más que unas palabras para decir.

      -Tienes razón.- Chasqueó un dedo y las sombras de los objetos comenzaron a alargarse mientras de volvían más densas; Cubrieron toda la habitación y el espacio pasó a estar callado como un muerto.

      -¿Qué es esto?

      -Levántate.

      Obedecí sin refutar. Puse un pie en el suelo y de inmediato sentí un frío recorrer todas mis extremidades. Sin otra opción, bajé el otro y comencé a andar sobre las sombras que cubrían con humedad el piso.

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⏰ Última actualización: Aug 02 ⏰

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𝙼𝚜p𝚖v. (𝘣𝘭𝘢𝘤𝘬 𝘤𝘭𝘰𝘷𝘦𝘳 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora