CAP 21

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      La tarde estaba fresca. Un brisa movía de par en par las cortinas que colgaban sobre la ventanita pequeña, abierta y recibiendo el atardecer de ese día.

      Yo, estaba tomando su mano, acariciándola con un amor fraternal y una preocupación que desde ese día, no sentí de manera igual. Estaba inconciente y con vendas por todo el brazo roto, con costras, moretones y rasguños.

      Su ojo derecho estaba entreabierto y el verde que su ojo escondía bajo ese frágil párpado y pestañas largas brillaba por la luz amarillenta del sol; más sin embargo, del ojo izquierdo no sabía nada. Estaba envuelto por un parche de algodón y de él, se asomaba una imagen inquietante: Una cortada hinchada se extendía desde la parte más alta de su mejilla y rozaba su frente, atravesando toda su ceja.

      Esperarlo.

      Solo podía esperar a que esos ojos se volvieran a abrir. A que, de esta vez, podríamos salir de nuevo y que después podamos hacer nuestra vida, y que él pueda casarse con Noelle como tanto quiso. Sé que no es mucho, se que no es un coma ni nada por el estilo, pero no puedo evitar preguntarme... ¿Algún día, no podrá contra algo?

     ¿Qué va a pasar cuando él no pueda y le pase algo malo? ¿Qué va a pasar entonces con todo para lo que perseveró?
 
      ¿Qué pasará cuando sus brazos, piernas y mente no puedan contra este aterrador y doloroso destino?

      —¿Yuno?

     Esa voz resonó por todo el cuarto. De inmediato, sacándome de mis pensamientos, me volteé y miré su silueta, parada frente a esa estrecha puerta, con sus ropas maltratadas pero su mirada brillante, que a su vez era ansiosa y somnolienta.
    
      La miré, con el mismo pesar que sus ojos entre rosas y violetas, ojerosos y somnolientos escondían. Su cabello plateado cayó sobre uno de sus ojos y escuché el suspiro más doloroso que alguien pudo soltar mientras ella desviaba su mirada triste de mis ojos.

      —Noelle...

      —¿Todavía no?—Me interrumpió, adentrandose a la habitación y recorriendo el colchón de la camilla con sus dedos.

      —No... Todavía no.

     Ella soltó un largo suspiro, se sentó con gentileza en el colchón y miró el mismo rostro que yo admiré por unos cuantos segundos. Después, tomó su mano, depositando un beso en su palma.

      —Estoy nerviosa, Yuno.—Mencionó.— Si te soy sincera, este idiota me mata de nervios.

      —Lo sé,— Respondí, poniendo mi mano sobre su hombro.— jamás me preocupé por alguien de este manera; no desde que escapamos o cuando éramos niños.

      —Ni yo. ¿Sabes? Me volví muy fuerte para que cuando él llegue, yo pueda protegerlo. Jamás me perdonaría que pudiendo hacer algo, no lo hiciera porque permanecí débil.

      —Noelle, tú no eres débil.

      —Pero él está así, por intentar salvarnos.

      Tocó su sien y frunció el ceño. Frustrada, apartó mi mano de su hombro y se levantó para mirar el celaje naranja que cubría los cielos.

      —Todavía no termino de creerlo.

      —¿Qué?

      —Como pasó todo.— Dijo y reposó sus brazos sobre el marco de la pequeña ventana.— De repente, lo veo y ya no; casi como esa vez, cuando recibí la noticia de que no solo se escaparon de nuestra vista, sino que se salieron del reino. Eso me pegó mucho...

       —Noelle.— Me volteó a ver.— ¿Qué pasó exactamente ahí? ¿Por qué asta... Esta así?

       Bufó y volvió a dejar caer su mirada al frente.— Es una historia muy corta si me lo preguntas, principito.

𝙼𝚜p𝚖v. (𝘣𝘭𝘢𝘤𝘬 𝘤𝘭𝘰𝘷𝘦𝘳 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora