XIII | Cuenta regresiva -3.

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11 de Febrero, 2020.

Estarling.

Una parte de mí seguía culpándome por todos los tragos que bebí anoche con Santiago. Fue una noche que sinceramente disfruté porque necesitaba pasar tiempo con mi mejor amigo. Pero también odiaba la resaca que esto traía consigo.

Los dolores de cabeza junto con la resaca eran constantes, así que quise quedarme en casa, pero una parte de mí sabía que no podía hacerlo. Hoy debía "pasar tiempo" con Angie para, en el fin de semana, poder reunirme con Paola.

—¿Cómo te trata la resaca hoy? —la voz de Ashely inundó la habitación. Ella traía en una bandeja lo que parecía ser sopa, y el olor inundó la habitación, despertando un dejo de emoción en mí.

—Sopa de resaca. —aplaudí— ¡Me encanta!

—Lo sé. —Ashely informó mientras se sentaba en una esquina de la cama y luego con cuidado me pasó la bandeja donde estaba el plato con sopa— ¿Disfrutaste tu tiempo con Santiago?

—Sí. —respondí mientras iniciaba a disfrutar la sopa— Sabes que tenía muchos meses sin verlo y fue bueno compartir con él.

—Me alegra saberlo. —afirmó— Imagino que hoy pasarás tiempo con Angie, ¿verdad?

—Esa es la idea, sí. —admití y noté cierta preocupación en su rostro— ¿Por qué la pregunta?

—Faltan solo 3 días para el 14 de febrero. ¿Cómo te sientes al respecto? —preguntó Ashely con cierto tono de preocupación.

—Estoy bien. —mascullé— No te niego que un poco ansioso, porque quiero que ya todo esto termine. —confesé— Pero estoy bien.

—Está bien. —murmuró mientras se levantaba de la cama— Aunque, quiero preguntarte algo más.

—Creo que ya sé qué es, pero continua. —accedí mientras seguía disfrutando de la sopa.

—¿Hiciste alguna cosa estúpida que deba saber? —su pregunta hizo que casi me atragantara cuando tuve la cuchara en mi boca.

—¿Por qué preguntas eso?

—Vamos, Estarling, te conozco. Sé que cuando estás pasado de copas haces cosas de las que luego te arrepientes. —argumentó y se sentó de nuevo en la cama observándome con atención— ¿Hiciste algo que deba saber?

—Odio que me conozcas tan bien. —refunfuñé y ella alzó los hombros.

—No me interesa que lo hagas. —me señaló— Lo que sí me interesa es saber qué hiciste.

—¿Puede que le haya escrito a Paola? —susurré avergonzado— No lo sé, existe la posibilidad.

—ESTARLINGGGGGGG —gritó mi nombre y me golpeó— ¿Por qué rayos hiciste eso estando borracho?

—Ni siquiera yo lo sé. —respondí mientras me quejaba del dolor por el golpe— Santiago y yo estábamos hablando y me di cuenta de que ella...

—¿Que ella qué?

—Me gusta.

Ella me observó sin estar muy sorprendida acerca de mi confesión.

—¿Por qué estás tan tranquila?

—Porque imaginé que esto iba a pasar.

Solté un suspiro.

—Ay, Ashely, ni siquiera sé qué voy a hacer. No quiero simplemente estar ilusionado en algo que tal vez no pase de un simple sentimiento.

—Y si se convierte en algo más?

En medio de su pregunta, me quitó la bandeja donde trajo el plato de sopa ya que ya lo había acabado.

Por Primera Vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora