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No tuvo mucho tiempo para pensar cuando Danzo la había enviado fuera de la aldea, en una segunda oportunidad. Seguiría al hijo del cuarto y al Maestro Sapo en su búsqueda, según Danzo y sus informantes era seguro que la serpiente aparecería cerca del par o de la princesa de las Babosas, Kabuto por supuesto, era un elemento casi infaltable.

Había podido averiguar que Yakushi era el apellido de Nono, la mejor miembro de inteligencia que estuvo en raíz, la mujer había desertado y trabajado en un orfanato donde acogió a Kabuto que sería llevado después por Danzo y Orochimaru, pero que al final siguió a este último.

El consejero era rencoroso y no procesaba las traiciones, así que solo respiro profundamente, tampoco tenía que pensarlo mucho, era una misión, la información solo era relevante para saciar su curiosidad innata y sabía que una simple deserción no era suficiente como para que Shimura Danzo pidiera tu cabeza, pero conocía a gente que la había perdido por menos, así que dejo de pensar en ello y siguió su camino, estaba bastante atrás del par, pero con su capacidad sensorial seguirlos no representaría un problema, tampoco el ser atrapada gracias a su manejo de chackra, siempre y cuando no llegara tarde al lugar cuando fuera el momento de actuar.

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Jiraiya no era un ninja sensorial, pero tenía décadas de experiencia y aunque no había percibido ninguna señal clara, algunas alarmas sonaron en su cabeza, con lo que había ocurrido en la aldea no podía confiarse del todo, así que cuando acamparon para dormir esa noche, invocó a un par de sus ranas para que vigilaran el perímetro, tenía que tener cuidado puesto que no iba solo.

Por Tsunade-Hime no se preocupaba demasiado, era una mujer que se podía cuidar sola si se lo proponía, pero considerando las condiciones en la que se fue...solo esperaba que no ocurriera ningún desastre antes de que la encontraran.

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Sakura no podía dormir. La semana anterior debieron volver a sellar su marca, pero como parte de su castigo no lo permitieron, con el paso de los meses y años la saturación pudo controlarse, en la aldea no era demasiado problema debido a los sellos de supresión que cargaba consigo misma y el tratamiento, pero en medio del bosque, con un sello no atendido, con apenas la reserva suficiente y la prohibición...el de verdad no estaba contento con ella.

Sabía que no la querían muerta, pero nunca fueron de los que daban comodidades, así que se rehúso a malgastar uno de sus sellos la primera noche y por una vez tuvo lo que se llamaría buena suerte la sensibilidad y la preocupación por su entorno le hizo identificar unas presencias animales inusuales, más porque parecían recorrer un perímetro en especifico, era la dirección de donde estaba el Sannin y el niño, suspiro, era poco probable que la identificasen, pero tendría que prestar más atención ahora, las invocaciones eran increíbles así como problemáticas.

El Sannin parecía saber a donde dirigirse, apenas una semana y media después, en medio de una llanura, al límite del bosque, la princesa de las babosas descansaba sola, lo cuál sabía que no solo llamo su atención, según la investigación andaba con su discípula la cual no pudo ubicar en el sector cercano.

Danzo le había comentado que solo tenían un mes para traerla, no podían permitirse más tiempo en convencer a alguien que parecía renuente a volver al pueblo, pero ella sabía que el hombre al menos era precavido con la Sannin de las Babosas, después de todo descendía de líneas de sangre respetables.

La verdad hablaron poco cuando apareció a quién ella esperaba, Orochimaru parecía bien, no esperaba menos del Sannin de la serpiente, había logrado recuperarse del veneno de Torune, pero era uno suave, el Aburame era verdaderamente temible con su técnica especial de envenenamiento. Por otro lado, Kabuto estaba detrás de él con algunas marcas en la cara, quiso reír un poco, pero solo un bufido escapo de su boca.

Sakura no Masuku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora