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Si ves a algún ninja decente de Konoha, espero que puedas traerlo como muestra, ya sea vivo, muerto o en pedazos.

Ella se movió con rapidez por los arboles, a pocos kilómetros de su destino final. Frunció su ceño levemente al sentir tres firmas en el lugar, para su peor disgusto, firmas conocidas.

Disfrazó su presencia y se metió al laboratorio, busco con agilidad y rapidez lo que Orochimaru había pedido, ojeó algunas cosas pero no hubo nada que le llamara la atención, a excepción de un libro sin nombre, sintió las firmas cerca así que simplemente lo guardo y salió. Eran los niños de Kakashi.

Se estremeció cuando la marca empezó a picar, era problemática, a veces parecía tener un interruptor automático, la serpiente tenía cierto talento con los sellos, las condicionales que le colocó le habían la vida complicada cuando salía.

Con las ordenes de la serpiente picando en su nuca no se detuvo en atacar, un golpe al suelo con chackra para desestabilizar, mirada rápida para decidir.

-¡eh, tú! ¡pelea conmigo, de verás! ¡te derrotaré!-

El rubio, distraído y emocional, primer objetivo. Los clones desaparecieron rápido, ágil, pero no fuerte. Ingenuo. Pensó aplastando a otro clon. Todavía no era tan fuerte, notó con cuidado al esquivar un ataque de chackra y combinado con más clones de los que creyó que hizo. Utilizo alambre ninja y kunai para atraparlo entre los arboles.

-nunca desafíes a una persona que no tiene nada que perder. Cuando perdió todo, también perdió el miedo niño-

-¿¡niño!?-

El Uchiha, punto débil, el orgullo y la familia. No solía hablar, pero mientras más agitado más salvaje vuelves al enemigo, lo que convella a más vacíos en la defensa. Eran niños para ella, no conocían el mundo como ella. Que duró despertar, pensó.

Lo siento sempai.

De inmediato esquivo la espada del azabache. Separándose del rubio.

-voy a decirte algo; los pensamientos nunca son honestos. Las emociones, sí-

Dijo un segundo antes de impactar su ataque mejorado con chackra, pese a llevar una katana todavía no parecía muy versado.

-pero no vale mucho esforzarse cuando se es un Uchiha ¿verdad? Involuntariamente tus ojos evolucionan-

Burlo suavemente y cuando el rojo se arremolino en los ojos oscuros los cegó con polvo, ninjutsu débil de tierra, sería más rápido que evitar la mirada roja y no causaría daño permanente, después con una patada al estómago lo alejo.

Tercer Objetivo, Sai, maestro de tinta, batalla a corta distancia, con él las palabras no funcionaban, pero era su kohai, siempre tuvo cierta inclinación en darle algo de apoyo aún en su propia miseria.

Ella saco sus propias espadas y el chico desenrollo su pergamino. En un segundo chocaron entre ellos con Sai viéndose obligado a sacar su tanto. Las trampas de la roseta siempre fueron un peligro.

Como esperaba el chico pálido le dio batalla, pero ella llevaba más tiempo peleando, mintiendo, matando, ella era más brusca, más de ataque. Más temprano que tarde ella lo arrinconó en el suelo con ambos tantos cruzados en su cuello, él jadeaba.

-la belleza sin artificio. Las emociones sin máscara. El cariño sin limites y la vida sin miedos. Así se vive Sai-

Ella toco con suavidad una de las mejillas del chico y se levantó ignorando el shock del chico. Una de sus mayores satisfacciones fue haber derribado a Danzo y el consejo, raíz y sus enseñanzas pese a que generaban buenas herramientas no poseía un futuro estable.

¿ahora que haría? Debía llevar algo, la marca picaba, al menos no dolía ahora que había atacado sin pudor a los niños del pelo plata.

No notó la mirada de Sai en su espalda, ella llevaba una yukata floja con el cuello casi totalmente descubierto, él vio con pesar la marca que ahí se posaba en ella y no pudo evitar recordar el grito cuando fue impuesta.

Se tensó cuando ella se giró de nueva cuenta hacía él, no valía la pena batallar más así que miro sus movimientos con cuidado, la vio revolver sus mochilas, la vio tomar uno de sus pergaminos y una botella de tinta.

-¿nadie te ha copiado, cierto?-

Él negó en silencio. Ella necesitaba robar, se dio cuenta puesto que cuando pensaba demasiado y mientras buscaba rascaba el sello que enrojecía.

-bien, me llevaré esto, ya veré que le digo...-

Ella le miro de nuevo, ojos verdes que siempre había admirado, ojos que nunca mintieron y que ella escondió porque nunca pudo ocultar algo importante en ellos. Antes de que se diera cuenta ella desapareció y Sasuke había llegado un segundo tarde, lo escuchó maldecir y después le ayudo a retirar con cuidado las cuchillas que estaban demasiado cerca de su cuello.

Sakura no Masuku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora