Sunggyu

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El lunes desembarco del autobús que para frente a Revolvr a las diez
cuarenta y cinco de la mañana.

El entorno se ve tan diferente a plena luz del día que tengo que convencerme de que he venido al lugar correcto. Estoy nervioso, todo el fin de semana di vueltas y vueltas por la noche, preocupado de que Nam cambiara de opinión y me pusiera de nuevo donde empecé. Me las arreglé para gastar apenas algo de dinero en los últimos dos días, sobreviviendo con ramen y desayuno gratis en el hostal, y aceptando la invitación de Cameron y Jacob para mudarme a su dormitorio compartido más barato. Aun así, ninguna de esas cosas cambia el hecho de que estoy prácticamente arruinado. Me dirijo al interior del club a través de la entrada principal.

―Aquí. Me giro en la dirección de la voz. Es Minho, está sentado en un taburete junto a una de las barras con una cerveza sudorosa en la mano. Vestido con un par de jeans muy gastados y una camiseta gris, descolorida, casi parece accesible... hasta que noto la mirada cansada en su rostro.

―Hola ―le digo con una voz que sale como un chillido―. Gracias por recibirme, realmente aprecio esta oportunidad. Parece que se esfuerza mucho por no poner los ojos en blanco.

―Solo estoy haciendo mi trabajo ―dice bruscamente―. Cuyo alcance,
al parecer, no deja de ampliarse.

―¿Normalmente no haces esto?

―¿Te refieres a contratar a un nuevo miembro del personal después de
que ya contratamos a todos para la temporada? No. No lo hago.

El calor cubre mis mejillas. ―Nam accedió ponerme a prueba.

―Sé lo que acordó Nam. Por suerte para ti, acabo de transferir a
una empleada a Laser. La reemplazarás. Mis cejas se anudan en confusión.

―¿Laser?

―Otro de los clubes del jefe.

―¿Es dueño de más de un club?

―Es dueño de la mitad de los grandes clubes de la isla. Junto con más hoteles, restaurantes y condominios de los que tú y yo podemos contar. Genial. Nam es una especie de magnate empresarial ibicenco. Si arruino esto, mis perspectivas de trabajo aquí podrían desaparecer. Muerdo mi labio para reprimir un gemido. Las apuestas acaban de aumentar.
―Tuviste suerte ―me dice, saltando de su taburete, haciéndome señas
para que lo siga―. El jefe debe haber estado de un humor particularmente amable cuando lo conociste.

―¿Estás tratando de ser gracioso? Eso me gana una risa profunda.

―¿No se nota? ―La diversión baila en sus ojos―. De lo contrario, no
estarías aquí. Me muerdo una réplica. Nam puede haber sido grosero, pero me está dando una oportunidad de todos modos, no me voy a quejar de él con uno de sus empleados.

Hablando de eso... ―Entonces, ¿qué haces aquí? ―le pregunto.

―Mi título oficial es gerente general y jefe de seguridad en Revolvr,
pero hago todo tipo de cosas. ―Se detiene junto al baño de mujeres, donde una limpiadora canosa se ocupa de un carrito lleno de productos de limpieza. ―Aquí estamos ―dice―. Gun, conoce a Inez. Ella es la gerente del,turno diurno de nuestro equipo de afanadores. ―Le da una cálida sonrisa a la baja mujer de mediana edad―. Inez, este es Lee Gun, acaba de unirse a tu equipo.

―Mucho gusto ―digo sin perder el ritmo, y le doy la mano a Inez.

Esperaba que Nam me hiciera trabajar como uno de esos chicos del servicio de botellas, pero de afanador estará bien. Sé cómo limpiar, a menudo ayudaba a Minju en la casa de Doojoon, aunque ella me reprendía por eso. ¿Esto es lo mejor que tiene De Rossi? ―Genial ―dice Minho mientras alcanza el carrito―. Aquí está tu,uniforme. Tu turno empieza en diez minutos.

Descifrar [WooGyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora