Sunggyu

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A la mañana siguiente, Areum llega con un montón de ropa en lugar de su comida habitual y me la da. ―Vamos a pasar el día junto a la piscina ―anuncia mientras una sonrisa emocionada ilumina su rostro. En mi sorpresa, logro pronunciar una sola palabra.

―¿Cómo?

―Hyun accedió a dejarte salir de tu habitación con la condición de que
tengamos a dos de sus guardias más aterradores vigilándonos. Abbott es un ex peleador de MMA que le mordió una oreja a su oponente, y Clyde se parece al tipo de Game of Thrones que hacía de Mountain.

Dejo la ropa sobre la cama. ―No la he visto, pero solo ese nombre pinta una imagen clara.

―Guardias aterradores o no, la perspectiva de finalmente ver algo más que cuatro paredes color crema a mi alrededor suena como el cielo.

Sin mencionar que es una oportunidad para mí de buscar posibles rutas de escape. Cuanto más me evita Woohyun, más me preocupa mi destino. ¿Por qué no ha venido a verme en los últimos tres días? ―Esperaré afuera mientras te cambias ―dice Areum. Busco entre los trajes de baño. Todos son pantalonetas que me quedan pequeños. Decido combinar un fondo negro con una parte superior verde neón que cubre un poco más que las otras dos opciones. No tengo un espejo para comprobar mi reflejo, pero sospecho que todo parece un poco vulgar. Con un suspiro, me quito las viejas vendas de las muñecas, me ato una delgada bata blanca alrededor de la cintura y camino hacia la puerta. ―Listo.

Areum me mira y me da una sonrisa alentadora. ―Te ves genial.

Acomodándome la bata en su lugar, le lanzo una mirada a los dos
guardias que estaban justo afuera de la puerta. Realmente son enormes, como dos osos pardos cubiertos de piel con el ceño fruncido a juego. ―¿No se van a poner sus trajes de baño? ―les pregunto.

Rápidamente, sus expresiones se vuelven aún más sombrías, y el de la cabeza rapada se dirige a Areum. ―¿Por qué lleva eso?

Reum frunce los labios y ajusta su postura. ―Vamos a la piscina.

Parece que los guardias no fueron informados de ese detalle. ―Eso no es lo que aprobó el señor Nam ―dice uno de ellos. ―Dijo que él puede salir de su habitación si ustedes dos están cerca de nosotros en todo momento.

―Mientras se quede dentro de la casa.

―La piscina es parte de la casa, ¿no? ―reum lo desafía, mostrando una valentía que no sabía que tenía―. Está completamente amurallado.

―Eso no es lo que tu hermano tenía en mente, no pueden ir ahí.

―Mi hermano se enojará mucho al saber que me impediste tomar un poco de sol ―dice Areum. Los guardias se miran. La fosa nasal del tranquilo se ensancha con una exhalación y se gira hacia mí.

―Si haces algo incorrecto, te traeremos de vuelta aquí. Un strike y estás fuera.

―¿Supongo que no se unirán a nosotros para nadar? ―pregunto, fingiendo inocencia.

Me ignoran y nos hacen señas para que avancemos. En el primer piso, más allá de las ventanas del piso al techo de la sala de estar, se encuentra la piscina. Areum desliza una de ellas para abrirla, y cruzo el umbral, sintiendo inmediatamente el calor del sol en mi piel. Es un día ibicenco glorioso. Unas tumbonas están dispersas justo delante de nosotros, y Areum se deja caer en una de ellas. Estoy demasiado ansioso por disfrutar de mi pequeña porción de libertad como para quedarme quieto, así que camino hasta el borde de la piscina y miro hacia abajo, el fondo está cubierto de azulejos estampados de colores. Manteniendo el equilibrio sobre una pierna, sumerjo el dedo del pie derecho en el agua. No está fría, pero sí lo suficientemente fresca como para ser refrescante. Me doy la vuelta ante el sonido de la voz de otra persona, Areum está hablando con una mujer mayor que viste un uniforme blanco con un delantal atado a la cintura.

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⏰ Última actualización: May 25 ⏰

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