Bienvenido a la familia

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Es impresionante lo pasmado que pude quedarme después de ese portazo, permanecí de pie por algunos minutos, creyendo que quizás volvería y nos gritaríamos un poco mas, pero no, el sol comenzó a salir y yo permanecí sentado en el mismo lugar, incómodo por el frío tan hostil a mi al rededor, desagradado del silencio e intrigado por la expresión que su rostro me mostró, incluso me repito constantemente las últimas palabras que le dirigí, cuan crudo puedo ser a veces

La constante idea de disculparme deambula en mi cabeza y es que sé que solo expresaba como me sentía, pero es aquí donde mi mayor conflicto emocional aparece, ese que ha estado muy presente en mi vida, aún desde niño, no suelo ser muy empático con eso de cuidar las emociones del resto, en el momento no analizo lo que mi boca suelta y termino por recapacitar cuando el daño ya está hecho

Miro a mi espalda, ladeando la cabeza, intentando ver a través del hueco que deja la cortina hacia lo que creo es una puerta de cristal, entrecierro los ojos por la luz del sol y me deshago de la sabana en la que estuve enredado todo el rato para levantarme y caminar hacia la luz

Mis dedos rozan la tela de la cortina y al apartarla, mis cejas se alzan al apreciar la maravillosa vista, cuanto bosque, me encontraré sobre una cuarta planta tal vez, con razón no logro escuchar a Gerald por mas que me esfuerce, quizás se fue a alguna habitación lejana en esta mansión 

Termino de correr la cortina y boto el seguro en la puerta corrediza para abrir, entrecierro los ojos al sentir la hostilidad del frío abrazándome y colándose por el interior de la camiseta floja que llevo puesta, doy un par de pasos sobre la madera y siento que mi cabello se bate por el viento que corre, este lugar es realmente fascinante

Me quedo ahí por unos segundos, mirando el bosque, las calles, la enorme manada que se encuentra bajo la sujeción de ese rubio de mirada profunda, ¿como me atreví a hablarle así a un Alfa?, de ser otra situación, ya estaría muerto desde hace horas, esa clase actitudes se toman como insubordinación en su estado mas puro 

Decido volver a la habitación, cerrando la puerta detrás de mi y me quedo en silencio mirando lo que se encuentra frente a mi, la enorme cama, un escritorio, varios libros sobre algunos estantes de cristal en las paredes, un par de sillones, mis maletas en una esquina, la ropa de Gerald sobre una silla y sus zapatos botados en medio de la habitación, pasó mucho en muy poco tiempo, aún no digiero la idea de tener mate 

[...]

Las horas pasaron y en medio de ellas, decidí tomar un baño, busqué entre mis pertenencias y terminé por sacar una camisa floja, unos calcetines y un pantalón holgado de pijama para usar, sin mas, terminé tirándome en la cama, escondiéndome entre las sabanas y permaneciendo despierto con la inquietud brotando con mas fuerza en mi interior, entonces sentí hambre

No lo pensé demasiado y salí de la habitación con demasiada intriga, alzando una ceja y preguntándome, ¿quien rayos es Gerald?, caminé por el primer pasillo analizando el lujo con el que esa casa estaba invadida, avancé con solo mis calcetas puestas en los pies y cuidando de mis movimientos buscando alguna cocina, pasé de varias habitaciones y llegué hasta el inicio de unas escaleras, no sin antes preguntarme, ¿será que mas personas viven aquí?, el lugar es vomitivamente enorme como para que Gerald fuera el único habitándola

Bajé las escaleras mirando cada uno de los pisos con curiosidad, intrigado por el silencio tan sepulcral en toda la casa, incluso mis suaves movimientos lograban hacer un eco al rededor, cosas como mi pantalón rosándose contra si mismo, mis respiración, el toque de mis pies sobre el piso,  analicé el sitio y caí en cuanta de que tan inmenso era cuando llegué a lo que me pareció era la última planta, observando desde abajo y admirando boquiabierto el lugar, mi estomago rugió impaciente y atendí a sus exigencias continuando con mi búsqueda de comida 

Omega (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora