Capítulo 27

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Estaba ahí, recostada en su cama, cubierta por esa gruesa manta. La misma imagen de todos los días, lo mismo que se repetía a diario cuando Adelinde, Diluc o el mismo Crepus iba hasta el dormitorio de su pequeña hija y trataba de convencerla para levantarse, para que pudiese seguir con su vida como siempre.

Sin embargo, había dejado de contar las veces en que esa chica había rechazado todo lo que le decían, todo lo que le llevaban de comer hasta su cama, pues no se sentía del humor para siquiera dar un bocado a los postres que más amaba.

Claro que esto les había preocupado, puesto que de ser una niña tan feliz y animada, había cambiado a una chica distante y que apenas si mostraba esa bonita sonrisa en su rostro. Un cambio demasiado radical para alguien como ella.

Lisa les había dicho que eso era normal. Era normal que una joven tan pequeña como ella reaccionara de esa manera después de todo lo que había vivido con el embarazo y el aborto. Estaría triste, deprimida, frustrada y confundida durante un buen tiempo, pero poco a poco podría comenzar a sanar con el apoyo de su familia y el estar más tranquila de ahora en adelante.

Bueno, aunque esto último quedaría de verse según su situación social que también había sido afectada por todo lo que había ocurrido. No quería ni siquiera hablar con sus amigos más cercanos, se había aislado por completo.

—_____, ¿Cómo estás?— preguntó con ese tono suave que utilizaba con ella —¿Has dormido bien?

La única repuesta que recibió fue ver como esa cabecita negaba varias veces, sin siquiera voltear a verle directamente. Le estrujaba el corazón verla así.

—Te traje algunos dulces, ¿No quieres comerte uno?— preguntó, pero recibió la misma respuesta.

El moreno se acomodó en la orilla de la cama, dejando los dulces en la mesa de noche para entonces comenzar a pasar suavemente su mano encima del bulto de sábanas en las que debajo de ella se encontraba aquella chica, dándole un poco de tiempo, pero sin dejar de hacerle saber que estaba con ella.

Minutos después, sintió como la chica se removió un poco hasta lograr girarse sobre si misma, quedando ahora de frente a su hermano, aunque aún con esa mirada perdida y algo distante.

—¿Necesitas hablar del tema?— preguntó, puesto que era algo que ellos le preguntaban en caso de que la chica decidiera hacerlo, pero ella volvió a negarse una vez más —De acuerdo... Entonces, lo dejamos ahí, ¿Esta bien?

—Sí...— murmuró, volviéndose a encoger sobre si misma, sintiendo la suave mano del otro sobre su cabello —No me siento bien, Kae... Perdón.

—Tranquila, no tienes nada de que disculparte— respondió con suavidad —Es tu cabecita y tu corazón. No te vamos a ha logra que nos digas algo que no quieres decirnos.

—¿Aunque eso signifique que nunca les diga nada al respecto?— cuestionó, dejando al otro mudo por unos segundos.

—... Incluso si eso pasa— afirmó, hablando lo más seguro que se le podía escuchar —Lo único que queremos es que estés bien y vuelvas a sentirte mejor en algún momento, _____.

—Me duele mucho, Kae— dijo, llamando la atención del otro —Me duele mucho, pero ya no físicamente, si no que, me duele mi corazón... Me siento tan mal, tan triste... Como si me hubiese traicionado de una forma tan cruel.

—¿Traicionarte?— preguntó confundido por ello, a lo que la otra asintió.

—Me siento usada... Y siento, no sé, me duele mucho pensar en todo eso— mencionó, con esos ojos a punto de derramar sus preciosas lágrimas —Y sé que todo ya ha pasado, y que ya no debería de sentirme así... Pero...

—Tienes que vivir ese dolor, _____. Lo que te pasó no fue nada fácil— dijo —Y, bueno, no tengo idea de que más te habrán hecho antes de todo eso, pero... Tampoco es fácil soltar lo que en algún momento fue lo más bonito para ti.

—Yo... Yo creí que me amaba, que de verdad me veía como eso... Como alguien a quien amaba— sollozo, pasando sus manos hasta su rostro —Pero me di cuenta tan tarde, qué solo era un simple juego para él, que no era más que eso.

—...— él no decía nada, si no que solo se limitaba a escuchar a su hermana pequeña, aguantando también todo el cúmulo de dolor y rabia que le causaba el verla de esa forma. Tan devastada, tan lastimada por una persona que, seguramente, no se merecía el precioso corazón de esa chica.

Pero en su interior, sabía que nunca iba lograr cobrar algún tipo de venganza en contra de él, que todo se iba a quedar así, y lo único que podría hacer, es apoyarla para que, en algún momento, pudiese volver a tener esa hermosa sonrisa en sus labios, y no esa expresión de sufrimiento que era solo dolorosa de verla.

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𝐃𝐨𝐜𝐭𝐨𝐫'𝐬 𝐏𝐞𝐭 - Dottore/ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora