Capítulo 13

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"Tengo que ir a Sumeru unos días, así que, creo que no podremos vernos en un tiempo.

Pero... No será mucho, ¿Verdad?

No tengo idea, linda, depende de cuanto tiempo me necesiten en la Academia. Pero igual, no te preocupes, yo te estaré avisando cuando vuelva, ¿De acuerdo?

Zandik, podemos seguirnos en contacto por mensajes y eso, ¿No?

Claro, pero es posible que no pueda poner tanta atención al móvil por mi trabajo, aunque trataré de responderte de vez en cuando, no te preocupes."

Eso era lo que hablaron la última vez que se habían visto en persona en Mondstadt, para entonces en esos momentos tener poco más de un mes desde que Zandik había tenido que regresar a su nación por cuestiones de investigación y el trabajo como médico que tenía en ese lugar.

Tal como habían dicho, su contacto se limitaba entonces a pequeños mensajes de texto que, a diferencia de cuando estaba en Mondstadt, eran mucho más esporádicos, llegando a pasar días enteros sin saber nada de aquel hombre hasta que lograba obtener una respuesta.

Era algo que, en cierta forma, me dolía, pues para ella, Zandik era alguien muy importante, alguien a quien le tenía un gran cariño y con quien había pasado mucho tiempo a su lado en esos últimos meses, teniendo ya casi un año desde que comenzaron a salir juntos.

No, él nunca se lo había preguntado como tal, pero aquella chica incluso comenzaba a pensar en Zandik como algo más allá de un simple amigo.

Para ella, Zandik era su pareja, o al menos un pretendiente que ya estaba en la línea final para serlo.

Después de todo, habían tenido todas esas citas románticas, ambos se sentía bien el uno con el otro, e incluso habían mantenido relaciones un par de veces después de la primera vez de la más pequeña.

Zandik era todo lo que ella soñaba en su hombre perfecto, desde lo caballeroso y detallista, hasta lo más sentimental e íntimo. Además, era un médico de renombre y tenía un estatus parecido al de su familia, así que, ¿Porqué debería ser malo estar con alguien así?

Oh, claro... La diferencia de edad.

Pero eso no le importaba a ella, menos cuando todo lo demás era perfecto.

Zandik: Hola princesa, ¿Cómo estás?, perdón por no responder ayer, estaba algo ocupado con unas conferencias y caí dormido al llegar a casa.

_____: Zandik! Me alegra mucho que me respondas ^^ Estoy bien, algo estresada por los exámenes, pero bien.

_____: No te preocupes, yo también pensé que estaba ocupado, por eso no insistí.

Zandik: Muchas gracias preciosa, eres tan linda como siempre.

Zandik: Llevate los exámenes con calma, eres buena estudiante, así que te irá excelente. Recuerda descansar y comer bien, eso ayuda mucho.

Zandik: No quiero volver a Mondstadt y ver a mi florecita enferma por esas cosas.

_____: Claro que me cuido y sigo sus consejos, Doctor jajajajaja

_____: Muchas gracias por preocuparte, Zandik <3

Después de eso, la menor se dio cuenta de que la foto de perfil de aquel médico parecía diferente a la de días atrás, más que nada por ahora tener una donde, si bien tenía esa imagen profesional, se veía un tanto más relajado, sonriendo tiernamente al ver una nueva imagen de su amado al menos a través de esa pantalla.

Aunque, al ver más detenidamente esa fotografía, algo le había llamado la atención entre todo el aspecto del mayor, más que nada en su mano izquierda.

Justo en su dedo anular, Zandik llevaba consigo una cautelosa sortija dorada, idéntica a la que su padre aun guardaba consigo en memoria del matrimonio que había tenido con su difunta madre.

¿Un anillo de matrimonio...?

No, Zandik solía traer consigo anillos discretos por gusto personal, variando entre la plata y el oro según lo que mejor le viniera a la ropa que trajese ese día. Ella recordaba muy bien eso.

Sí, debía ser eso, estaba segura de ello.

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𝐃𝐨𝐜𝐭𝐨𝐫'𝐬 𝐏𝐞𝐭 - Dottore/ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora