Septiembre.

25 2 0
                                    

Camino a paso rapido, llevo 3 minutos de retraso y aun que no es un numero alarmante no me gusta llegar tarde a nigun lado. 

-Puera 15- leo una vez más el papel.

Visualizo a lo lejos un pequeño quince en la puerta al final del pasillo. 

Suena mi telefono y lo miro mientras intento mantener el ritmo de mi caminata "suerte, peque" dice su mensaje. Mi torax se calienta un poco por esto.

-Bienvendia Giulia- habla alegre la rubia platinada que se encuentra frente a mi.

Su sonrisa es muy muy grande, y me causa un poco de escalofrios.

Pienso realmente que me causa escalofrios porque ella puede sonreir asi pareciendo que su vida es feliz. Y la mia, ciertamente, no lo es.

-Hola- hablo timida mientras me deja ingresar a la sala. 

Muchas caras voltean a verme y me invade una sensacion de panico.

-Ellos son Paulo, Santiago, Luisa, Camila y Clara- los presenta y el ultimo nombre me altera por completo. 

Busco su cara rapidamente, pero ninguna es la de ella. Y paso de alterada a decepcionada. 

-Hola- vuelvo a saludar intentando parecer amistosa- soy Giulia. 

Los cinco se paran a saludarme de forma feliz y comienzan a parlotear conmigo, como si me conocieran de siempre.
Por primera vez en meses siento esa sensacion de comodidad en un lugar ageno a lo mio. 

"Es gente muy amistosa, ayuda" envío.

"Así es el común de la gente Gia. Es normal" maldito Villamil simpático.

Hacia mucho tiempo había perdido la simpatiquez de hablar fluidamente. Me había vuelto reservada, introvertida.

Quizás fueron los golpes de estos últimos meses que me llevaron a retraerme tanto. Pero con Villa no era así. Si bien no era la misma charlatana de Febrero, no dejaba de contarle mis cosas, mis días.

Tampoco le contaba todo, y en cierto modo me sentía muy culpable. Él me entregaba todo de si, era una chorreadera conmigo, y era injusto que yo no.
Pero tampoco me exigía más, aceptaba eso que tenia para darle.

-Te juro, te juro que no pude sacar una sola palabra en todo el día. Pensaran que soy tremenda tonta.

-Pero eso no lo pensaran porque no habló- bromeó.

-Muy gracioso chiqui, muy gracioso.

-¿Como se siente?- dejo de reír.

-Bien, ¿por qué?

-Dejemos de hacernos los tontos peque, hace meses que su actitud ha cambiado mucho. No quiero presionarla, pero ya no es la misma Giulia que conocí en febrero.

-Nada, la vida Villa, el covid. Eso.

No era del todo una mentira al fin y al cabo. Pero siento que con esa respuesta bastaba, y él no exigió mas. Otra vez.

Las dos primeras semanas pasaron como si nada. Entre rotaciones diarias, conversaciones banales personales, conversaciones puramente médicas y muchos pero muchos pacientes.

Las horas se escurrian pero seguía sintiéndome estancada. Lo único que me motivaba un poco era saber que pronto conocería el resto del cuerpo de Villa.

Esa ilusión de hablar por primera vez en persona era como la primera flor que sale luego del invierno. Un atisbo de vida, de color.

-Y entonces Simon hizo un super mega sonido con su bajo, y la canción va a quedar de puta madre- comenta con mucha emoción.

Una sonrisa sincera se asoma en mi rostro y el deja de hablar

-¿Qué? - pregunto aun sonriendo.

-Hacia tiempo que no veía esa sonrisa suya- siento calor subir por mi rostro y no puedo evitar largar una pequeña risa - y ahora se sonrojó -rie- es muy linda su sonrisa, debería hacerlo más.

Maldición, va hacer que me ponga bordó.

-Bueno basta de alagos por favor.

-¿Por qué? Se los merece.

-Porque no puedo seguir poniéndome roja, parece que voy a explotar sino.

-Y espere a la próxima semana. Voy a poder ver con mis propios como se convierte en tomate.

Las risas inundan el silencio ensordecedor de mi departamento. Ese silencio doloroso de hace meses, comenzaba a tener un pequeño ruido.




_

¡Hola! Acá un nuevo capítulo.
La verdad es que es un año difícil, y me está costando escribir. Es cortito. Prometo intentar hacer algunos más.
Nos vemos en el proximo🤍






ROSA - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora