Abril.

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-Joder, tio- recibo un almohadonazo de Juan.

-Basta por favor- suplica.

-¿Acaso no te gusta mi acento español?- pregunto.

-Eres un martirio- se rasca la cara.

-Debo adaptarme a las muletillas- aclaro mi garganta- que te doy unas hostias- vuelvo a mi imitación.

Juan toma el almohadón sobrante y entierra su cara en el con frustración.

Me descostillo por su hartazgo.

-Paro por hoy, lo prometo- sacudo su pelo.

-¿Donde vas?- levanta su cabeza y sigue mi tránsito.

-Sono mi beeper- enseñó las luces que desprenden de el.

Me solicitan en urgencias, y agradezco que no sean pediátricas.

-Hola Roberto- saludo al señor de la florería.

-Hola Giulia- sacude su mano.

Continuo mi camino mientras voy tarareando un tema que se me pego de la radio.

Toco dos veces la puerta del consultorio cinco y espero a que me abran.

-Hola- Sonrío aunque no pueda verme.

-Hola Giulia, pasa- me indica Matias, el médico clínico.

-Hola, buenas tardes- saludo a las dos mujeres que se encuentran en el consultorio- soy la Dra Pella.

Ambas asienten en modo de saludo.

No se que parentesco tengan pero mi intuición dice que son hermanas.

-Bien ¿quien me cuenta que paso?- miro a los tres.

-La interconsulta es porque Martina- señala a la que parece más pequeña- sufrió un golpe duro en la cabeza.

-Okey- digo pausadamente- Hola Marti- saludo amistosamente- siéntate en la camilla por favor- hace caso y a paso pausado se coloca en la camilla- bien, voy apuntarte con mi luz, seguro te moleste.

Comienzo a evaluar la reacción de sus pupilas.

Derecha ok.

Izquierda... vamos, vamos... reacción tardía.

Paso a la evaluación muscular y luego de coordinación. Le cuesta realizarlas como si tuviera que pensarlas mucho.

-¿Qué te gusta hacer Marti?- pregunto.

-Estudio producción musical- responde algo triste.

-Que genial eso ¿tocas algún instrumento?- di que si por favor.

-Piano- genial- y estoy aprendiendo un poco de violin.

-Wow, que genia- la animo y logra sonreír.

-¿Como esta?- pregunta la otra mujer.

-Bueno, quisiera dejarla en revisión por lo menos todo hoy. El golpe parece haber sido fuerte. La pupila izquierda tiene una reacción tardía- la cara se tranforma a preocupacion- no quiere decir nada ahora mismo, por eso quiero vigilarla- vuelvo a mirar a Martina y ésta asiente- tendrás suerte, hoy es mi guardia- sonrió.

-¿Puede quedarse alguien?

-Lamentablemente no, las reglas siguen muy estrictas por el covid, pero estaré yo y prometo cuidarla como si fuera mi hermana- Martina se ve afligida- ¿sabes? Pueden traerte un piano, eso nos tendrá ocupadas y ejercitadas, ayudara- su cara se ilumina ante mi comentario.

Salgo del consultorio, luego de completar los papeles para la internacion.

-Giulia- me llama Roberto y volteo- ¿como estas cariño?- me acerco a él.

-Muy bien, ¿y usted?- hace una sonrisa chueca indicando que quizás no se encuentre tan bien- ¿que sucede?.

-Amanda se encuentra medio enferma, me preocupa.

-Por eso no vino...- conjeturo- ¿Qué le sucede?

-Tiene tos, y un poco de fiebre.

-¿Se ha hecho el test?- asiente- okey, cuando tengas los resultados avísame. Por ahora que tome paracetamol cada ocho horas, y que descanse mucho- le sonrio- Tengo que irme, pero pasare en un rato, tengo que comprar mi rosa- le guiño un ojo y veo que los suyos se achinan indicando que sonrie.

Continuo por el camino hacia el medical room, y al entrar veo a Juan en la misma posición en la que me fui.

-Tenemos un nuevo paciente- aviso y tomó mi teléfono- la atenderé yo.

Solo levanta sumano dándome el signo universal del "ok".

giuliapella: tengo una paciente músico hoy. Toca piano y violin. Parece magica.

Guardo el teléfono y pongo a preparar café.

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-Y luego tocas esta tecla y así termina el feliz cumpleaños- me explica Martina.

-Genial, ahora podré tocarle el piano a mi sobrina en su cumpleaños- le sonrio.

Tomo mi teléfono, que lleva vibrando un rato y por fin dejó de ignorarlo.

-Dame un segundo- aviso a Martina al ver que tengo una llamada entrante.

Salgo de la habitación  y espero a que su imagen aparezca en la pantalla.

-Hola Gía- su voz alegre y paciente llega a mis oídos y revuelve todo dentro de mi.

-Hola Juan- respondo.

-Perdon, se que esta trabajando pero leí su mensaje y quiero conocer a su paciente- achino los ojos confundida- es que no se, sentí una corazonada.

-Okey, déjame que le pregunto- bajo mi teléfono e ingreso a la habitacion- Marti- ésta me mira esperando que continue- ¿Puedo presentarte a alguien?.

-Eh... si- dice no muy segura.

-Es un amigo que hace música y le conté de ti, dijo que tuvo una corazonada, y bueno...- elevo mis hombros.

-Si dale- suena más entusiasmada.

-Él es Juan Pablo- pongo mi teléfono delante de ella.

-¡Hola!- habla él en un tono elevado.

Martina abre sus ojos cual búho y no dice una sola palabra.

Le gusta Morat.

-¿Te gusta Morat?- pregunto sorprendida- juro que nadie me dijo- aviso a ambos.

-Doy fe, yo tuve mi corazonada, ni siquiera me dijo su nombre- se defiende también Juan Pablo.

-Ay por dios- dice al fin Martina- me voy a morir.

-No en mi turno por favor- Oigo la risa de Juan y me contagio.

Es que es difícil no contagiarse, es graciosa y animosa también. Pero a la vez es una melodía de calma.

ROSA - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora