Camino hacia la salida, mi turno terminó y eso significa que me quedan solo tres guardias más para terminar mi tiempo en Argentina.
Las 5 cuadras que tengo hasta mi apartamento las aprovecho para caminar sin el barbijo puesto y poder respirar normalmente.
Los casos en Argentina son cada vez menos, la gran parte de la población tiene ya dos dosis de vacunas y eso alivia verdaderamente, porque fueron muchos meses de angustia y desesperación.
Hace un poco de frío así que me arropo más y sigo el camino.
-Hola Pedro- saludo al seguridad del edificio.
-¿Que tal Giulia?- responde cortes.
Camino hacia el ascensor mientras tarareo alguna canción que escuche hoy en terapia intensiva.
Tendría que escribirle alguna carta a Clara, hace mucho no lo hago.
Suena el teléfono y la verdad es que no tengo ganas de responder. Pero llevo evitándo las llamadas más de dos semanas.
Me lo dudo un poco más...
-Hola- respondo sin ver la cámara, mientras circulo por mi pequeño apartamento en busca de quien sabe qué.
-Hola Giu- responde Juan- al fin podemos hablar- dice alegre y se me estruja el estómago de pena.
-Hemos hablado por whatsapp- me arrepiento al instante de haber sido tan poco cortez- ¿es que me extrañas demasiado?- intento sonar jocosa.
-¿Qué le sucede Giulia?- suena serio, evidentemente mi intento de que no pase nada, no se está notando- no ha visto la pantalla desde que respondió, está evitandome hace dos semanas. Si tiene algún problema, incluso si es conmigo, puede decírmelo.
Suspiro aún sin ver la cámara, y me animo.
-Nada, solo es que... no lo sé, no estoy encontrando alegría. Todo me mantiene triste y angustiada, desanimada, y no quiero contagiarte eso a ti- miro fijamente sus ojos, que están detrás de sus lentes. Lo hacen ver tan lindo.
-Me huele a que algo más le sucede- achina sus ojos.
-Es solo eso- hombreo condesgano.
La conversación se vuelve banal, y entiendo que esa es su intención porque interpreto que no quiere ahondar más en mis sentimientos, o evita que me remuerda en la tristeza. Lo agradezco, con sinceridad, sin decírselo porque yo tampoco quiero urgar en mi situación y terminar encontrándome con el monstruo imposible de parar.
Pero se bien, que en algún momento ese monstruo tiene que salir, y si quiero mantener al menos una amistad con Juan Pablo, él debe conocer al monstruo.
Aun que yo no lo conozca bien, porque desde que apareció lo único que hice fue esconderlo, sin darle la oportunidad de saber si era bueno o malo. Simplemente incomodó y me fue suficiente para fingir demencia.
-Y ahora que termina su tiempo en Argentina, ¿va ir por Barcelona? - no hablemos de eso por favor.
-Aun no lo medite del todo - ni siquiera lo pense- estoy haciendo un análisis FODA - rió porque es evidente mi ironía y estoy segura que el lo sabe.
-Me prometió que iba a ir por sus sueños- dice en un tono algo fastidiado.
-Lo se, pero no es tan fácil.
-Le da mucha vuelta a todo, viva más simple Giulia- me regaña cual madre.
"Viva más simple", he oído esa frase más de una vez en estos 5 meses. Por mi psiquiatra.
La he oído a Clara decirlo toda su vida, por algo se fue a vivir a Indonesia, uno de los países más simples (por no decir con más pobreza del mundo).
-Le propongo algo- su voz me saca de mis pensamiento de golpe- Vaya a Barcelona, a cumplir sus sueños, y nos encontraremos alli- una pizca de ilusión se asoma en su voz.
Siento algo raro en el estomago, como revoltijos. Pero creo que nada tiene que ver con lo que almorcé al mediodía.
-Me lo pensaré un poco más- digo, pero noto que mi voz sale más animada que antes, sin intención.
-¡Deje de pensar!- grita exasperado- vamos, vamos, vamos- insiste como niño pequeño.
Harta de oír sus reiterados vamos que han llevado mi paciencia al límite le respondo que si.
-Loca- ríe por mi grito.
-Es tu culpa, me has exasperado- carcajeo.
La conversación vuelve a tomar otro rumbo, pero mi mente no puede dejar de pensar en Barcelona, no puedo dejar de pensar en todo lo que dejo en Uruguay. No puedo dejar de pensar.
Y eso es un grave error. Sobrepasar me ha llevado a donde estoy hoy: con una dosis de Sertralina tan alta que a veces no experimento ni siquiera dolor al lastimarme.
Reconociendo lo inminente decido despedirme, para poder activar alguno de los diez mecanismo de calma y defensa que aprendí con Julian, mi queridisimo psiquiatra.
-Juan- corto repentinamente lo que él me está diciendo- tengo que cortar, tengo comida en el fuego apunto de quemarse- preciosa analogía de mi salud mental- te llamo luego.
-Claro Giu- habla alegre, parece no percatarse de mi estado, y eso me alivia- nos vemos en Barcelona.
Dice, y luego corta.
No se que carajo fue eso, pero repentinamente toda esa ansiedad que no paraba de aumentar, baja de sopetón dejándome tranquila.
![](https://img.wattpad.com/cover/345200133-288-k806753.jpg)
ESTÁS LEYENDO
ROSA - Juan Pablo Villamil
Fiksi PenggemarElla rota, buscando respuestas. El feliz, disfrutando sus exitos. Amigos por causalidad. Compañeros en las risas. Amantes en el dolor. Un beso y una flor.