❝Heizou y Kazuha han estado saliendo desde la universidad, ambos desean tener un hijo. Sin embargo hay un problema ya que ninguno puede quedar embarazado por el hecho de ser alfas, por lo que deciden buscar un omega sustituto.❞
★ : Omegaverse, comed...
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Kazuha y Heizou intercambiaron miradas de confusión al notar el extraño comportamiento de Scaramouche. No podían entender por qué actuaba de manera distante y fría, evitando el contacto físico con ellos. Parecía como si estuviera evitando su presencia deliberadamente, lo cual les desconcertaba.
Había comenzado con aquella actitud desde la otra vez hace cuatro o cinco días atrás cuando fueron a la clínica y a comprar cosas para los cachorros que venían en camino. Primero Scaramouche había comenzado a responder de manera seca y evitaba el contacto físico con ellos, no entendían la razón del porque su actitud tan fría ni del porque formaba nidos con sus ropas tan repentinamente y no los dejaba acercarse a él.
Comenzaban a dudar en si llevarlo al doctor o no, pues era algo preocupante su comportamiento tanto como su aroma que había cambiado también, la cierta fragancia de la flor de cerezo parecía desvanecerse más poco a poco y eso les preocupaba de cierta manera a ambos. Pareciera como si estuviera enojado con ellos y no sabían el porqué.
Y aunque sonará algo cruel esta comparación, Scaramouche se estaba comportando como esas gatas embarazadas con mal humor veinticuatro siete.
Ambos alfas se sentían confundidos y algo heridos por la actitud de Scaramouche, ¿Qué había provocado este cambio repentino en el omega que solían cuidar y proteger? ¿Por qué los evitaba y actuaba de manera fría y distante?
Heizou, en particular, notó que el aroma de Scaramouche se desvanecía, y aunque era sutil, era lo suficientemente perceptible para él. La sensación de que Scaramouche se alejaba de ellos era palpable, como si hubiera salido de casa en secreto. Esta actitud distante comenzaba a preocupar a los dos alfas, ya que no entendían por qué su omega se estaba comportando de esa manera.
Estaba a punto de por fin cerrar sus ojos si no fuera que no logró nuevamente olfatear el aroma del omega que suponía que ya se debería estar encontrando en su habitación durmiendo en su camita, Scaramouche había comenzado a tomar siesta todas las tardes y era algo chistoso para ambos alfas aquello porque lo único que el índigo hacía era dormir la mayoría del tiempo.
Las feromonas de Scaramouche eran mucho más intensas cuando se encontraba cerca suyo, pero en esa ocasión era diferente porque desde hace un buen rato pareció ver un cambio en el ambiente ya que como anteriormente había dicho, el aroma del índigo redució un toque como si se hubiera alejado.
Lo sentía lejos.
La actitud distante y fría del omega les desconcertaba, y la sensación de que se alejaba aún más de ellos los inquietaba profundamente.
— ¿Kunikuzushi salió? — preguntó el pelirrojo luego de un tiempo cuando el albino se sentó a su lado en el sofá, este negó al instante y enarcó una ceja.
— No, ¿Por qué? — Kazuha, con su aguda percepción, captó el sutil cambio en el aroma de Scaramouche también, como si se estuviera desvaneciendo lentamente en el aire. Esta señal les indicaba que algo no estaba bien, que algo perturbaba al omega y lo alejaba de su presencia — Debe estar en su habitación.
