Capitulo 15

333 53 6
                                    

Íbamos a toda velocidad a través de la noche oscura a lo largo de las carreteras del país. El viento chocó contra el Camaro. La lluvia golpeaba el parabrisas. Yo no sabía cómo mi mamá podía ver algo, pero ella mantuvo su pie en el acelerador.

Cada vez que había un relámpago, miraba a Grover sentado a mi lado en el asiento de atrás y me preguntaba si me había vuelto loco, o si él usaba una especie de pantalones de alfombra de peluche. Pero, no, el olor era uno que recordaba de viajes en el jardín de infantes al zoológico—lanolina, como de lana.

El olor de un animal húmedo de corral.

– No sé cómo sentirme con respecto a tu comentario... - le dijo Grover a Percy.

Voltee a ver a Leah para encontrarla viendo las "piernas" de Grover de la misma manera, me alivio saber que al parecer yo no era el único que no tenía idea de lo que estaba pasando.

Volví a dirigir mi mirada hacia Grover y todo lo que pude pensar para decir fue:

– ¿Así que, tu y mi mamá...se conocen?

Los ojos de Grover revoloteaban en el espejo retrovisor, aunque no había coches detrás de nosotros.

– No exactamente – dijo - Quiero decir, nunca nos hemos conocido en persona. Pero ella sabía que yo te estaba mirando.

– ¿Mirándome?

– Estoy pendiente de ti. Asegurándome de que estuvieras bien. Pero no estaba fingiendo ser tu amigo - añadió rápidamente - Yo soy tu amigo.

– Lo estabas espiando – hablo Leah por primera vez después de que todo esto comenzara.

– No lo estaba espiando, lo estaba cuidando – dijo con severidad.

– Ummm... qué eres, exactamente?

– Eso no importa ahora.

– ¿No importa? De la cintura para abajo, mi mejor amigo es un burro...

Grover soltó un agudo y gutural:

– Blaa-ha-ha!

Lo había oído antes hacer ese sonido, pero siempre había asumido que era una risa nerviosa. Ahora me di cuenta de que era más una irritante imitación.

– ¡Cabra! - gritó.

– ¿Qué?

– Soy una cabra de la cintura para abajo.

– Pues pareces un burro – ataco Leah.

– Blaa-ha-ha! ¡Hay sátiros que los pisotearían por tal insulto!

– ¿Sátiros? – preguntó incrédula.

– Whoa. Espera. Sátiros. ¿Te refieres a... los mitos del Sr. Brunner?"

– ¿Fueron las ancianas en el puesto de frutas un mito, Percy? ¿Fue la Sra. Doods un mito?

– ¡Así que admites que había una Sra. Doods!

– Por supuesto.

– Entonces por qué...

– Cuanto menos supieras, menor el número de monstruos que atraerías - dijo Grover, como si debiera ser perfectamente obvio. - Ponemos niebla sobre los ojos humanos. Esperábamos que pensaras que Doods era una alucinación. Pero no fue bueno. Tú comenzaste a darte cuenta de quién eres, y ella aun recordaba a Doods - lo ultimo lo dijo en un susurro mirando a Leah sospechosamente.

The SecretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora