Capítulo 3

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Todos se le quedaron viendo fijamente hasta que aclaro su garganta y dijo:

- Yo leeré primero - tomo el libro y leyó el titulo - "Percy Jackson y el ladrón del rayo" - solo con decir eso Zeus se levantó furioso de su trono y le apunto al hijo del mar con su rayo.

- ¡¿Cómo te atreviste a hurtar mi rayo?! - Percy tuvo que aguantar la sonrisa que quería dejar salir, fue inevitable para el no recodar la famosa frase "¡¿Cómo te atreviste a hurtar mis tartas?!".

- Hermano, te recomiendo que escuchas bien, allí dice Percy Jackson Y EL ladrón del rayo. Ahora deja de apuntarle a mi hijo - hablo Poseidón de forma amenazante mirando fijamente a Zeus desde su trono, este al ver su error volvió a su trono, pero sin dejar de ver a Percy.

- Okey, empecemos con esto - dijo Artemisa para empezar a leer

(Academia Yancy 2017)

Mira, yo no quería ser un mestizo.

- ¿Por qué? Ser mestizo es genial - dijo Apolo, todos los semidioses hicieron una mueca, ellos pensaban los mismo antes, pero ahora...

Si estas leyendo esto es porque piensas que puedes ser uno, mi
consejo es: cierra este libro ahora mismo.

Créete cualquier mentira que tu madre o tu padre te hayan dicho

acerca de tu nacimiento y trata de llevar una vida normal.

Ser un mestizo es peligroso. Da miedo. La mayor parte del tiempo,
consigues que casi te maten de diferentes formas dolorosas y
desagradables.

Los Dioses miraron a sus hijos y vieron que estos estaban con la viste en el piso, se preguntaron ¿En verdad ser mestizo es tan malo?

Si eres un niño normal, leyendo esto porque cree que es ficción,
fantasía. Sigue leyendo. Te envidio por ser capaz de creer que nada
de esto hubiera ocurrido. Pero si te reconoces a ti mismo en estas
páginas - si tú sientes algo moviéndose dentro - para de leer
inmediatamente. Podría ser que fueras uno de nosotros. Y una vez
que lo sabes, es cuestión de tiempo antes de que lo sientas y van a
venir por ti.

Ni digas que no te lo advertí.

Mi nombre es Percy Jackson.

Tengo trece años. Hasta hace unos meses, yo era un estudiante que
se alojaba en la Academia Yancy, una escuela privada para niños
problemáticos en el centro de Nueva York.

¿Soy un niño problemático?

- Si - contestaron en coro los semidioses haciendo reír un poco a Percy que se encontraba inusualmente callado.

Si. Se podría decir que sí.

- Ves, hasta tú mismo lo aceptas - dijo Thalia con burla.

Justo ahora iba caminando con Grover, mi mejor amigo, estamos charlando acerca del examen de fin de mes hasta cuando siento como alguien choca conmigo y me tira al suelo haciendo que todos los libros que llevaba encima cayeran igual.

- Fíjate por donde vas, imbécil - esa voz la reconocería en cualquier lugar.

- Pero que es ese vocabulario - dijo seriamente Hestia mirando fijamente el libro.

- Leah Hamilton - murmuro Grover mientras veía como se iba sin siquiera ayudarme - la odio.

- Da igual Grover no importa, vamos que vas a llegar tarde.

- ¿Cómo que no importa Percy? Te ha molestado todo el año sin ninguna razón, te da empujones, te grita, tira cosas ¡Esta loca! - se exaltó- Solo falta que un día te golpee, ¡y tu actúas como si no te importara!

- Vamos Grover, tampoco exageres - dije un poco molesto, no me gustaba que Grover hablara así de Leah.

- Y te enojas, parece como si la estuvieras defendiendo.

- Es cierto Percy, lo que te hacía era Bullying - le susurro Annabeth enojada, no le agradaba esa chica, Percy no dijo nada y siguió callado.

- Que desagradable niña - hablo Afrodita arrugando la nariz.

- De seguro es culpa de los padres que no la educaron bien, que desgracia- esta vez fue Atenea la que hablo, Poseidón solo se limitó a mirar a Percy en silencio, había algo que no les estaba contando

- Creo que lo mejor será seguir con la lectura, Artemisa - miro hacia la Diosa, esta asintió.

- Déjalo así Grover, mira ya son las 1:15 solo te quedan 15, minutos para abordar el bus.

Grover iba a volver a su hogar por 1 semana, cuando le pregunto me dijo que problemas familiares.

Lo acompañe hasta abordar el bus.

- Okey amigo, nos vemos que te vaya bien - me despedí

- Nos vemos en una semana - eso fue lo último que dijo antes de subir al bus.

Me despedí moviendo mi mano y emprendí rumbo a mi habitación, cuando estaba cerca se empezó a escuchar una música que curiosamente venia de mi habitación cuando entre solo rodé los ojos y trate de no reírme.

< Te envío poemas de mi puño y letra

Te envío canciones de 4 40

Te envío las fotos cenando en Marbella

Y cuando estuvimos por Venezuela

Y así me recuerdes y tengas presente

Que mi corazón está colgando en tus manos

Cuidado, cuidado

Que mi corazón está colgando en tus man....>- se voltea y cuando me vio automáticamente deja de cantar y para mirarme mal, yo no pude evitarlo y comencé a reír.

- ¿Cómo entro una extraña a tu habitación? ¡¿Qué clase de seguridad tenía esa Academia?! - exclamo Thalia indignada.

- No era una extraña - murmuro Percy en voz baja, aunque lo dijo bajo se pudo escuchar con claridad.

Leah tenia la tendencia de entrar a mi habitación cuando le diera la gana.

- ¿Qué carajos? - murmuro Annabeth enojada, una cosa es molestarlo en clases otra muy diferente es ir a invadir su privacidad.

- ¿Qué le pasa? Esta loca Percy, no entiendo porque la defiendes - dijo Piper confundida.

- Creo que lo mejor es que oigan lo que viene a continuación - dijo Artemisa. A ella también le había parecido una falta de respeto que aquella chica entrara a la habitación así, pero mientras todos hablaban sobre el tema decidió leer lo que seguía en el libro, esas palabras son las que la habían dejado.

Leah Hamilton, el terror de Yancy.

Mi mejor amiga.


The SecretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora