-OH, MY DARLING ... IM NOT A BOY-

CAPÍTULO 12

Habían pasado algunos meses desde el regreso de Emily, tuvieron que mentirle mucho a Sera para que no preguntara. Los meses fueron muy interesantes, entre escapadas románticas, pequeños momentos de amor entre ambas, besos fugaces; claro todo a escondidas pues nadie debía enterarse de este pequeño amor entre ambas.

También hubieron momentos entre ambas, celos, peleas y sobre todo algunas verdades; Emily estaba enojada con Lute por el echo de ocultarle sobre los exterminios; a pesar de haber estado en el infierno nunca se le había mencionado nada. Pero como toda pelea entre una pareja, todo tiene solución.

Lute dejo el ejército de Adam, aunque el no estaba muy contento al final dejó que la chica se fuera; la ex exorcista tuvo que abandonar la base de los exorcistas y comenzar una nueva vida, conseguir un trabajo parcial, un nuevo departamento y finalmente dejar el uniforme que tanto tiempo había usado con orgullo.

Este día en especial Lute tenía una cita con Emily, su departamento era un desastre; no encontraba la camisa nueva que habia comprado, agito sus alas con desesperación; escuchó suaves golpes en la puerta, sabía que Emily ya había llegado y ella aun no estaba lista para su cita (a esconfidas).

—¿¡Lute!? ¿¡estas en casa!?

La voz de Emily se escuchó, Lute debía buscar alguna forma de encontrar ropa adecuada; lo único que llegó a ver que estaba lo suficientemente presentable era una sudadera gris con estampados de angelitos. No combinaba con la falda y botas largas que usaba, pero era lo único a su disposición.

Abrió la puerta encontrándose a Emily con un lindo vestido azul.

—Te vez preciosa— halago a la serafín.

—Tú ... bueno, parece como si hubieras despertado recién ¿que esa no es la sudadera que te regale para que la uses de pijama?

—Si bueno, la camisa que compre aparentemente decidió esconderse hoy y arruinar parte de mi día— Lute se sonrojo por la vergüenza y Emily soltó una risilla.

—Aún tenemos tiempo, te ayudare a buscarla— y así Emily entró al desordenado departamento de su novia.

—¿Estás segura? Tomó tiempo esa reservacion— Lute cerró la puerta y se acercó a Emily.

—Sip ... y para empezar, no puedes buscar algo en tanto desorden— dijo mientras usaba su magia para guardar toda la ropa de Lute en los cajones de su armario.

—¿Debería admitir que sigo envidiando esos poderes que tienes?

—Definitivamente y ¡Mira! Aquí esta tu camisa— Emily tomó la tan dichosa camisa y se la dio a Lute.

Lute agradeció en silencio, comenzó a quitarse la sudadera que tenía puesta, para por fin reemplazarla por su camisa, pero no esperaba que su dulce Emily la abrazara por la espalda y dejara tiernos besos un la misma.

—¿Tenemos tiempo para esto?— preguntó, Lute sonreía mientras su adorada novia seguía dejando besos en su espalda.

—No ... pero a pasado un tiempo desde que tú y yo no tenemos relaciones— Emily delineo con sus manos el cuerpo de Lute y la contraria sonrió.

—Bueno eso es cierto ... pero me mate unos dos meses trabajando para esa reservación— Lute se giró para quedar frente a Emily, la serafín se acercó y dejó un beso en sus labios.

(•°Alerta de Smut°•)
[P.D: se que dije que esto sería más calmadito, peeeroo quise hacerlo]

Lute definitivamente deseaba llevarse a su novia a la cama, pero pensaba hacerlo después de la cena "entre amigas" que tendrían en uno de los restaurantes más caros del cielo. Tal parece que su plan fallaría en esta ocasión pues Emily ya había comenzado a quitarse el vestido.

Rápidamente la peliblanca levantó a la serafín y la llevó a su cama, Emily soltó una risa al ver la emoción de Lute.

—¿Porque te ríes?— preguntó mientras dejaba pequeños besos en el cuello y clavícula de la serafín.

—

Estás muy emocionada, eso es algo tierno de tu parte— Emily deslizó sus manos hasta el broche de Lute; con un ágil movimiento de sus dedos quitó esa prenda.

La peliblanca se separó de Emily, se quito las botas y su falda; ya en ropa interior volvió a pegarse a Emily quién terminaba de quitarse las bragas y el sujetador.

Lute no espero más, atacó los senos de Emily; su lengua hacia pequeños círculos alrededor de los pezónes, su otra mano jugaba con el otro seno y por supuesto Emily soltaba suaves suspiros.

La serafín siempre disfruto la intimidad con Lute, la peliblanca era muy delicada con ella y eso se le hacía muy tierno de su parte; pero aveces deseaba que sus encuentros sexuales fueran un poco más rudos.

Lute dejo los senos de la serafín y bajo dejando pequeños besos húmedos, finalmente llegó al centro. Emily cerró los ojos, sabía lo que vendría ahora; sintió la lengua de Lute pasearse de la manera más tortuosa y lenta por todo su coño.

Se aferro a las sábanas de la cama, adoraba sentir la lengua de su novia entrando y saliendo; además de las caricias que le proporcionaba con sus dedos. Su clitoris estaba hinchado, los dientes de Lute aveces golpeaban el pequeño botón de carne y eso le enviaba pequeñas corrientes eléctricas.

—Oh santa mierda— gimió, Lute se dejo su trabajo y se dedico a ver atentamente el rostro de la serafín.

—Eres realmente bonita— susurró. Emily se sonrojo, atrajo una almohada y golpeó a Lute.

—¡Idiota! No digas esas cosas cuando estamos ... ¡solo no digas eso!— Emily estaba sonrojada aún, cubrió su rostro con la almohada para que Lute no la viera.

La peliblanca se rio, se acercó a Emily y le quitó la almohada de la cara; la serafín tenía el ceño fruncido. Lute se acercó y comenzó a dejar pequeños besos por todo el rostro de la serafín.

—Pero digo la verdad, eres realmente bonita.

Emily sonrio, aunque seguía algo enojada con Lute. Acercó a la peliblanca hacia ella y beso sus labios, un beso delicado sin ninguna otra intención, Lute lo correspondió sin protestas.

—Te parece si mejor solo dormimos, por culpa tuya se me quitaron las ganas.

Lute soltó una risa escandalosa, Emily se enojo aún más y se cubrió con las mantas que tenia mas cerca.

—Perdona ¿si?— Lute se acercó a abrazarla y la serafín correspondió gustosa.

Quizá esta no era la cita que tenía planeada pero salió mejor de lo que esperaban. Al poco rato ambas se quedaron dormidas sin saber que alguien las estaba viendo.