Capítulo 5

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Al llegar al restaurante los cuatro adultos se encaminaron a un apartado que estaba frente a un hermoso ventanal, viendo así la inmensa aldea bajo sus pies.

Los hombres se adelantaron y permitieron caballerosamente que las mujeres se sentaran para luego sentarse junto a sus respectivas parejas.

Al llegar la comida se mantuvo la agradable charla y lo que pudo notar el matrimonio mayor era como una acostumbrada Sakura tomaba un poco más de comida para dejarla gentilmente sobre el plato de su acompañante, regalándole una tímida sonrisa en el proceso; la cual, fue correspondida por un sonrojo por parte del hombre que perfectamente pudo ser disimulado gracias a la impenetrable máscara. Sin embargo, Jiraiya lo notó. Al parecer su amada esposa estaba en lo cierto, como siempre.

Al igual que la comida el sake no faltó, ronda tras ronda las botellas se fueron vaciando dejando a los cuatro muy alegres. Sin duda los más afectados fueron Sakura y Jiraiya. Tsunade por su parte tenía una gran resistencia a ese mágico elixir y Kakashi simplemente supo cuando parar. Por otro lado, Sakura reía tontamente con el anciano; vaya a saber Kami sobre qué. Kakashi simplemente apoyó su cabeza en la mano mientras observaba sin miramientos a su bella compañera.

—Creo que será hora de que vayamos a descansar —dijo una alegre Tsunade al ver el infantil comportamiento de su marido.

—Estoy totalmente de acuerdo, corazón mío —dijo atontado el hombre. Los jóvenes sólo pudieron reír ante ese cursi término. Sin embargo, los ancianos simplemente los ignoraron regalándose un casto beso en los labios.

—Tú no eres así de romántico conmigo, sensei —hizo un puchero una muy ebria Sakura.

—Sakura —sonrió encantado ante esa escena —Si lo intentara me golpearías... corazón mío —bromeó con un tono meloso. Ella simplemente agitó sus largas pestañas demostrando la fingida tristeza —Sólo pídemelo y seré el ninja más cursi de toda Konoha —se rindió ante el encanto de la joven. Después de todo, por desgracia, no era su mundo y todo lo que allí ocurriera nadie lo sabría... o eso esperaba.

...

—Bueno tortolitos, aquí nos despedimos —dijo Tsunade tomando de los hombros a su ebrio marido —Mañana a la mañana iré a buscarlos —comentó.

—No creo que te permita salir de la cama hasta el mediodía —le susurró demasiado alto el hombre haciendo que sus acompañantes lo oyeran y rieran por lo bajo. Tsunade simplemente sonrió satisfecha.

—Puede que pase mas tarde por su casa —finalizó despidiéndose y caminando junto a su pareja en dirección a su hogar.

—Se ven tan lindos juntos —sonrió Sakura con cierta melancolía. A pesar del alcohol en sangre reconocía que estaban en otro mundo y le dolía saber que su maestra jamás tendría ese final con Jiraiya sama.

—Es cierto —dijo él entendiendo a qué se refería la joven —Pero bueno, no es momento de pensar en eso —la sacó de sus pensamientos —Es hora de ir a casa.

—Casa —rió —Me gusta como suena eso. Tan... familiar —dijo mientras dejaba caer su pequeño cuerpo contra el pecho del peli plateado.

—Creo que jamás te había visto tan ebria —se rió mientras la sostenía.

—No estoy... tan ebria —se defendió ella. Sin embargo, al intentar dar unos pasos sus piernas se enredaron y casi cae al suelo.

—Ven —sonrió resignado él mientras se agachaba para que ella subiera a su espalda.

Ella lo meditó durante unos segundos para luego quitarse los zapatos y saltar sobre él.

—Dame —dijo simplemente para tomar entre sus manos los zapatos de ella, junto con sus sensuales y tonificadas piernas.

Cruzando CaminosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora