(Juanjo)
El día ha sido frenético, he cogido el primer Ave a Barcelona, y desde entonces ha sido un no parar. Nos hemos reunido con Gestmusic por temas de una colaboración, con una productora para una propuesta, y con TV3, la televisión autonómica catalana, para una entrevista en su late night. He podido aprovechar para comer con Lucas, que vive en la ciudad y llevábamos tiempo sin coincidir. Al guacho le cogí tanto cariño en las últimas semanas del programa, y más todavía en la gira. Somos dos personas muy parecidas en la hiperactividad, sentido del humor y brotes de locura, pero también en la madurez. Nos entendíamos y acompañábamos mucho.
Es increíble cómo con estas personas con las que vivimos una de las experiencias más importantes e irrepetibles de nuestras vidas mantendremos una conexión y hermandad para siempre. Nadie más sabrá qué es lo que sentimos entonces, y cómo eso afecta a cómo nos sentimos ahora. Fueron 3 meses de una montaña rusa de emociones vertiginosa a la que nunca me arrepentiré de haber subido. Me dio mi carrera musical, conexiones profesionales, amistades eternas, un crecimiento personal impagable, y el amor más puro y real que jamás había sentido.
Si bien no hicimos declaraciones públicas, nuestros compañeros y compañeras más cercanos de OT sí sabían que habíamos roto. La noticia fue un shock para todo el mundo, pero enseguida supieron respetar nuestro espacio. Igualmente, por más que me preguntasen el porqué, yo no tenía ni idea de qué responder. Todo había pasado demasiado rápido para mí, tan repentino, tan demoledor. Seguramente Martin tuviese una versión diferente. Nunca supe hacía cuánto que venía pensando en irse, si lo había planeado, si había dejado de amarme y cuándo, si había estado actuando y por cuánto tiempo.
Después de meses de ausencia, de que cada uno hiciese su vida, verlo el sábado había provocado una explosión de emociones tan contradictorias. Ansiedad, angustia, enfado, decepción, anticipación, nervios, vértigo, ternura, nostalgia, calidez. La necesidad de salir corriendo, la necesidad de llevármelo conmigo.
De una manera u otra, lo que me quedaba claro es que Martin Urrutia no me dejaba indiferente, y que no lo había olvidado ni una milésima. Decirle de vernos fue una reacción impulsiva, lo habitual en mi de todas formas. Mi boca va más rápido que mi cerebro. No tenía ni idea de qué hablaríamos, cómo estar sentados el uno frente al otro y que eso no se convirtiese en un duelo de reproches y demandas de explicaciones. Suspiro hondo para tranquilizarme, e intento fluir y sacar mi versión más zen. A quién quiero engañar, estoy histérico.
Cojo el último tren de vuelta a Madrid acompañado de mi mánager, necesito dormir en casa esta noche, aunque llegue tardísimo, y poder descansar bien mañana. Sólo tengo una reunión por la tarde, y tengo mucho que pensar.
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Por más que intenté alargar el tiempo no funcionó y es el momento. Estoy yendo a recoger a Martin a su casa. Estoy atacado. Sólo hablamos brevemente ayer para ver dónde íbamos. Me dijo que cerca de su piso había un bar pequeño y discreto donde solía ir y nadie lo molestaba.
Así que aquí estoy, aparcando el coche al lado de la casa de mi exnovio para tomarme un té rooibos con él después de seis meses de contacto cero y lágrimas mil. Surrealista.
Llego a su portal, no sé si escribirle que baje o tocar el timbre, me siento un poco imbécil. Ya está bien, no soy yo el que tiene que estar nervioso, lo que salga de este encuentro, saldrá. Y si va mal, bloqueo y a la casilla de salida. Me las he visto peores en mi vida.
Toco el timbre. Martin coge el telefonillo y antes de yo decir nada me avisa que baja. Lo veo salir de su portal, tan guapo como siempre. Él me mira de arriba a abajo, pegándome un repaso que casi me hace sonrojar, pero me controlo. Lo veo mucho más suelto y desvergonzado que cuando estábamos juntos. Nos saludamos con un suave hola y dos besos.
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La cuadratura del círculo
General FictionTodo iba bien, hasta que dejó de irlo. Las necesidades de descubrimiento ponen distancia entre Juanjo y Martin, ¿podrán volver a encontrarse?