Cap 12

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Escape, escape del barco.

No sabía dónde iría, ni siquiera podía reconocer las calles, nunca había venido a este lugar.

Entre a un bar, las personas estan bebiendo, algunas bailando y otras apostando. Me acerque al mostrador donde había un chica.

-disculpa- ella me miró - ¿Donde estamos?-

-muy lejos- ella respondió con una sonrisa- no eres de por aquí- su mirada era compasiva.

-no, estoy perdida- miré a todos lados-.

-¿Cual es tu nombre?- pregunto.

-Penelope Fatherington- respondí rápidamente.

-la hija del Lord Fatherington- la mire dándome cuenta de mi error- muchachos tenemos algo bueno.

2 personas aparecieron detrás de mi.

-lo lamento pero necesitamos dinero- su sonrisa aumento- se que tú familia daría buen dinero por ti-

-¿Que familia?- pregunté con las lágrimas nublandoi vista- ellos me vendieron -

La mujer se masajeo el puente de la nariz, como si estuviera pensando en una solución.

-¿Nadie te busca?- pregunto de la nada.

-no- respondí mirando el suelo.

-entonces, pueden llevársela- levanté la mirada confundida - hagan lo que quieran con ella.

-¿Como que lo que quieran?- pregunté exaltada.

Los hombres solo empezaron a jalarme fuera del bar.

-osea que podemos disfrutar de ti cuanto queramos o simplemente matarte- comento uno de los que estaban a mi lado.

No, no puede ser ¿Me harían daño?.

No yo necesito volver.

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Se que no quería que eso pasara, pero no pude, hice todo lo posible pero nos
nada.

Ahora estoy tirada en el suelo, solo tengo un vestido, más bien un trapo, puesto que me quitaron el mío para venderlo. Mis lágrimas caían como un río y mi voz es prácticamente inexistente, la garganta me ardían como si me hubieran pasado leña encendida por esta y mi cuerpo dolía demasiado.

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La luz del sol me despertó, era un bonito amanecer, miré hacia mi lado y vi un desayuno, lo comí y me senté en la cama, ¿me daría por vencida?, ¿Tan sencillamente? ¿No lucharía?.

No lo se.

Justo en ese momento llegaron ellos, por lo que había escuchado uno se llaman José y Mark. Nunca olvidaré sus nombrés.

-descansa, cuando lleguemos queremos pasar un buen rato- ellos sonrieron.

-depravados- susurré para mí misma.

Sin más se fueron y me dejaron ahí, otra vez, algo más que obvio es que no quiero estar aquí cuando lleguen así que debo buscar la salida más rápida.

Recorri la habitación como un rayó en busca de algo que me ayudara a escapar, pero solo habían sábanas en los armarios y pequeñas piedras decorativas.

Así que coji esas piedras y las lanze a la ventana en lugares estratégicos, como las esquinas y unas cuantas en el medio, el vidrio se rompió con un sonido ensordecedor, tuve miedo porque se darían cuenta de que escape rápidamente. Me acerque a la ventana con miedo para ver si alguien estacerca, pero mi gran sorpresa es que hay como 5 pisos de altura.

Todo estaba perdido.

Me senté a llorar como niña, ni siquiera puedo soportar un día así, como lo haré si no logro escapar.

A lo lejos escuché las voces de ellos y me asusté. Rápidamente me levanté y fui al armario, solo habían sábanas.

Eso usaré para escapar, sábanas, las uni con un nudo bien fuerte, de esos que se usan para amarrar
alguna caja cuando la van a transportar.

Encontré un vestido un poco más decente que este, así que me lo puse, este vestido no tiene ojos que dejen al descubierto mi feminidad.

Amarre la gran cuerda de sábanas a la pata de la cama y me aseguré de que soportará mi peso, fui a la ventana y respire profundamente.

No pienses.

Agarre la sábana fuertemente y empezé a descender poco a poco, pero escuché unos pasos en las escaleras, eran ellos, si no me apuraba nunca saldría de ahí, empezé a bajar más rápido, ahí fue cuando sentí que la sábana se movia sola, eso era extraño, peeo segui bajando.

-¿Donde está?- escuché la voz de Mark.

Mi corazón empezó a latir fuertemente, tanto que me dolía.

-la estúpida escapó - José sonaba furioso- espera- contuve la respiración- las sabanas están extirpadas- mire hacia arriba y estaban ellos, en la ventana.

-bajemos- ambos desaparecieron de mis vista.

Rápidamente entre en pánico y trate de bajar lo más rápido posible, ahí fue cuando me di cuenta que la sábana está moviendo por su cuenta pero no presté atención y derrepente empecé a caer, un grito salió de mi garganta y antes de tocar el suelo me detuve.

Corrí lo más rápido que pude a la puerta del departamento y allí estaban ellos llegando, cerré y puse seguro, algo estupido pero los detendrá un momento, luego empece a correr otra vez mientras escuchaba como forcejeaban con la puerta, corrí sin prestar atención, cosa que hizo que me clavara un vidrio en el pie.

Me detuve un momento con lágrimas en los ojos para quitarme el vidrio cuando escuché que abrían la puerta, corrí sin importar la herida, el miedo me estaba haciendo comportarme de manera irracional pero seguí.

Casi 1 minuto después me detuve en un callejón y me escondí ahí. Los escucho llegar y yo trato de sacarme el cristal del pie, mientras lo hago tuve que empezar a moderme la mano para no gritar.

-pen- llamo José - sabemos que está aquí, si sales ahora no te castigaremos-

Sabía que era mentira, así que guarde silencio, con la respiración agitada y el corazón en la garganta.

-vamos- ahora fue Mark quien habló y escuché cómo se acercaban.

Este es el fin.

Hubo movimiento del otro lado.

-¿Que fue eso?- pregunto José.

-no lo se- respondío Mark- ¿Crees que sea ella?.

-posiblemente- ambos corrieron hacia allá, cuando se fueron me di la oportunidad de respirar y con un poco de tela de mi vestido envolví mi pie.

Me levanté y me aseguré de que ninguno estuviese cerca, corrí otra vez y justo en ese momento vi un carruaje, iba a subir cuando.

-¡Detente!- exclamó Mark.

-lleveme a Mayfair- grite mientras subía, el hombre me miró confundido.

-¡Ya!!-

El carruaje se movio abruptamente, alejándome cada vez más de ese infierno.

La fea del baile (penelope Fatherington)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora