Cap 13

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Cuanto deseo verte, pero ya voy, solo espérame unos momentos por favor Lucas.

-llevame a Mayfair- el cochero con duda echo a andar el carruaje.

Mientras veo como aquellas 2 personas se quedan atrás en las sombras me permito respirar y relajarme, después de semejante sacrilegio lo que más merezco es un descanso.

Me dormí.

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Cuando desperté el sol estaba afuera por lo cual deduje que era de mañana, aún seguíamos rodando camino a Mayfair.

El carruaje se movió bruscamente.

-Disculpe señorita, el camino está muy dañado- hablo el cochero.

-no importa- dije con una sonrisa - mientras lleguemos vivos todo está bien-

Escuché una gran carcajada de su parte y de la nada yo también estaba riendo a carcajadas. Tanto que me dolía el estómago.

No se porque reía, supongo que por aquel sufrimiento que pase y ahora soy libre, siento que podría reír toda mi vida.

El carruaje se movió, otra vez.

-¿Que sucede?- pregunté preocupado.

-no lo se- dijo el cochero.

De repente el carruaje se fue de lado, fue tan rápido que no siquiera pude reaccionar cuando ya me había golpeado con el muro.

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Tan solo 5 minutos me tomaron para recobrar el conocimiento y lo primero que hice fue ponerme de pie para salir de allí. Una vez afuera vi al cochero, parado.

-¿Que pasó?- pregunte caminando a su lado.

-la rueda se salió - contesto desanimado - ¿Está usted bien?-

-tan bien como podría estarlo- suspiré - ¿Cuanto tardará en arreglarlo?-

-solo medio día-

-¿Tanto tiempo?- no pude evitar sonar sorprendida.

-en realidad no- lo miré confundida- y el sonrió de manera timida- es que no tengo un repuesto, así que debo comprar uno- de excuso.

Suspiré y asentí para luego empezar a caminar hacia el pueblo.

-entonces vamonos- le dije mientras avanzaba- no hay tiempo que perder-

Escuché cómo se movía hacia donde yo iba.

-tiene razón señorita -

El cochero, es un joven de unos 21 años, segun yo, tiene un espíritu juvenil y un alma noble. Su cabello es marrón como el chocolate, sus ojos azules como el mar y su piel, casi tan blanca como la nieve.

Según yo, claro está.

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Caminando por la ciudad vi una pequeña cafetería, en serio tengo hambre, quisiera poder ir y comprar algo pero no tengo nada de dinero.

Baje la mirada hacia mi estómago, que dolía y gemía a causa del hambre, pero hoy no será. Voltee dispuesta a irme pero choque con algo.

-señorita lo lamento - escuché la gentil voz del cochero.

-esta bien- le reste importancia- solo fue un choqué.

-¿Segura?- pregunto con duda.

-si- respondi sonriente.

Continúe caminando con la esperanza de que el me siguiera, pero no lo hizo, lo voltee y lo miré confundida.

-¿Todo bien ?- pregunté acercándome.

-¿Quiere algo de comer?- pregunto- hace como 8 horas con comemos nada.

¡Dios, gracias!

-si, por favor - prácticamente supliqué.

Cuando me di cuenta de lo que hice tape mi rostro con una gran vergüenza.

-no te juzgare- dijo entre risas.

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Aquel Almuerzo era lo que necesitaba, definitivamente tengo más fuerzas para continuar.

Ya habíamos conseguido la rueda y nos dirigimos hacia el carruaje cuando pasamos a lado de un puesto de periódicos.

-puedes comprar un periódico, por favor- pidió mientras buscaba dinero y yo asentí.

Fui al puesto, pedí el periodico y un hombre de mediana edad me lo dio.

-disfrute- sonreí y asentí en forma de agradecimiento mientras me diriji a hacia el cochero.

-aqui esta- avisé de mi llegada.

-muchas gracias señorita- agradeció.

-dime Penélope - me presenté.

-pues llámeme usted, Timmy-

Solo sonreí.

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En la tarde fue cuando terminamos de poner la rueda y tomamos un pequeño descanso.

-¿Cuéntame de ti Penélope?- pregunto Timmy- ¿Como terminaste en Blackberry?-

-¿A si se llama el lugar donde me recogiste?- pregunté.

El asintió en repuesta.

-se supone que me comprometieron con alguien de América- respondí a su pregunta - me enviaron a conocerlo pero decidí escapar-

-¿Por qué?- pregunto confundido.

-porque no lo conozco- respondi- yo amo a alguien más y por eso escape, pero terminé atrapada por 2 hombres que se aprovecharon de mi- hablar que eso me hizo perder las fuerzas, tanto así que mis últimas palabras fueron en susurro.

-lo lamento tanto Penélope - si voz sonó un poco sorprendida pero también con dolor.

-no fue tu culpa - lo consolé - y tú apareciste cuando escapada de ellos- continúe- cuentame de ti.

Timmy me contó de su vida, que provenía de una familia de clase media pero que su padre los dejo en bancarrota por culpa de las apuestas que hacía. Desde los 12 años empezó a trabajar, como cargador de bolsas, luego como maestro de equitación, mezero y su actual trabajo como cochero.

-es hora de irnos- dijo mientras se levantaba- sino nunca llegaremos.

-tienes razón - me puse de pie.

-interesante-

-¿Que?- pregunté.

-no- sonrio- solo estoy leyendo esto.

-¿Que sucedió? - pregunté con genuina curiosidad.

-un tal rey Lucas se casará con una muchacha-

Apenas dijo eso volteé rápidamente y camine hacia el.

-¿Puedo verlo?- trate de sonar lo más calmada posible, pero fue imposible.

-si, toma- entregó el periódico y se fue hacia adelante.

Subi ye senté en el carruaje para leer que decía.

-Rey Lucas de España se casará con Elois Bridgerton -

Ese era el, con su cabello bien arreglado, sus hermosos ojos y perfectamente arreglado pero lo que más llamo mi atención fue ver a Elois con su brazo alrededor del brazo de el.

-se casara- sentí las fuerzas escapar dei cuerpo.

Las lágrimas no tardaron en salir de mis ojos, gruesas y dolorosas lágrimas silenciosas pero que acaban con tu alma y corazón.

La fea del baile (penelope Fatherington)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora