Semilla [Goyuu]

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—Yuuji ¿dónde has estado? De repente desapareciste — Preguntaba Megumi al pelirrosa. Dos días habían transcurrido hasta que logro reunir el valor para regresar a la universidad.

—Tuve algunos problemas en estos días — mencionó sin dar más explicaciones, evitando la mirada del pelinegro — ¿Más tarde podrías prestarme tus apuntes para ponerme al día?

—No hay problema, tenemos un proyecto que une tres de nuestras clases y es grupal, nos toca con Nobara y Gojo — dijo el pelinegro con normalidad.

Al abrir los ojos con sorpresa, Yuuji paro en seco mientras su sangre se helaba. "¿Por qué?", pensó. El pelirrosa solo quería evitar a Satoru lo más posible, pero la vida parecía tener otros planes.

"Aún no estoy listo" repetía mentalmente el pelirrosa. Una creciente ansiedad se apoderaba de Yuuji; estaba inquieto, sus manos comenzaban a sudar y su respiración se comenzaba a agitar.

—¿P-por qué con Gojo? — Tartamudeó un poco por la creciente ansiedad.

—El profesor organizó los grupos para que un estudiante superior quedara en cada grupo — Antes de poder continuar, sonó el celular de Megumi, por lo cual se detuvieron en el pasillo y Yuuji se alejó un poco para darle privacidad a su amigo y para calmarse un poco.

Cerro los ojos y procuro respirar lentamente, inhalando y exhalando, colocó una de sus manos en el pecho y repitió. "Inhala y exhala Yuuji". Ya más tranquilo, un pesado suspiro salió de Yuuji mientras pensaba en lo difícil que sería terminar todo el trabajo, el cual no era cualquier cosa; hasta el momento era el más exigente que habían tenido y reunía tres materias de la carrera, por lo cual no podría simplemente huir de esto para evitar estar cerca de Satoru.

—¿A qué se debe ese suspiro? ¿Te encuentras bien, pequeño Yuuji? — De repente, apareció Gojo colocando uno de sus brazos al rededor del cuello del menor.

El cuerpo del más bajo se tesó, pero su corazón comenzó a latir cada vez más rápido. No esperaba encontrarse con el albino tan pronto, y menos en ese momento donde había logrado calmarse.

"Trágame, pinche tierra" pensó Yuuji mientras comenzaba a respirar más rápidamente.

—Buenos días, Sa... Gojo — Saludó esbozando la mejor sonrisa que pudo. No quería ese tipo de contacto tan amistoso; no estaba preparado. Sentía como su cuerpo sudaba cada vez más por los nervios.

—¿Qué le pasa a mi lindo kohai el día de hoy? — Le pareció extraño que lo llamara Gojo, el mayor no lo mencionó y le dio una cálida sonrisa, sin darse cuenta del gran esfuerzo que estaba dando el más bajo por mantener la compostura.

—Supe que nos tocará en el mismo equipo p-para el trabajo conjunto — Cambió de tema, procurando no demostrar su nerviosismo, y se soltó del agarre del mayor con la mayor sutileza posible. Evitó verlo a los ojos en todo momento, aunque siempre disfrutaba ver unos ojos tan hermosos como los del albino, ahora sería un pase de lleno a caer en una crisis nerviosa.

"Duele", ver a la persona que le gustaba, pero que no compartía los mismos sentimientos de afecto, le pesaba en el corazón. Era la primera vez que experimentaba este dolor, este vacío y soledad. Se encontraba en un torbellino de emociones; era agridulce verlo. A pesar de sus nervios y todo lo demás, también estaba feliz de verlo. Esa sonrisa le hacía sentir mariposas en el estómago. Ahora era más consiente de su presencia y de lo que sentía por su amigo.

Se estaba tornando en algo insoportable, los nervios de estar cerca de quien te gusta, y más cuando aún no entiendes del todo lo que sientes. La cabeza le empezaba a dar vueltas y sus mejillas comenzaban a arder.