—Bien, Yuuji, es hora de que tengamos nuestra primera cita —dijo Satoru alegremente mientras conducía con una sonrisa juguetona en su rostro.
—¿Cita? —preguntó el pelirrosa, sorprendido y un poco confundido— ¿Tan de repente?
—La verdad es que ya sabía que hoy te daban de alta, así que planeé que tuviéramos una cita —respondió el chico de lentes oscuros, su tono lleno de emoción.
—Imagino que Yuta te lo dijo. Si es así, ¿a dónde vamos? —preguntó el más joven, intrigado y comenzando a emocionarse también.
—Es una sorpresa —dijo el Albino, guiñándole un ojo y manteniendo el misterio.
Por más que insistió y preguntó, Satoru se mantuvo firme y no reveló el destino. La curiosidad y la expectación crecían en Yuuji a medida que el coche avanzaba por las calles. Finalmente, después de unos minutos, llegaron al lugar. Ante ellos se encontraba un restaurante de sushi, iluminado con luces cálidas y decorado de manera acogedora.
El más joven miró el lugar con asombro y una sonrisa se dibujó en su rostro.
—Wow, este lugar se ve increíble, Satoru. ¡Siempre he querido probar sushi! —dijo, maravillado.
—Quería que nuestra primera cita fuera especial —respondió con cariño—. Vamos, entremos.
Ambos salieron del coche y se dirigieron al restaurante, sus corazones latiendo con emoción por lo que la noche les depararía.
—Esto va a ser genial, Satoru. Gracias por traerme aquí —dijo el pelirrosa, tomando la mano del mayor con gratitud.
—Lo mereces, Yuuji. Ahora, vamos a disfrutar de esta comida juntos —respondió el albino, apretando suavemente la mano de su compañero mientras los guiaban a su mesa.
Una vez acomodados en una mesa junto a la ventana, recibieron el menú del restaurante. La carta estaba llena de opciones, desde nigiri tradicionales hasta rolls creativos. Itadori miraba la carta con ojos brillantes, sin saber por dónde empezar.
—¿Qué te gustaría probar primero? —preguntó el albino, observando con ternura la emoción en el rostro de su acompañante.
—Todo se ve tan delicioso... pero creo que empezaré con algo clásico, como el sushi de salmón —respondió, hojeando el menú.
—Buena elección. Yo pediré sashimi y algunos rolls especiales —dijo Satoru, haciendo su selección.
Cuando el camarero llegó, pidieron una variedad de platos para compartir. Mientras esperaban la comida, la conversación fluía fácilmente entre ellos, hablando de sus planes para el futuro y riendo con anécdotas del pasado.
—¿Sabes? En algún momento, cuando me di cuenta de mis sentimientos por ti, nos imaginé teniendo diferentes citas —confesó el chico de ojos cafés, una sonrisa nostálgica curvando sus labios—. Aunque no tengo experiencia en estas cosas, me alegra que esta vez no sea solo mi imaginación y que mi primera cita sea contigo.
El chico de ojos celestes sintió una mezcla de alegría y ternura al escuchar esas palabras. Su corazón se llenó de calidez, y un leve sonrojo coloreó sus mejillas. Con una mirada llena de afecto, respondió:
—Yo también me alegro, Yuuji. Después de todo lo que hemos pasado, merecemos momentos como este —dijo Satoru, acercándose un poco más—. Quiero que vivas muchas experiencias que te asombren y te llenen de felicidad.
Cuando la comida llegó, la mesa se llenó de platos coloridos y tentadores. El más joven tomó un trozo de sushi de salmón con sus palillos, lo miró con fascinación y luego lo llevó a su boca. Los sabores frescos y delicados explotaron en su paladar, arrancándole una expresión de puro deleite.
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Semilla [Goyuu]
Roman d'amourExperimentar el primer amor siempre es una de las mejores experiencias: felicidad, alegría y un sinfín de emociones. Sin embargo, ese no fue el hermoso inicio de esta historia.