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Venti suelta un largo suspiro mientras camina por los pasillos de su departamento. Estaba demasiado cansado como para querer hacer algo hoy.

Lo único bueno es que era domingo así que podía quedarse todo el día en su casa sin hacer nada en lo absoluto.

—Mierda, son las 11 de la mañana—se dijo a sí mismo mientras se estiraba mirando la pantalla de su celular, junto con todas las notificaciones que tenía.

La mayor parte de las notificaciones eran de su manager, explicándole todos los eventos que tenía para esa semana y diciéndole toda su agenda para mañana. Por lo que prefirió ignorarla por completo.

Otra gran parte eran de WhatsApp, por lo que intuyo enseguida, que eran su grupo de amigos planeando algo para el domingo.

Así que lo ignoro también.

Amaba a sus amigos, pero amaba más dormir.

Bostezando caminaba de nuevo hasta su habitación con su Hoddie 10 veces más grande que él, que apenas le cubría una parte de sus muslos, y con un pequeño croissant de su viaje a Fontaire de hace unos días.

Siendo honestos, Venti amaba ser streamer.

Desde niño había soñado con dedicarse a jugar videojuegos de manera profesional y hacer su éxito a base de entretener a sus seguidores, pero justo ahora se veía en una situación bastante comprometedora, y solo había una única razón.

Era gay y estaba completamente enamorado de su mejor amigo.

Muy mala combinación si se trataba de uno de los streamers más grandes de Teyvat.

Venti sentía que debía todo a sus seguidores, sabía que gracias a ellos había alcanzado el éxito que tenía ahora, pero sí se llegaban a enterar de quién era en realidad.

Su carrera se destruiría por completo.

—Alexa, pon cualquiera cosa para deprimirme—gritó el ojiverde a su parlante mientras se arrojaba a la cama.

"De acuerdo" respondió el dispositivo, mientras se empezaba a reproducir I love you so de The Walters.

—Maldita sea, soy tan miserable—murmuró el pequeño pelinegro con la cabeza en sus almohadas.

Solo se podía escuchar la canción resonar por las paredes blancas de la habitación y junto con eso pequeños chillidos inentendibles del ojiverde hacia su almohada.

Su cuerpo se removía en su lugar mientras daba patadas al aire y recordaba el stream de ayer.

De por sí su cerebro no dejó de recordarle una y otra vez el stream durante la noche. O, mejor dicho, los comentarios de Xiao, negando al shipp indirectamente.

Sabía muy bien en una parte profunda de su corazón, que no podía obligarlo a sentir lo mismo que él. Pero también tenía una pequeña esperanza.

Una esperanza de que en realidad pensara distinto.

«riiing» «riiing»

En mitad de su pequeña depresiva y patética escena, escucho resonar por todo su departamento el timbre de su casa, en mitad del coro de la canción.

—PLEASE LET ME GO—canto el ojiverde entre gritos sin prestarle demasiada atención al sonido. —BUT I LOVE YOU SO—volvió a cantar, dejándose llevar por el coro de semejante magnífica canción.

«riiing» «riiing»

—Fuaaa—volvió a escuchar una segunda vez el timbre sin dejarle concentrarse en la canción.

Sabía que no esperaba visitas, así que iba a seguir ignorándole.

«riiing» «riiing»

—Pero qué ganas de joder—se quejó al escuchar una tercera vez el sonido del timbre.

Entre quejidos se paró de su cama agarrando sus chanclas y caminando hacia la puerta principal de su departamento.

—Maldita sea, quien quiera que seas, me vas a escuchar, hijo de perra—empezó a insultar mientras abría despacio la puerta principal. —Porque me vienen a estar jodiendo un domingo temprano

Sus insultos pararon al instante cuando cruzó las miradas con aquellos ojos miel que le estaban comiendo la cabeza desde el día anterior.

—Xiao—dice en un hilo de voz congelándose por completo.

Con un ligero sonrojo en las mejillas que conforme iba a creciendo, Venti miraba al pelinegro en mitad del pasillo con su típico hoddie negro y sus pircings cubriendo su oreja izquierda.

Pero bueno, no estaba completamente solo.

A pocos pasos de distancia, un grupo pequeño de 3 chicos y una chica observaban a Venti con una mirada chispeante y agarrando distintos equipos de grabación y demás compras.

—Qué mierda hacen aquí—dijo una vez que alejó su mirada de Xiao.

—Tan lindo tú, Venti—tomó la palabra una pequeña castaña empujando ligeramente al ojiverde y entrando al departamento como si fuera su casa. Ni siquiera dándole chance de negarse al menor.

Seguido de ellos se encontraban un par de muchachos de cabello azul y celeste, respectivamente, que cargaban cámaras grandes y fundas de supermercado.

—¿Acaso no viste los mensajes del grupo?—preguntó irónicamente el peliazul, entrando al departamento de la misma manera que la castaña.

—Fua, Venti, si tienes celular es para ver los mensajes—reclama el peli celeste siguiéndole el paso al otro muchacho.

Para después, siguió con un pelirrojo que soltaba pequeñas carcajadas agarrando trípodes y aros de luz entre sus manos, llevándolos adentro del departamento.

—Porque la música depresiva, amiguito—burló el pelirrojo, entrando como si nada.

Y finalmente, detrás de todos los jóvenes anteriores, se encontraba el ojimiel con el que había hecho contacto visual minutos antes, mirándolo con una ligera sonrisa.

—Sabes que pueden llegar a ser un dolor de culo, Venven—dijo en una pequeña risa el pelinegro de mechas verdes abrazando a su mejor amigo por los hombros y acariciando su cabecita en saludo.

—Tú también lo eres—se quejó el ojiverde golpeando ligeramente el abdomen del recién llegado.

Y siendo así, Childe, Hu tao, Xinqiu, Chongyun y Xiao, se encontraban en mitad del departamento instalando sus equipos para hacer un stream dominguero, sin que el dueño del departamento lo supiera.

Al parecer, el domingo pacífico del ojiverde, se había ido al carajo.

Twitch Love || Xiaoven Fanfic || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora