Twitch Love || Xiaoven Fanfic || Terminada

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Venti vuelve a reír meciéndose en la barra mientras conversa con uno de los influencer más reconocidos de Sumeru. Mientras que Alhaitam le sonríe coquetamente pasando sus brazos muy cerca de la cintura del ojiverde.

Y simultáneamente un joven azabache ardía del coraje prácticamente empujando a su amigo por los aires mientras se acercaba hasta la barra.

Xinqiu fue quien después lo quiso detener para terminar recibiendo el mismo trato que había recibido su novio.

Y en cuestión de segundos, Xiao ya estaba parado por detrás de Venti agarrando su cintura mientras lo paraba de la barra.

—Vámonos—ordenó Xiao con un tono de voz demandante.

Venti, quien ya ni siquiera sabía dónde estaba, lo empujo ligeramente mientras continuaba mirando al tetón.

—Xiao, vete—, se quejó como niño chiquito removiéndose en los brazos del más alto.

El nombrado hizo caso omiso, comenzando a arrastrar al ojiverde por el lugar.

Alhaitam, sin entender la situación, se paró de su asiento, pero rápidamente la pareja liyuense lo paró y se sentaron junto a él.

—Bueno, tetas locas—empezó a hablar Xinqiu. —Es momento de que conozcas la historia de Xiaoven y por qué no debes meterte con Venti.

El peligros miró a ese par de enanos con confusión y se quiso volver a parar, pero fue detenido por la mano de Chonguyn.

—Todo empezó cuando Venti se dio cuenta de que le gustan los enanos emos y...

Mientras la pareja lavaba psicológicamente al influencer de Sumeru. Xiao llevaba en brazos a un ebrio Venti, quien cantaba canciones de Paulo Londra y se reía de chistes que decía él mismo.

—Xixi, xixi—lo llamó Venti mientras se encontraba en la espalda del mayor. —¿Sabes cómo caga Batman?

Xiao desvió su mirada todavía bastante molesto por la situación.

—En el Bat-er—dijo el ojiverde, riéndose él solo.

Esa situación ya no era cómoda para Xiao.

Venti estaba demasiado ebrio, y estaba hablando con un influencer que a duras penas conocía, y no era el simple hecho de haber estado hablando con otro hombre lo que le molestaba, sino la situación de peligro que se había puesto.

—Xixi, sabes qué pasa si tiras un pato al agua.

—No lo sé.

—Nada.

Volvió a reírse a carcajadas el menor mientras se mecía entre los brazos del mayor.

Venti, a pesar de estar ebrio, podía sentir el enojo e Xiao.

No entendía el por qué, por su estado de ebriedad, pero cuando por fin llegaron hasta su habitación, se dio cuenta de que Xiao simplemente no quería verlo a la cara.

—Duerme, mañana hablamos— finalizó Xiao dejándolo en la cama de su habitación.

Venti lo miró haciendo un pequeño puchero.

—¿Por qué estás bravo?—preguntó Venti con una sonrisa triste.

A pesar de que Xiao estaba bastante furioso, no pudo evitar dar un vuelco a su corazón cuando miró los labios de Venti hacer ese puchero.

—Me tengo que ir.

Venti sintió sus ojitos humedecerse por la indiferencia que estaba teniendo su mejor amigo con él.