Aitana.
Después de coordinar algunas cosas con el enviado del diablo, me dispuse a caminar hacia la casa pero, antes de que pudiera entrar escuché la voz inconfundible de Alexander Salvatierra.
—Algo debes estar planeando.
Gire sobre mis pies para encararlo y no dude en sonreír.
—¿Qué crees tú que estoy planeando Salvatierra?
El mencionado se encogió de hombros.
—Todavia no se de que se trata, pero más pronto de lo que canta un gallo lo sabre Aitana.
—Pues suerte con tu investigación Alexander.
—Señora Aitana.
Tras escuchar la voz del enviado del diablo gire sobre mis pies.
—Ya hice lo que me pidio mi señora.
—Gracias enviado del diablo.
El hombre asintió. Y poco después se marchó.
—Aitana.
—¿Dime Alexander?
—Se que lideraras una batalla, y yo estoy dispuesto ayudarte. Solo tienes que pedirlo. Yo no soy tu enemigo, soy un aliado.
Me mantuve en silencio luego de escuchar esas palabras.
—Deja que yo te ayude. Deja que enfrentemos lo que viene juntos.
—Gracias por el ofrecimiento Alexander pero, yo soy la que tengo que lidiar con mi problema.
El teniente coronel rodo los ojos.
—Las mujeres siempre complican todo.
Luego de estas palabras Alexander empezó a caminar alejándose de mi.
—Y ustedes los hombres piensan que son superman.
Yo también retomé mi camino pero antes de dar si quiera dos pasos escuché la voz de Dustin.
—¡Amor mío...!
"Te sacaste la lotería, Aitana"
—¿Dustin, que te sucede?
—Esta noche, tú y yo tendremos una cita romántica. Ponte guapa y si quieres no lleves bragas porque no la necesitaras.
Sin duda alguna esta es la mejor proposición para una cita que he tenido.
A Dustin solo puede superarlo Dustin.
—Si quieres voy desnuda para que te sea más fácil.
Dustin se acercó a mi y sin perder tiempo abrazo mi cintura.
—No estaría nada mal, amor mío. -tras estas palabras él busco son desesperación mis labios. Donde dejo un beso apasionado. —Estoy loco por empezar hacerte a nuestro hijo. Me muero por ver como tu vientre crece, anhelo cumplir cada uno de tus locos deseos mi amor, no veo la hora de que estes embarazada.
Que problema con este hombre, por Dios.
—Si gustas me desnudo para que empieces la reproducción, tal y como en las epocas de las cavernas.
—Deja de hablar con ironía mujer del diablo. Porque fuiste tu la que accedió a darme otro hijo. Así que tienes que dejar que te haga el amor para que mis pecesitos inicien la carrera para llegar a tu óvulo.
—¿Hacerme el amor?
—Claro cariño. Porque el tiempo de tener sexo ya paso, ahora solo sera hacerte el amor.
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¡Heredero a la vista! [#2 de la saga Heredero]
Romance¿Qué mejor que estar rodeada de la naturaleza para olvidar sus penas? ¿Qué mejor que ver desde lejos al prospecto perfecto para ser el padre de su hijo? ¿Qué mejor que drogar, violar y tomar el esperma de ese candente hombre? Todo había resultado fá...