Aitana.
Abrí los ojos tras sentir una suave caricia en mi vientre. Y por nada del mundo me arrepentí de hacerlo porque logre presenciar una de las imagen más hermosas que han visualizado mis ojos.
Dustin se encontraba besando y acariciando mi vientre.
Una imagen que logro derretir mi corazón.
—Si son niños tienen que cuidar a sus hermanas, luchar por ellas, y amarlas con todo el corazón. Porque ellas y su madre son las reinas de nuestro corazón. -Dustin dejo un dulce beso en mi vientre luego de verbalizar estas palabras. —Y si son niñas, les pido que no salgan tan rebeldes porque yo no dare abasto con tanta fiera junta.
—¿Consideras a tus pequeñas princesas fieras indomables?
Él coloco sus ojos en mi y sin dudar asintió.
—Como no pensar que mis hijas seran fieras indomables, cuando tienen de madre a la diabla.
Aunque me moleste debo darle toda la razón a Dustin.
Por primera vez Dustin tiene la razón, porque yo siempre debo ganar.
—Por esta ocasión tendré que darte toda la razón.
Dustin sonrió claramente burlándose de mi.
—Primera vez en la vida que me das la razón, mujer. ¿Quién se ira a morir?
—No hagas que me arrepienta, porque te puede ir muy mal.
—Perro que ladra no muerde.
Golpeé la cabeza de Dustin y él emitió su queja como era de esperar.
—¿Por qué me pegas si esa es la verdad?
—Porqué me dio la gana de hacerlo.
—Aitana…
—Dustin…
Mi hombre suspiro y antes de que pudiera decir algo mi madre entro a la habitación.
—Dustin, deberías ir a descansar.
—Pero y si…
—Ve muchacho.
Dustin coloco sus ojos en mi, buscando la aprobación.
—¿No habías dicho que perro que ladra no muerde?
—Aitana por Dios, no empieces con tu drama.
—Si lo hubieras escuchado no lo dirías madre.
—¿Ella se comportaba de esa misma forma cuando estaba embarazada de Diego y Dana?
Mi madre hizo una mueca a lo que yo entrecerré los ojos.
—Pobre de tí hijo porque lo que te espera al lado de Aitana no es nada pequeño. Pasaras de mimarla a querer matarla en solo cuestión de segundos.
—Madre, deja de estar exagerando por el amor de Dios.
Mi madre se llevó una de sus manos al pecho.
—¿Exagerando yo? No creo Aitana. Pero lo único bueno que acontece en este embarazo es que Dustin es la indudable víctima. En hora buena para mi, y es una lastima por ti, Dustin. -mamá sonrió mostrando sus dientes, y el sexi hombre padre de mis bebés cerro los ojos. Mientras repetía una y otra vez la palabra paciencia.
—¡Paciencia, paciencia…!
Pobre de él. Porque hasta yo misma lo compadezco.
Pero eso es algo que nunca saldra de mis labios.
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¡Heredero a la vista! [#2 de la saga Heredero]
Romance¿Qué mejor que estar rodeada de la naturaleza para olvidar sus penas? ¿Qué mejor que ver desde lejos al prospecto perfecto para ser el padre de su hijo? ¿Qué mejor que drogar, violar y tomar el esperma de ese candente hombre? Todo había resultado fá...