Cap 9. Muzan y Enmu.

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Douma se incorporó con dificultad, experimentando un intenso dolor en todo su cuerpo mientras luchaba por ponerse de pie.

Cayó de rodillas debido al dolor en las caderas. "¡Agh!"

💭: -s-se gentil..~! Por fa-.. ¡Ah.. ~!

-¡Le pedí que lo hiciera con gentileza y ha hecho todo lo contrario! Ahora me duele todo...


Miró a Akaza profundamente dormido y decidió que no habría problema si hacía un poco de ruido. Con un profundo suspiro, se puso de pie con esfuerzo y logró caminar tambaleándose hacia su ropa. Tembló al vestirse, finalmente logrando salir de la habitación, apoyándose en la pared para mantenerse erguido.

Akaza finalmente se despertó de su profundo sueño y se enfadó al no encontrar a Douma a su lado. Rodó los ojos con brusquedad, ya le vendría otro castigo para su compañero. Sin más, comenzó a cambiarse con la ropa tirada en el suelo y salió de la habitación.

˚₊‧꒰ა ☆ ໒꒱ ‧₊˚


Una vez más, reinó el silencio, y Kaigaku miró de reojo a Mukago, notando algo extraño. ¿Estaba tirando la comida a escondidas? Quiso mirar hacia abajo, pero justo en ese momento se fue la luz.

-¡Kya! -Rui saltó del susto al encontrarse encima de Douma, quien estaba aguantando las ganas de gritar por el dolor que sentía. Daki solo contuvo su risa.

-Agh, iré a buscar velas -se ofreció Kokushibo.

-S-si, e-están ahí en e-el g-gabinete -contestó Douma, conteniendo sus quejidos.

Kokushibo se dirigió a los muebles, buscando en la parte de arriba con ayuda de la lámpara.
La albina aprovechó el momento para recoger todo el desayuno en una bolsa negra, levantándose sigilosamente y logrando tirarlo al basurero sin que nadie la viera.

-R-rui, ¿p-puedes quitarte de e-encima, p-por favor?

-Rui, ven aquí, ¿No ves que a Douma le duelen las piernas?

-¿Uh, y por qué?

El peli-rosa soltó una carcajada.

-No es algo importante. Ándale, ve con Kai.

-¿Qué? ¡Hey, a mí no! ¡Ay! -el albino se lanzó hacia el azabache, provocando que los dos cayeran al suelo.

Todos comenzaron a reír, y el pelirrojo ayudó a Kaigaku a levantarse, rozando sus manos. El menor estaba visiblemente nervioso, y su rostro parecía un tomate, pero gracias a la oscuridad no podían notarlo.

-G-gracias K-kokushibo-san... -se rasco la nuca apenado, sintiendo algo líquido y pegajoso. Al ver su mano, estaba repleta de sangre. -¡Ah, mi cabeza!

-¿Qué pasa, Kaigaku? ¿Estás bien?-sonó preocupante el mayor.

-¡Me duele, está sangrando!

-Dejame ver, date la vuelta.

Kaigaku se dio la vuelta, y retiró lentamente sus manos de la herida, viendo cómo su nuca sangraba.

-Mmm, iré a ver si hay una venda. Por mientras, presiona la herida.

Daki susurró a Enmu:
-¿No crees que hacen buena pareja?

-Es verdad, se ven lindos juntos.

-¡Sí! Y oye, ¿cuándo piensas en declararte al amo Muzan? He, he- sonrió pícaramente, dándole leves golpes en el hombro.-He visto que también anda de coqueto contigo...

-¡Q-qué cosas dices!-se sonrojó intensamente.

-Hay, admitelo. Ya sé que estás enamorado del amo Muzan.

-N-no es verdad, ¡Y-yo no estoy e-enamorado de e-el!

-Sí, como no-carraspeó la garganta.-¡A Enmu le gusta...!-rápidamente, el somnoliento le tapó la boca.

-¡Cállate!

Ahora todos tenían la atención sobre ellos.

-¿Gustar de quién? -preguntó Urogi, confundido.

-Me gusta... ¡Dormir personas! S-si, eso, hehe. Dormir a las personas para luego comérmelas -contestó nerviosamente.

-Mmm... pues eso es tu deber, ¿no? -replicó Gyutaro.

-¡C-claro! Y estoy muy contento de haber tenido esa técnica. Hehe...

-Mmm... -Akaza miró a Enmu con sospecha, como si estuviera tramando algo.

-E-ehm, m-mejor me retiro. C-con su permiso -Enmu se levantó de su asiento, realizó una reverencia y salió del comedor.

"Rayos, ¿por qué sentí mi cara arder? A-a mí no me gusta el amo Muzan, pero... Pensándolo bien... Es alguien atractivo, sus pupilas rojas, su cabello ondulado, la forma en que viste... ¡No, Enmu! Déjate de ilusiones, él... nunca estará con alguien de su mismo sexo, y menos si es alguien inferior. Es alguien sorprendente, ¿por qué se fijaría en alguien que no es de su nivel? No te ilusiones tanto, a él le darás asco y a todos, por gustar del amo Muzan. Él es el rey de los demonios, teniendo el respeto de todos y yo igual... No tener otro tipo de sentimientos."

Mientras estaba hundido en sus pensamientos. No se había dado cuenta que alguien lo espiaba, al leer sus pensamientos y verlo al punto de llorar, se le rompió su corazón en pedazos. Tenía tantas ganas de ir con él y abrazarlo, decirle que estaba equivocado y que supiera lo mucho que gustaba de él. De igual forma, no podía hacer nada en aquel momento, sería raro ir con él y decirle "Oh, Enmu. No digas esas cosas, yo te amo y mucho, que se vayan a la mierda aquellas personas que dicen lo contrario. Yo voy a estar contigo siempre."
Así que, se mantuvo quieto y callado, viendo cómo lloraba el somnoliento.
¿Debería hacer lo que su corazón diga? Salir de su escondite, ¿O debería hacerle caso a su mente? Irse de ahí.
No tuvo más remedio, se fue; dejando al azabache llorando, pero su corazón ¡Se lo impedía! ¡Tenía que ir sí o sí con él! El contrario aún seguía llorando, ahora abrazando sus piernas apoyado en la pared.

¡Sí, es una excelente idea! Tienes que hacerlo. Salió de ese lugar, fingiendo que caminaba por los pasillos en busca del rubio. Se acercaba cada vez más al pasillo donde se encontraba Enmu, escuchando sus sollozos cada vez más fuertes, lo que lo alarmó, apresurando el paso. Finalmente lo encontró y se acercó a él.

-¿Enmu?

-¿E-eh?-levantó la mirada y se encontró con el rostro del pelinegro muy cerca del suyo, lo que provocó que su rostro se tiñera de un tono carmesí.

-¿Estás bien? ¿Por qué lloras?

-A-ahm, y-yo (no puedo decirle...) no puedo contárselo...-apartó la mirada.

Esto provocó que Muzan llevara su mano al mentón del menor, mirándolo fijamente a los ojos.

-¿Y por qué no?-acercando más su rostro y mostrando coquetería.

-M-muzan-sama, ¿Q-qué está haciendo?-poniéndose aún más nervioso, con su corazón latiendo aceleradamente.

-¿Hacer qué...?

Un amor que poco a poco es correspondido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora