02. Uncomfortable

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La sala de prensa estaba impregnada de una tensión palpable, como si el aire mismo estuviera cargado con la electricidad de las expectativas y las incógnitas de todos.

Camino y subo unas cuantas escaleras, sentándome junto a Lando en una mesa decorada con los distintivos colores anaranjados del equipo. A pesar de la sonrisa de cortesía que compartimos al tomar asiento, nuestras miradas revelaban una complicada danza de emociones: nerviosismo, determinación y la constante conciencia de la tormenta de preguntas que se avecinaba.

"típico de nuestro trabajo..."

Los periodistas, como cazadores hambrientos de titulares, no perdieron el tiempo y comenzaron a disparar preguntas sin piedad. Me aferré al borde de mi asiento cuando escuche mi nombre ser pronunciado.

"Oh, perfecto, ¡empezamos nosotras!"

—Grace, hay fuentes pometedoras que hablan sobre tu situación actual en pista y dicen que estás considerando dejar McLaren al final de la temporada, ¿qué nos puedes decir al respecto? —fue la primera pregunta que rompió el silencio. Mis ojos viajan hacia los asientos de los periodistas y se encuentran con los de mi interrogador, evaluando cada palabra antes de responder.

—Estoy completamente comprometida con el equipo. Mi enfoque está en la temporada actual y en dar lo mejor de mí en cada carrera, ya tendré tiempo para enfocarme en la próxima temporada —respondí sin más, con una mezcla de firmeza y diplomacia, estaba consciente de que cada palabra que saliera de mí sería analizada y escrutada por la prensa y los fanáticos.

"Como siempre ha sido, no es extraño"

Sin embargo, antes de que pudiera suspirar aliviada por un momento, otra pregunta atravesó la bulliciosa sala de prensa.

—Se rumorea que la relación con tu padre, el expiloto de Fórmula 1 Damon Hill, está afectando tu desempeño en el trabajo. ¿Puedes comentar algo sobre eso? —El golpe de la pregunta fue directo a mi corazón, una incisión profunda en la pequeña armadura de profesionalismo que me había dado la oportunidad de crear al saber que preguntas como estas aparecerían.

Mi mente giró en torno a mi padre, una figura imponente y omnipresente en mi vida, cuya sombra parecía alargarse sobre cada curva y recta de la pista. Cuyo nombre siempre me perseguía, estuviera a mi lado o no.

Cuyo legado me opacaba.

Otra razón por la que prefería que no me visitará en el paddock; yo siempre quedaba oculta tras él, "huyendo" y "resguardandome" tras su fama.

"Oh, la hija de Damon Hill, ¡mira!"

"debes de estar muy feliz por ser hija de..."

No.

No lo estaba.

¿Cómo lo iba a estar si siempre tenía que aparecer su nombre en mi vida y llevarse toda la atención que yo luchaba por obtener?

Todos lo querían a él, y no a Grace Hill, al final, ¿quién conocía a esa?

El que actualmente fuera la única mujer piloto en el paddock no significaba que siempre iba a ser así, mi nombre iba a ser olvidado con el tiempo.

"O quizás no..."

Tenía que luchar para dejar mi huella, para que todos me recordaran cuando ya no estuviera montada en un monoplaza, ganando títulos, podios, puntos, e incluso campeonatos.

"la grandiosa Grace Hill, piloto profesional de la Fórmula 1"

Ese era el título que quería escuchar.

Esa era la etiqueta que quería en mi vida.

Al diablo mi padre y su fama, iba a conseguirlo, yo sola, así tuviera que luchar con todas mis fuerzas para hacerlo.

Carraspeo para alejar esos pensamientos y vuelvo la mirada al frente, concentrándome nuevamente en las preguntas que me hacían.

Había deseado por un momento desaparecer, huir de ahí, desvanecerme... pero no, seguía aquí, la tierra no me había tragado y me había escupido en otra parte del mundo, lejos de todas estas personas sedientas de chisme, de calumnias.

Aqui seguía, luchando por mantener la compostura.

—Mi familia es una parte importante de mi vida, aun así, estoy comprometida con mi desempeño dentro de la pista —empiezo a responder, forzando una amarga sonrisa hacia las cámaras —Cualquier rumor sobre el estado de mi relación con mi padre es simplemente eso: una especulación.

Concluí con voz firme, aunque el nudo en mi garganta delataba la tormenta de emociones que bullía bajo la superficie.

En medio del frenesí de preguntas, busqué el apoyo silencioso de Lando, encontrando consuelo en su mirada y sonrisa solidaria.

La atmósfera en la sala de prensa se volvió aún más tensa con cada pregunta que se lanzaba al aire. Los periodistas, ávidos de obtener cualquier indicio de drama o controversia, no dudaban en presionar a Lando, o a mí, con interrogantes incisivos.

—¿Cómo te sientes al ser eclipsada por la sombra de tu padre y abuelo en el mundo de la Fórmula 1? —preguntó otro periodista, su tono cargado de insinuaciones y provocaciones.

Apreté los puños bajo la mesa, conteniendo la oleada de emociones que amenazaba con desbordarse.

"Otra vez mi padre, ¿es enserio?"

—Mi padre y mi abuelo fueron y son leyendas en este deporte, y estoy orgullosa de llevar su legado conmigo. Pero soy una piloto en mi propio derecho, y estoy aquí para hacer mi propia historia —respondí con una determinación feroz, mis palabras resonaron con una intensidad que desafiaba cualquier intento de menospreciar mi talento.

Lando, consciente del peso que recaía sobre mis hombros, intervino con un gesto de solidaridad.

—Grace es una piloto excepcional y una parte invaluable de nuestro equipo —dijo, dándome una sonrisa de lado para continuar hablando, —Cualquier insinuación sobre su capacidad o su legado es simplemente injusta —declaró con voz firme, su mirada desafiante barriendo la sala de prensa en un desafío silencioso a cualquiera que se atreviera a cuestionar mi poder.

—Algunos de las preguntas que se han hecho en lo que llevamos de prensa me han parecido incoherentes para la situación, mi compañera y yo hemos venido muy amablemente para hablar sobre el campeonato, no sobre nuestra vida personal. —dice respetuosamente pero con cierto tono molesto, apretando un poco la mandíbula sin apartar la mirada de las cámaras —así que, o se cambia el rumbo que está tomando la conferencia, o se acaba todo por hoy, gracias.

La mirada de los periodistas cambian y el silencio incómodo se hace presente en la sala por lo que parece una eternidad. Repentinamente, un periodista sentado atrás de la sala eleva su brazo, pidiendo la palabra.

—En comparación al año pasado, McLaren ha empezado con muy buenas estadísticas... —empieza el joven chico, cambiando de tema.

Bajo la mirada y suspiro aliviada, ladeando mi cabeza hacia Lando y susurrando un "gracias" casi inaudible.

El ambiente tenso se mantuvo durante el resto de la conferencia de prensa, cuando finalmente pudimos levantarnos para abandonar la sala, mis pasos resonaron con una determinación renovada.

Salí de la sala con una promesa silenciosa, aquella de que no permitiría que los vientos de la controversia me desviaran del camino hacia la gloria.

Voy a lograrlo, lo haré.








































𝕺𝖋𝖋 𝖙𝖍𝖊 𝖙𝖗𝖆𝖈𝖐 - 𝑪𝒉𝒂𝒓𝒍𝒆𝒔 𝒍𝒆𝒄𝒍𝒆𝒓𝒄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora