13. Take care

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—Estoy bien, me siento bien... —murmuro, suspirando y agarrando la caliente taza llena de té que Sylvie deja a mi lado. Hago una ligera mueca al sentir el fuerte olor de la menta chocar contra mis fosas nasales

—¿menta? ¿enserio? —levanto la mirada hacia ella, arrugando mi naríz y achinando mis ojos levemente. 

—Vicky le dijo a Sergio que era bueno, ella es quien está estudiando medicina, yo no —dice con sencillez la pelinegra, rebuscando entre mis maletas y soltando una que otra maldición entre dientes. —Dios santo, Ce, ¿donde guardas tu...? —suelta un exagerado suspiro aliviado y saca un libro de uno de mis maletas, acercandose a mi con una extraña sonrisa en su cara.

—Muy bien, aquí está, vas a quedarte en esta cama hasta que el día termine, nada de entrenamiento ni nada de carreras por hoy, ¿vale? —me extiende el libro, sentandose al borde de la cama, justo a mi lado. —Lando ha hablado con Andrea y Zak... Max con tu entrenador, nada de nada hoy, solo descansar, ¿puedes?—

Asiento con la cabeza y dejo la taza de té a mi lado, sonriendo inocentemente mientras estiro mi brazo, tratando de agarrar el teléfono que descansaba a mi lado —oush, ¡Sylvie! —me quejo ante el manotazo que recibo de su parte, le lanzo una mirada furiosa y me cruzo de brazos en un gesto aniñado —iba a escribirle a Charles, tengo que agradecerle... —

—deja descansar a tu mente de tantos aparatos tecnológicos —murmura, poniendose de pie de nuevo. Una radiante sonrisa empieza a extenderse en su cara, lanzandome una mirada pícara. —no puede ser, ¡cómo se me podía haber olvidado! Zade preguntó por ti, o bueno, eso fue lo que dijo Lando... —

Mis cejas se arrugan con extrañez, ladeo la cabeza hacia un costado, confundida. —¿Zade...?—

Miro a Sylvie, haciendo una mueca de confusión y buscando algún tipo de respuesta en su radiantes ojos abiertos y sus labios curvados sutilmente. —te vas a sorprender si te digo que no se de quién hablas —elevo una de mis cejas, pasando mi lengua por mi labio exterior, humedeciendolo un poco.

Un bufido se escapa de entre los rosaceos labios de la pelinegra, quien rueda los ojos y busca sus zapatos en el suelo, colocandoselos a ciegas mientras sus grandes ojos se posan en los mios. 

—¿Wesley? ¿"mecanico guapo"? ¿"solo un compañero de trabajo"? —las palabras que salían de su boca hicieron que mis mejillas tomaran un suave color rojo cuando el recuerdo del hombre al que se refería llega a mi mente.

—¿Zade Wesley, mi mecanico?— un risa divertida y con un toque de nerviosismo se escapa de mi garganta. Me dejo caer entre las esponjosas almohadas de la cama, extendiendo los brazos a mis costados. —solo está preocupado porque no sabe si tendrá a quien cambiarle las ruedas este finde — respondo, echando la cabeza hacia un lado para mirarla, sonriendo inocentemente.

Niega con la cabeza, divertida. Se pone de pie y agarra su cartera, lanzandome una mirada pícara. —disfruta cambiandote las ruedas, ¿hm? —suelta, acercandose a la puerta de la habitación y mirandome mientras la abre y el chirrido de la madera resuena en la habitación

—El viernes estarás perfecta para ir a las prácticas si descansas hoy, Grace. ¡Nada de tecnología!
















 ¡Nada de tecnología!

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—Es bueno tener de vuelta a la bebé —Lando sonríe y sus manos suben a mi cabeza, enredandose en mis mechones y moviendo su mano para desordenarlos

Ruedo los ojos y una sonrisa se asoma entre mis labios, —¡Pero si soy mayor que tú!— protesto juguetona, palmeando su muñeca y alejandola

Su escandalosa risa resuena y dos de sus dedos agarran mi mejilla, jalandola y haciendo una mueca divertida. Suelto un gruñido y le jalo algunos de sus rulos suavemente, haciendo que me suelte.

—Espero que estés lista para este fin de semana— una gruesa voz nos interrumpe y volteo la cabeza para mirarle, encontrándome con la mirada de Zak, acercándose. —Necesitamos todo de ti-- de los dos —se corrige rápidamente, dándome una amistosa palmada en el brazo.

—Tenemos que irnos a las entrevistas ya, hoy nos tocó con Ferrari y Red Bull... —dice el castaño, sonriendome sutilmente y posando su mano en mi hombro. —voy a asegurarme de que quedes al lado de tu novio —susurra cerca del costado de mi cara, levantando la mirada hacia el chico que se acerca a nosotros y su expresión cambia rápidamente, colocando una sonrisa inocente en sus labios

—oh, hey Zade













𝕺𝖋𝖋 𝖙𝖍𝖊 𝖙𝖗𝖆𝖈𝖐 - 𝑪𝒉𝒂𝒓𝒍𝒆𝒔 𝒍𝒆𝒄𝒍𝒆𝒓𝒄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora