06. Seek your attention?

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—Excelente clasificación, Grace —me felicita mi ingeniero y un par de mecánicos, con una sonrisa sincera y alegre plasmada en sus caras al recibirme en el garaje.

Les devuelvo la sonrisa y me quito el casco y el pasamontañas, sintiendo el aire fresco acariciar mi rostro al entrar en el ambiente bullicioso del garaje de McLaren. Sin embargo, mi ánimo se enturbia al percatarme de que Zak, mi jefe, está inmerso en una conversación con algunos mecánicos y me ignora por completo al cruzar nuestras miradas.

Qué irónico, mi propio jefe me está dando la espalda.

Detrás de mí entra Lando, saludando alegremente a los mecánicos y siendo felicitado por su destacada actuación. Me sonríe de manera cómplice al pasar a mi lado y colocarse junto a Zak, quien le dedica una palmada en el hombro en señal de reconocimiento y felicitación.

Ah, claro, a él sí lo felicita...

Rodando los ojos con exasperación, me doy la vuelta y salgo del garaje, topándome con Max y Checo en mi camino. Los tres intercambiamos comentarios sobre nuestras respectivas experiencias en la clasificación mientras nos dirigimos hacia la parrilla. Un par de aficionados comienzan a corear mi nombre y les dedico una sonrisa, despidiéndome de mis compañeros y acercándome a ellas para cumplir con su solicitud de una fotografía.

—¡Grace! ¿Podemos sacarnos una foto contigo? —me pregunta una de las chicas, extendiendo temblorosamente su celular hacia mí.

—¡Por supuesto! —respondo con amabilidad, acercándome para posar junto a ellas.

Tras tomarnos unas cuantas fotos, me despido y doblo en una esquina, pero me detengo en seco al escuchar la voz de una de las chicas que me tomó la fotografía anteriormente.

—¿Qué le ven de bueno? Siempre se choca o termina en el fondo del pelotón...

Me quedo paralizada en el lugar, asimilando sus palabras.

—Ese chico, Oscar, ¿lo has visto? Dicen que es quien la va a reemplazar, y está guapo, eh

¿Es ilegal golpear a una adolescente en este país?

No, creo que no.

No debería siquiera considerarlo... Ella solo es una niña inmadura, así como tú lo fuiste en su momento, Grace.

Estoy a punto de seguir mi camino cuando la voz de otra de las chicas se hace presente, la misma que me pidió la foto en primer lugar.

—Me cae bien como persona, pero dicen que sigue aquí solo porque es la hija de Damon.

Oh no...

Cierro los ojos y aprieto los labios con frustración, sintiendo un nudo en mi estómago.

—¿Te cae bien como persona? Es una antipática.

—Si no encuentra equipo para la próxima temporada, a nadie le sorprendería.

Frunzo el ceño con molestia y dejo escapar una risa amarga.

Ya está, no puedo más.

Me dispongo a dar media vuelta para enfrentar a las chicas y reprocharles, pero antes de poder avanzar, un cuerpo se interpone en mi camino, deteniendo mi paso.

Alzo la mirada con furia y me encuentro con Charles, quien me observa con una ceja alzada y una sonrisa burlona.

—Vaya, vaya, si no es la señorita Gruñona. Hiciste una excelente vuelta allá afuera, ¿eh? —su brazo se entrelaza sobre mis hombros, arrastrándome en la dirección opuesta a las chicas.

Lo miro con incredulidad mientras me veo obligada a moverme a su lado.

—¿Gracias? —respondo con incredulidad, apartando su brazo de mis hombros con una mueca de disgusto—. Mantén tus manos sucias lejos de mí, por favor

Le dedico una sonrisa socarrona, deteniendo mi paso y clavando mi mirada en la suya.

—¿Necesitas algo o puedo seguir con mi vida sin tener que soportarte? —pregunto con cierta hostilidad y sarcasmo.

Charles suelta una carcajada y se detiene frente a mí, sacando una pulsera del bolsillo de su pantalón y extendiéndola hacia mí. Sin embargo, cuando intento tomarla, la aparta de mi alcance.

—Se te olvidó en mi coche el día de la fiesta. Si querías que te buscara, solo tenías que pedírmelo directamente —me guiña un ojo y me ofrece nuevamente la pulsera.

La arrebato de sus manos rápidamente, bufando con diversión.

—Qué asco. Nadie haría algo para volver a verte, Leclerc.

—Viniendo de ti, cariño, seguro que sí lo harías.








































𝕺𝖋𝖋 𝖙𝖍𝖊 𝖙𝖗𝖆𝖈𝖐 - 𝑪𝒉𝒂𝒓𝒍𝒆𝒔 𝒍𝒆𝒄𝒍𝒆𝒓𝒄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora