𝕺𝖋𝖋 𝖙𝖍𝖊 𝖙𝖗𝖆𝖈𝖐 - 𝑪𝒉𝒂𝒓𝒍𝒆𝒔 𝒍𝒆𝒄𝒍𝒆𝒓𝒄

07. Training

El día comenzó temprano, el sol apenas asomaba por el horizonte cuando me dirigí al gimnasio para mi sesión de entrenamiento con mi entrenador personal, Alex, un experto en preparación física para pilotos de Fórmula 1. El ambiente en el gimnasio estaba cargado de energía, con el sonido constante de pesas chocando y el olor a determinación, y los malos olores también, claro.

Alex me recibió con una sonrisa confiada, listo para guiarme a través de una sesión diseñada para desafiar mis límites físicos y mentales. Comenzamos con un calentamiento dinámico, moviendo cada músculo de mi cuerpo en una coreografía fluida de estiramientos y ejercicios de movilidad diseñados para prepararme para el rigor que vendría después.

—ya está, todo por hoy —digo cusndo termino el estiramiento, sonrío y seco el sudor que ccae por mi frente. —hoy fue rápido, eh

Alex me mira con una sonrisa y niega divertido, palmeando mi hombro. —si la vida te diera las cosas fáciles, no serias Grace Hill...

Después del calentamiento, nos sumergimos de lleno en el corazón de la sesión de entrenamiento. Desde ejercicios de fuerza específicos para los músculos clave utilizados en la conducción hasta entrenamiento de resistencia cardiovascular diseñado para aumentar mi resistencia en las largas y exigentes carreras, cada ejercicio fue cuidadosamente seleccionado para mejorar mi rendimiento en la pista.

—mierda... —mis músculos pedian descansar a gritos, aun así, no paraba, no podía parar

—vas bien, ya casi estamos con este, Ce —Alex me anima, contando el tiempo de las repeticiones.

Con cada repetición, sentía el ardor en mis músculos y el latido de mi corazón acelerándose, pero también sentía la satisfacción de saber que cada gota de sudor derramada me acercaba un paso más a mi objetivo final: la grandeza en el mundo del automovilismo.

Eso era lo que quería. Eso era lo que me motivaba a continuar.

Pero el entrenamiento no se limitaba solo al aspecto físico; también incluía ejercicios de concentración y reacción diseñados para mejorar mi agudeza mental y mi capacidad para mantener la calma bajo presión en la pista. Desde pruebas de reflejos hasta simulaciones de situaciones de carrera, cada ejercicio me desafiaba a estar siempre un paso adelante, siempre listo para enfrentar cualquier desafío que la pista pudiera lanzarme.

Con una sonrisa de gratitud, agradecí a Alex por su arduo trabajo y dedicación.

—te veo la próxima, Gracie, buena suerte —se despide, dándome un beso en la mejilla y saliendo del gimnasio.

Yo me quedo sentada en una banca dentro del gimnasio, mis piernas, cuello y brazos duelen, palpitando como si quisieran explotar.

Me estiro un poco y recojo mis cosas, caminando hacia mi coche para poder ir a mi hotel y ducharme.

Al llegar a mi habitación en el hotel, cada músculo de mi cuerpo zumbaba con la sensación de haber sido desafiado al límite, pero también se sentía más fuerte y más preparado para los desafíos que se avecinan en la pista.

Una vez dentro de mi habitación, dejo caer mi bolso deportivo en el suelo y me dirijo directamente al baño. El agua caliente de la ducha cae sobre mi cuerpo cansado, aliviando la tensión acumulada en mis músculos y dejándome sentir renovada y revitalizada.

Después de la ducha, me seco con una toalla suave y me pongo ropa cómoda para relajarme. Me siento en el borde de la cama y tomo un sorbo de agua para rehidratarme, saboreando la sensación refrescante en mi garganta.

Mi teléfono empieza a vibrar sobre la mesa, gruño con molestia y lo agarro, viendo algunos mensajes que mi padre me mandó.

Ruedo los ojos y los ignoro, pero nuevamente los mensajes empiezan a llegar y uno en particular llama mi atención.

Damon (papá)

Zak acaba de llamar a Nolan.
Quiere hablar sobre tu contrato.
Tenemos que reunirnos y empezar a buscar un contrato nuevo para el próximo año.
McLaren no te va a renovar