Mila
—Mila, mira hacia aquí. —El fotógrafo chasquea los dedos para que mire en su dirección. He estado en el set durante diez horas y estamos en mi noveno cambio de vestuario. Mis pies están empezando a palpitar, y no quiero nada más que irme a casa, pero sé que eso no sucederá pronto. Iré a otro hotel. No es que importe mucho. Mi casa ni siquiera se siente como tal. Aunque he estado allí durante un tiempo, nunca he tenido oportunidad de arreglarla. En su lugar enviaron a un diseñador y el estilo no encaja conmigo para nada. Fue hecho como mi madre les había dicho que lo hicieran, así que era más de su gusto que del mío. Su gusto es un poco más exquisito que el mío. A menudo siento que voy a dañar algo cuando estoy allí. Sin embargo, amo mi cama. Nada supera tu propia cama.
Giro levemente la cabeza, dándole al fotógrafo lo que quiere. La inclino en el ángulo correcto para esta iluminación. Debería saber cómo funciona esto, ya que lo he estado haciendo durante casi quince años. Desde que un hombre me descubrió, como ellos dicen, cuando tenía solo cinco años. Mi madre había estado tan emocionada, pero yo no tenía idea de lo que realmente estaba sucediendo.
Esta ha sido mi vida desde entonces. Saltar de ciudad en ciudad, y frecuentemente, de país a país, recordándome una vez más que ni siquiera estoy segura de la ciudad en la que me encuentro en este momento. Hago memoria por un momento, luego recuerdo que es Nueva York. Llegué tarde la noche anterior desde Londres. Reprimo un bostezo y deseo poder tomarme un descanso, pero sigo adelante sabiendo que esta es la última sesión de la noche. Me muevo descuidadamente para la cámara. Ya ni siquiera tengo que pensar en eso.
Espero que el hotel tenga servicio de habitaciones hasta tarde, o quizás pueda hacer que el conductor, Ben, se detenga por algo, aunque dudo que pueda encontrar algo saludable en un restaurante de comida rápida. Pero esto es Nueva York, seguro que puedo encontrar algo para pedir. Sin embargo, creo que el sueño podría ganar la batalla esta noche. Posiblemente me quede dormida antes que llegue la comida.
Puede que la agencia se asegure de tener más cosas de las que necesito, pero la comida no es una de ellas. No estoy segura de que lo consideren una necesidad en la vida, especialmente en mi línea de trabajo.
—Eso es todo —dice el fotógrafo. Todo el mundo comienza a aplaudir, fuerzo una sonrisa amable en mi rostro y agradezco a todos. No quiero ser grosera solo porque estoy cansada y hambrienta. Hace mucho tiempo me dije que nunca sería como la mayoría de las otras modelos exigentes y groseras que había conocido a lo largo de los años. Solía odiar cuando mi madre venía conmigo a las sesiones de fotos, porque ella podía ser así. Alrededor de los catorce años empecé a ir por mi cuenta, pero siempre con un guardaespaldas.
Me dirijo hacia mi camerino dejando libre el bostezo que he estado conteniendo. Al abrir la puerta, me congelo cuando veo a un hombre dentro. Me está dando la espalda y su tamaño es más que intimidante. Su camisa negra está apretada contra su amplia espalda. Mis ojos bajan aún más hasta su trasero y mis labios se secan. Los lamo mientras mis ojos recorren su espalda y sus piernas, pensando en cómo cada centímetro de su cuerpo está cubierto de músculos. Está claro que este hombre está en forma y se ejercita, pero deduzco que no es otro modelo, porque la mayoría de ellos son delgados y esbeltos como los nadadores y los corredores. Este hombre está construido más como un jugador de fútbol.
Se da vuelta y sus ojos oscuros se encuentran con los míos, haciendo que mi respiración se detenga a medida que los entrecierra sobre mí. Su cabello es corto, casi rapado, pero lo que realmente llama mi atención es la larga cicatriz que recorre el lado derecho de su rostro. Atraviesa su ceja, apenas rozando un ojo, y continúa por su mejilla terminando en la mandíbula. No es un corte limpio. Es irregular, y parece ser vieja, ya que no está roja e irritada.
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Niña Bonita - AR
RomanceSinopsis Mila ha modelado durante toda su vida. Descubierta cuando era joven, ha pasado su vida en el punto de mira. La fama trae tanto cosas buenas como malas, pero nunca esperó que le trajera peligro. Cuando se encuentra con su nuevo guardaespalda...