CAPÍTULO 05

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Mila

Jax se encuentra en mi camerino con los brazos cruzados sobre el pecho, inmóvil como una estatua. Mi atención continúa desviándose hacia él mientras dos estilistas trabajan en mi pelo y maquillaje. La chica de maquillaje, Kim, tiene que mover mi rostro de nuevo para seguir trabajando. Probablemente ya le he dicho lo siento treinta veces.

—No te culpo. —Me lanza un guiño de entendimiento. Dejo caer mi mirada a mis manos en mi regazo. No me gusta el tirón de celos que siento porque ella también ha notado lo sexy que es. Tengo que recordarme que no me pertenece, aunque me desperté envuelta en sus brazos mientras estaba tendida sobre su pecho, con su muy dura polla clavándose en mí.

Me quedé allí, mirándolo durante unos minutos, hasta que alguien vino golpeando a la puerta. Jax se movió más rápido de lo que creí posible para un hombre de su tamaño. Un segundo estaba sobre él, y al siguiente estaba de pie junto a la cama sacando un arma de no sé dónde. Probablemente debería haber tenido miedo, pero verlo en lo que solo podría denominar modo guerrero me hizo sentir un montón de otras cosas.

Mi cuerpo se estremeció al verlo allí de pie, todos sus duros músculos, en nada más que un par de calzoncillos ajustados. La combinación de pelo en el pecho y las cicatrices que cubrían su piel allí, me volvían débil. Me hizo preguntarme por qué los chicos en las fotos de ropa interior siempre estaban bien afeitados y eran delgados. Tengo que decir que Jax en un par de calzoncillos es la cosa más sexy que he visto en mi vida, y he estado en torno a modelos de todo el mundo.

Todavía no puedo creer las cosas que hizo a mi cuerpo la noche anterior y cómo me dormí después. Me siento un poco avergonzada por eso. Se suponía que, no sé, ¿cómo qué tenía que devolverle el favor? Gimo interiormente por lo mala que soy con todo esto.

Jax y yo no hemos tenido ni un momento para hablar de ello. No estoy segura si estoy agradecida o no. ¿Qué se supone que debo decir? "Oye, gracias por el mejor orgasmo de mi vida". Nos quedamos bloqueados por la aparición de dos personas, Rye y una mujer. Jax prácticamente me empujó hacia el baño con mi maleta y me dijo que me vistiera.

Me escondí dentro por unos buenos treinta minutos, preparándome antes de forzarme a salir sabiendo que necesitaba irme pronto. Cuando entré en la sala de estar, encontré a Rye comiendo y a la nueva mujer y a Jax susurrando entre ellos.

Jax trató de hacerme comer algo. Después de discutir durante unos minutos, me bebí el jugo de naranja y me comí un par de fresas. Por alguna extraña razón, no quería discutir delante de otras personas.

Entonces fue el momento de irnos. Jax apenas me dijo dos palabras después de eso. Necesitaba su atención, tan loco como eso suena. He sido tan independiente durante años. Normalmente quiero estar sola hasta que es hora de hacer mi trabajo. Durante los cambios suelo leer en mi teléfono, pero todo en lo que mi mente podía concentrarse era en Jax y la mujer que presentó como Cara.

Parecía más su tipo que yo. Era alta y atlética con su pelo negro azabache recogido en una coleta apretada. Es bonita, y quiero odiarla por cuán fácilmente habla con Jax, pero es jodidamente amable conmigo, y no tengo ni un solo hueso malo en mi cuerpo. Mi madre siempre dice que esa es mi debilidad. Puedo ser demasiado amable. No sabía que existía tal defecto.

—Todo bien. Creo que te tenemos lista. —Ambos estilistas dan un paso atrás, y salto de la silla. Doy un rápido vistazo al espejo antes de dirigirme hacia el estante de ropa. Agarro el primer vestuario y dejo caer mi bata, pero entonces escucho una maldición en voz alta a mi espalda. Cuando me giro, Jax está justo detrás de mí, por encima de mí.

—Todo el mundo fuera —gruñe, haciendo que todos, incluso yo, saltemos.

—¿Qué ocurre? ¿Pasa algo? —pregunto. No estoy segura de cuál es el problema. Tal vez algo nuevo sucedió con el acosador.

—Estás casi desnuda.

Miro hacia abajo. Estoy en toples y con un par de bragas, pero estaba de espaldas a todo el mundo. No es como si alguien pudiera ver nada. Además, estábamos solo yo, él y los estilistas.

—Siempre estoy casi desnuda. —Me rio. A juzgar por el tic en su mandíbula, él no lo encuentra divertido en absoluto. No se mueve ni dice nada mientras sus ojos pasean por mi cuerpo, parando en mis pechos. Sé que mis pechos son bonitos. Son un poco grandes para mi pequeño cuerpo, y son reales, una cosa rara en la industria. Doy un paso dentro de mi vestido asignado y me giro, esperando que suba la cremallera por mí. Sus dedos trazan mi piel mientras lo hace.

Cuando me giro, su mirada me quema. Se inclina hacia abajo y creo que va a besarme otra vez, pero hay un golpe en la puerta.

—Mila. El set está preparado.

Suspiro.

—Voy corriendo —grito de vuelta.

—Todavía no —dice Jax en voz baja, pero lo capto mientras camina hacia la puerta y la abre de un golpe.

Niña Bonita - ARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora