CAPÍTULO 11

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Mila

Besos llueven sobre mi rostro y lentamente abro mis ojos para mirar a Jax.

—Me quedé dormida sobre ti otra vez, ¿no?

—Duermes profundamente, niña bonita. —La preocupación se refleja en su rostro.

—Lo sé, solo estoy un poco cansada —admito. Fui de la semana de la moda en Europa directamente a Nueva York. El cambio de hora siempre me molesta. Apenas pude dormir antes que me metieran en mi próxima gran campaña.

—Vamos a cambiar eso. —Me levanta y me pone en su regazo. Pongo mi cabeza en su hombro.

—¿No quieres agotarme? —bromeo antes de besar su cuello y morderlo suavemente. Su polla se sacude debajo de mi culo.

—Siempre haré lo mejor para ti.

—¿Como robarme? —Sonrío contra su cuello. Sé que va a causar una tormenta de mierda. Mi agente y publicista probablemente están perdiendo la cabeza.

—Creo que te gustará mi casa. —Me incorporo, casi golpeando su cabeza con la mía, pero Jax tiene reflejos rápidos.

—¿Vamos a tu casa? —Casi estoy rebosando de emoción por la idea.

Sonríe y asiente.

—Me encanta lo emocionada que estás por verla. —No tiene ni idea. Estar en las montañas de Colorado en un hogar lejos del resto del mundo donde solo estamos él y yo suena como lo más maravilloso del mundo. Será mejor que tenga cuidado o puede que nunca quiera irme.

—Señor, estamos aterrizando. —La azafata se inclina para recoger su café—. ¿Puedo traerle algo antes de comenzar nuestro descenso?

—No, gracias.

Asiente educadamente antes de regresar al frente del pequeño avión.

Jax me coloca en el asiento antes de abrocharme el cinturón. Inclino mi cabeza en su hombro otra vez.

—¿Es este tu avión? —pregunto—. No sabía que los agentes retirados del FBI ganaban tanto —indago.

—No, es de Sam. Pero te conseguiré uno si quieres. Mi familia solía tener uno cuando mi abuelo viajaba mucho más, pero lo vendí después que falleció. Ahora soy más un hombre hogareño.

—Estaba bromeando. —Le doy un golpe en el costado, pero solo me topo con músculo duro. Su casa debe tener un gimnasio en alguna parte.

—Yo no —se burla de mí de nuevo. He visto el interior de suficientes aviones en mi vida, así que tener uno propio no me parece atractivo. Cuando era más joven, los viajes al trabajo eran emocionantes, pero ya no tanto.

Jax me cuenta sobre su hogar y su vida mientras crecía con su abuelo. Nunca conoció a sus padres, quienes murieron en un extraño accidente de esquí, pero su abuelo era más de lo que podía haber pedido y fue difícil de perder. Disfruto escuchándole hablar y contarme sobre su vida.

Cuando salimos del avión, hay una camioneta esperándonos. Jax abre mi puerta, ayudándome a entrar.

—Voy a tener que ir por escaleras laterales. —Se ríe. No sabía que fabricaban camionetas así de altas. Pone nuestras maletas en la parte posterior antes de saltar al lado del conductor. Todavía está oscuro afuera—. Conducir va a tomar un poco. Probablemente llegaremos a casa antes que salga el sol.

—Diablos. Estaba emocionada por ver todo.

—Tendremos mucho tiempo. Te mostraré todo. —Se aproxima y me acerca más a él. Me abrocha el cinturón y coloca su mano en mi muslo en un agarre posesivo.

Niña Bonita - ARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora