CAPÍTULO 08

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Jax

Miro las imágenes que me enviaron mientras Mila se prepara para el evento de esta noche. Me dijo que es semi casual. Escogió algo para mí de entre la ropa de mi equipaje. Un par de pantalones negros y una camisa con botones negra parecen funcionar para ella y todavía me siento cómodo. Los combino con un abrigo deportivo para esconder el arma en mi espalda.

No hizo preguntas cuando le dije que íbamos a cambiar de hotel. Todo en lo que estaba centrada era en mí. No dejó de tocarme durante el viaje en auto al nuevo hotel. Era como si tuviera una fascinación conmigo o pensara que podría desaparecer. Eso nunca sucederá. Mi pene ha bajado recientemente y estoy viendo la razón en este momento.

Las fotos que me enviaron de los paparazzi la muestran en citas que preferiría no ver. Rocé la superficie de esto cuando la tomé por primera vez, pero ahora estoy realmente hundido, y viendo una foto tras otra de ella encitas con otros hombres. Uno, Kale Cane, era un compañero de cena habitual. Las revistas y blogs de chismes juran que están en una relación y que están tratando de mantener un perfil bajo. Es un nombre que vi en la lista de invitados para el evento de esta noche.

Inhalo profundamente, tratando de calmarme. Sé que Mila dijo que era importante para ella ir a este evento. Me rendí. Espero poder hacer que cancele algunos otros que ha planeado en las próximas semanas. Estoy demasiado nervioso y la quiero de vuelta en mi casa, donde sé que puedo mantenerla a salvo. Si alguien llega a pisar mi tierra, lo sabré. Allí puedo soltarme un poco más y estar más relajado a su alrededor. Nos daría tiempo para conocernos, así que, tal vez, podría convencerla para que se quede o, al menos, que esté conmigo. Poner mi anillo en su dedo. Puede que no quiera renunciar a modelar, pero quiero asegurarme de que estemos unidos para siempre. Si esto es algo que quiere seguir haciendo, entonces no solo tendrá un esposo, sino que también tendrá un guardaespaldas a tiempo completo.

Me paro cuando se abre la puerta del dormitorio. Sale con las manos cruzadas frente a ella, casi insegura.

—Te ves impresionante —le digo. Borro la distancia entre nosotros. El vestido plateado brillante puede ser un poco corto para mi gusto en público, pero la mirada insegura que me da me hace meter esas palabras de nuevo en mi garganta—. La mujer más hermosa que he visto en mi vida. —Me inclino y la beso profundamente, hundiendo mis manos en su cabello. Su dulce sabor toca mis labios y de mala gana retrocedo antes de ir demasiado lejos y arruinar otro vestido hoy.

—Gracias. —Pasa las manos por mi pecho—. Tú tampoco luces mal. —Sé que podría estar con un tipo mejor, y no soy vanidoso, así que me importa una mierda la cicatriz en mi rostro. No me arrepiento de haberla conseguido tampoco. No cambiaría nada sobre la decisión que tomé hace años. Valió la pena. Pero sé que otros no sienten lo mismo, se tomarán fotos esta noche y ella estará a mi alcance en todo momento.

Sus ojos se vuelven suaves, y esas gruesas pestañas suyas me saludan.

—Sabes, creo que eres el hombre más guapo que he visto en mi vida —dice en voz baja, su timidez asomándose.

—Niña bonita. —Su nombre sale bruscamente.

—Es verdad. Me recuerdas a un guerrero. Mi guerrero. —No puedo evitar el gruñido que viene de mí cuando mi boca toma la suya una vez más. La levanto y envuelve sus piernas a mi alrededor mientras la clavo contra la pared. Saca sus hinchados labios de los míos—. Por favor, quiero probarte esta vez.

Deja caer sus manos y pies. Mi respiración se vuelve pesada cuando libero mi fuerte agarre sobre ella. Desliza su cuerpo por el mío, aterrizando de rodillas. Sus manos tiemblan un poco cuando alcanza mi cinturón, y no la detengo. Solo miro, no creyendo del todo que esto esté sucediendo. Joder, nunca pensé que sería tan afortunado, pero aquí está, de rodillas frente a mí. Aprieto mis manos a los lados para evitar apresurarla. Quiero esos labios gruesos envueltos alrededor de mi polla.

Mi cinturón se desabrocha. Luego, el botón de mis pantalones, seguido de mi cremallera.

—Mete la mano. Sácame —le indico. No reconozco mi propia voz, y tomo otra respiración profunda, rezando por algún nivel de control.

Se lame los labios mientras hace lo que le digo. Cuando toca mi polla jadea, sus labios se abren mientras la saca. Sus ojos se ensanchan cuando tiene su primera mirada real, probablemente preguntándose cómo encajará alguna vez dentro de ella. Pero lo hará. No me importa cuánto tiempo me lleve prepararla. Un día mi polla estará llenando su coño apretado, tomando lo que le doy hasta que me libere profundamente dentro de ella.

La cabeza de mi polla parece enojada y quiere entrar en ella. Semen gotea de la punta. Gruño cuando lame sus labios carnosos.

—Consíguelo —le digo. Me mira mientras se inclina hacia adelante. Su pequeña y rosada lengua se desliza, atrapando la gota de semen, y mi cuerpo se vuelve sólido. No me voy a correr aún. No hasta que haya envuelto esos labios completamente a mi alrededor—. Bájate el vestido. Quiero ver esos pequeños pezones rosados —ordeno. Como siempre, hace lo que le digo. No sé qué me excita más, cuando hace lo que le ordeno, o verla de rodillas frente a mí. Lo baja y sus tetas llenas se deslizan libremente—. Sigue. Tómame en tu boca.

Extiende la mano y la envuelve alrededor de mi polla.

—Nunca he hecho esto antes —admite. Juro que todo el aire de la habitación desparece por su confesión.

—Bueno. Apenas me gusta la idea que estés de rodillas para mí, y mucho menos para otra persona —le digo—. Lo prometo. Cualquier cosaque hagas será más de lo que merezco —agrego, tratando de tranquilizarla, alejar algo de esa timidez. Me da una pequeña sonrisa. Ese hoyuelo se asoma mientras se inclina hacia adelante, dándome otra lamida.

Clavo mi mano en su cabello, guiándola mientras envuelve su boca alrededor de mi polla. Gruño cuando su calor me rodea. Sus labios se extienden para meter todo de mí en su boca. Ya tengo las pelotas apretadas. Quiero venirme, pero también quiero que se corra.

—Tócate a ti misma. Aparta esas bragas a un lado y toca tu coño —digo con los dientes apretados. Ella lo hace.

Veo la mancha húmeda en sus bragas antes que las deslice a un lado, sus dedos van a su clítoris. Frota pequeños círculos sobre su protuberancia, y le agarro el cabello un poco más fuerte y bombeo dentro y fuera de su boca. Gime alrededor de mi polla, sus ojos se cierran.

—Ojos. Los quiero. —Los abre y los fija en los míos. Bombeo mis caderas más rápido. Succiona sus mejillas y se ahuecan. Nuestros jadeos y gemidos llenan la habitación. Su boca de repente sale de mi polla mientras grita, su orgasmo la toma por completo. Agarro mi mano alrededor de la que ella tiene en mi polla, apretando más fuerte. Doy dos bombeos y empiezo acorrerme, golpeando su barbilla, cuello y pecho.

Semen gotea por su cuerpo, haciendo que mis caderas se sacudan, y algo chorrea y golpea sus tetas. La miro fijamente. Está recostada contra la pared con las piernas abiertas. Se ve jodidamente hermosa marcada por mí. Caigo de rodillas frente a ella y la tiro hacia mí mientras la beso profundamente, mostrándole lo agradecido que estoy por lo que acaba de darme.

La levanto y la llevo al baño, sentándola en el lavabo del baño. Meto mi polla aún dura en mis pantalones y luego a ella en sus bragas, después froto el semen marcando sus tetas en su piel antes de agarrar un trapo y limpiarlo de su barbilla.

Voy a lavarme las manos, pero ella agarra mi muñeca. Me quedo inmóvil mientras lleva mi mano a su boca y chupa mis dedos. Gimo sabiendo que me está probando, sintiéndome más animal que hombre en este momento. No solo marqué su hermoso cuerpo, sino que ahora ella me está probando.

—Vas a ser mi muerte —aseguro, apoyando mi frente en la suya.

—Quiero más. —Hace pucheros—. Lo quiero todo. —Acaricia mi polla a través de mis pantalones, y sus ojos se ven codiciosos. Joder, quiero darle todo de mí en este momento, pero sé que este evento significa mucho para ella. Ya me contó un poco sobre la caridad. Es un evento para recaudar dinero para refugios de animales.

—Prometo que te daré todo, pero ahora tenemos un lugar donde estar. Sé que es importante para ti —le recuerdo. Sus ojos se iluminan como lo hicieron cuando me contó sobre la obra de caridad en el camino de regreso al hotel hoy.

Levanto su vestido y vuelvo a cubrir sus tetas. Se da vuelta y se mira por encima del hombro en el espejo antes que sus ojos se lleguen a los míos.

—Me veo bien amada. —Sus manos van a su cabello y nuestros ojos se fijan en el espejo.

—Lo eres.



Niña Bonita - ARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora