CAPÍTULO 02

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Jax

Me quedo completamente quieto, no queriendo despertarla mientras toma unos cuantos minutos de un muy necesitado sueño. Levanto la vista para ver a Rye mirándonos por el espejo retrovisor. Le lanzo una dura mirada para que vuelva a poner los malditos ojos en la carretera y no en nosotros. Ya sé que voy a estar escuchando mierda sobre esto cuando hable más tarde con Sam. O tal vez saldré bien parado de todo ello.

¿Qué se me ha metido? Bajo un poco la cabeza, hundiendo la nariz en la cima de la suya mientras inhalo su dulzura. Joder, este favor va a matarme. Se remueve un poco, su cuerpo derritiéndose más contra el mío, y tengo que luchar con un gruñido. Mi polla ya está dura, y he estado intentando luchar contra esta erección desde que entró en su camerino connada más que unas bragas color crema y un sujetador adornado con pequeños diamantes.

Nadie debería verse tan perfecto como ella. No importa que sea una de las supermodelos mejor pagadas del mundo. Nunca en mi vida he visto tanta perfección. Me quitó la respiración con un solo vistazo. Tampoco es solo su apariencia. Hay una dulce inocencia flotando a su alrededor, tirando de cada instinto protector que he tenido jamás. Aunque nadie que ha vivido con ese estilo acelerado de vida podía ser tan inocente, ¿verdad?

Cuando Sam me llamó ayer pidiéndome un favor, había aceptado reticentemente. No me gusta dejar mi cabaña en Colorado a menos que tenga que hacerlo. He estado escondido allí durante los pasados tres años y no tengo planes de ir a ningún lado. Era mi paraíso después de retirarme. Alzo la mano y toco la cicatriz que me recorre el rostro. A menudo me olvido de ella. No fue hasta que la mirada de Mila aterrizó ahí que recordé que la gente siempre la ve primero cuando me miran.

Ha pasado un largo tiempo desde que he estado en la ciudad y recuerdo que odio su ruido. Me paso una mano por el rostro. Paso la nariz sobre su cabello de nuevo y la calma se apodera de mí inmediatamente. Joder, esto no es bueno. He conocido a esta chica por dos segundos y ya puedo sentirla necesidad de estar cerca de ella. Tranquiliza algo profundamente dentro de mí, una inquietud que no me había dado cuenta de que estaba allí hasta que lo calmó.

No sé si quiero maldecir a Sam o agradecérselo. Tomo otra profunda respiración de su dulzura y murmura algo en sueños, dejando salir un pequeño susurro que no hace nada para ayudar a mi dolorida polla. Elijo darle las gracias a Sam, incluso con el dolor entre mis piernas empeorando por segundos.

Sam abrió una agencia de guardaespaldas justo después que ambos dejásemos el FBI. Intentó que me uniese durante años, pero después de loque se sintió una vida en el FBI y el accidente que me dejó fuera de combate durante meses, únicamente quería estar solo y regresar a mi casa en Colorado, donde mi abuelo me había criado.

Pasé los últimos años construyendo mi casa y haciendo trabajos ocasionales de consulta para el FBI. Tengo ojo para ver cosas que nadie más tiene. Me envían casos en los que están atascados. Lo reviso y les doy mis opiniones. No era como si me hiciese falta el dinero y necesitase un trabajo a tiempo completo. Mi abuelo sabía que yo no quería entrar en el negocio familiar vendiendo equipamiento de construcción. No le importó particularmente que no quisiese hacerme cargo. Siempre quiso que hiciera lo que quería, y desde que era joven me había inclinado a unirme a las fuerzas del orden.

Vendió la compañía unos años antes de morir, dejándome más dinero del que podría gastar en veinte años. Soy un hombre simple y apenas he tocado lo que me dejó, excepto para la tierra familiar donde construí mi nuevo hogar durante los pasados años, manejándolo mayormente por mi cuenta. Hay algo en trabajar con mis manos que me calma. Ahora todo en lo que puedo pensar es en pasar las manos sobre la preciosa chica que se ha movido y ahora está tumbada sobre mi regazo.

Niña Bonita - ARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora