capitulo 7

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El sol comenzaba a filtrarse por las ventanas del Castillo de Canterlot, iluminando su interior con una cálida luz matutina. En una de las salas, Twilight Sparkle y el Rey Sombra se encontraban repasando juntos antiguos manuscritos mágicos. Desde que habían compartido aquel día de diversión en Ponyville, sus interacciones se habían vuelto más frecuentes y naturales.

—¿Qué opinas de este hechizo, Rey Sombra? —preguntó Twilight, señalando un pasaje en uno de los libros antiguos—. Parece bastante complejo, pero creo que podría ser útil en ciertas situaciones.

El Rey Sombra examinó el pasaje con atención, mostrando un interés genuino en el contenido del libro.

—Es ciertamente intrigante. Parece que requiere un control preciso de la magia para ejecutarlo correctamente —observó él, con una expresión concentrada—. Pero creo que con la práctica suficiente, podríamos dominarlo.

Twilight asintió con entusiasmo, impresionada por la capacidad del Rey Sombra para comprender incluso los hechizos más complicados. A medida que continuaban estudiando juntos, se dieron cuenta de que compartían una pasión por el conocimiento y el aprendizaje, lo que fortaleció aún más su vínculo.

Con el paso de los días, Twilight y el Rey Sombra pasaron cada vez más tiempo juntos, explorando los pasillos del castillo, discutiendo teorías mágicas y compartiendo experiencias de vida. A medida que el Rey Sombra se sumergía en el mundo de la amistad y la camaradería, comenzó a experimentar un sentimiento desconocido que le desconcertaba.

Cada vez que estaba cerca de Twilight, el Rey Sombra sentía una extraña calidez en su interior, un sentimiento reconfortante que no podía explicar. La mera presencia de Twilight le llenaba de una sensación de paz y felicidad que nunca antes había experimentado. Su sonrisa, su risa, su compañía... todo ello ejercía un extraño poder sobre él que lo dejaba perplejo.

Una tarde, mientras paseaban por los jardines del castillo, el Rey Sombra observó a Twilight mientras ella admiraba las flores en flor. La expresión de asombro y admiración en su rostro lo dejó sin aliento, y se dio cuenta de que quería conservar ese momento para siempre en su memoria.

—Twilight, ¿alguna vez te has preguntado por qué las flores son tan hermosas? —preguntó el Rey Sombra, rompiendo el silencio.

Twilight se volvió hacia él, sorprendida por la pregunta.

—Bueno, algunas teorías sugieren que las flores desarrollaron su belleza como una forma de atraer a los polinizadores, pero también creo que hay algo más en ellas. Algo... mágico —respondió Twilight, con una sonrisa.

El Rey Sombra asintió lentamente, perdido en sus propios pensamientos. Se dio cuenta de que, para él, la verdadera belleza estaba en la presencia de Twilight, en su bondad, en su sabiduría, en su amistad. Y aunque aún no entendía completamente estos sentimientos, sabía que eran algo especial, algo que no quería perder.

Con el paso del tiempo, el Rey Sombra comenzó a reconocer que estaba desarrollando un vínculo profundo con Twilight, un vínculo que iba más allá de la amistad o la camaradería. Era un sentimiento nuevo y desconocido para él, pero estaba decidido a explorarlo y descubrir adónde los llevaría.


A medida que los días pasaban, el Rey Sombra y Twilight continuaban compartiendo experiencias y aprendiendo el uno del otro. Sus conversaciones se volvían más íntimas y profundas, explorando temas que iban más allá de la magia y la amistad. El Rey Sombra se encontraba cada vez más atraído por la calidez y la compasión de Twilight, encontrando en ella una luz en medio de su oscuridad interior.

Una tarde, mientras caminaban por los jardines del castillo, Twilight notó la mirada pensativa del Rey Sombra y decidió abordar el tema.

—¿Qué te preocupa, Rey Sombra? Pareces distante hoy —observó Twilight, con una mirada llena de preocupación.

Luz en mi oscuridad  🕯 |Twilight Sparkle X Rey sombra | 🕯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora