Capitulo 18

232 27 10
                                    



Twilight despertó lentamente, sintiendo el dolor punzante en todo su cuerpo. Abrió los ojos con dificultad, encontrándose en una oscura y húmeda celda de piedra. Su respiración se aceleró al darse cuenta de que estaba sola, con cadenas frías atando sus extremidades y el miedo como única compañía.

Entonces, una figura ominosa se materializó frente a ella. Era Chrysalis, la reina de los cambiaformas, con una sonrisa siniestra en su rostro.

—¿Chrysalis? —murmuró Twilight, su voz temblorosa por la confusión y el miedo—. ¿Qué está pasando? ¿Dónde está Sombra?

Chrysalis se acercó lentamente a los barrotes de la celda, sus ojos brillando con malicia.

—Oh, querida Twilight, parece que te han engañado —dijo con un tono burlón—. Ese no era el verdadero Rey Sombra. Era uno de mis leales soldados disfrazado para causar estragos en tu vida.

El corazón de Twilight se hundió en su pecho al escuchar las palabras de Chrysalis. Todo lo que había creído, todo en lo que había confiado, se desmoronaba ante sus ojos.

—¿Dónde está el verdadero Sombra? —preguntó con urgencia, luchando contra las cadenas que la mantenían prisionera.

Chrysalis se rió con crueldad antes de responder.

—Está encadenado en otra parte del castillo, esperando su destino junto con el resto de Equestria.

Con un giro de su capa, Chrysalis se dio la vuelta y se alejó, dejando a Twilight sola en su desesperación. La verdad la golpeó como una maza, dejándola en un estado de shock paralizante.

Durante lo que parecieron horas, Twilight se sumergió en sus pensamientos, tratando de procesar lo que acababa de descubrir. ¿Cómo pudo ser tan ingenua? ¿Cómo pudo caer tan fácilmente en la trampa de Chrysalis?

De repente, una voz familiar resonó desde la celda contigua. Era Sombra, su tono lleno de preocupación y ansiedad.

—Twilight, ¿estás ahí? —llamó, su voz apenas un susurro en la oscuridad—. ¿Estás bien?

El corazón de Twilight se encogió al escuchar la voz de Sombra, llenándola de una mezcla de alivio y preocupación. Sabía que tenían que encontrar una manera de salir de allí juntos, antes de que fuera demasiado tarde.





































La voz de Sombra resonó en la oscuridad, un rayo de esperanza en medio de la desesperación de Twilight. Con un esfuerzo, ella se levantó del frío suelo de la celda y se acercó a los barrotes, buscando a ciegas a través de la oscuridad.

—Sí, Sombra, estoy aquí —respondió Twilight, su voz temblorosa con el peso de la angustia—. Estoy bien, pero... estamos en problemas.

Sombra no tardó en responder, su tono lleno de determinación.

—No te preocupes, Twilight. Encontraremos una manera de salir de aquí. No permitiré que Chrysalis nos venza.

A pesar de sus palabras valientes, Twilight podía percibir la tensión en la voz de Sombra. Ambos sabían que estaban en una situación peligrosa y que necesitaban actuar con rapidez si querían escapar de las garras de Chrysalis.

—¿Tienes alguna idea de cómo salir de aquí? —preguntó Twilight, su mente girando en busca de soluciones.

Sombra guardó silencio por un momento, su mente trabajando a toda velocidad.

—No en este momento —admitió finalmente—. Pero no te preocupes, Twilight. No nos rendiremos.

La determinación en la voz de Sombra dio a Twilight un destello de esperanza. Sabía que estaban juntos en esto y que harían todo lo posible para encontrar una salida.

—Gracias, Sombra —dijo, su voz llena de gratitud—. Estoy... agradecida de tenerte aquí.

Una calidez reconfortante se extendió por el pecho de Twilight al decir esas palabras. A pesar de la oscuridad que los rodeaba, había una chispa de esperanza en su corazón, alimentada por la presencia reconfortante de Sombra a su lado.

Juntos, enfrentarían cualquier desafío que se interpusiera en su camino hacia la libertad


Los días en la celda pasaron lentamente, cada uno marcado por la incertidumbre y el miedo. Twilight y Sombra se aferraban el uno al otro, encontrando consuelo en su mutua compañía mientras enfrentaban la amenaza de Chrysalis juntos.

Una mañana, mientras la luz del sol se filtraba por las pequeñas ventanas de la celda, Twilight se despertó con un fuerte retortijón en el estómago. Se sentó de golpe, sintiendo un vacío abrumador en su interior.

—Sombra, tengo hambre —dijo, su voz temblorosa por la sensación de vacío en su estómago.

Sombra frunció el ceño, preocupado por el bienestar de Twilight. Con un gesto de su cuerno, hizo aparecer una bandeja de comida frente a ellos. Sobre ella, había una variedad de frutas jugosas, pan recién horneado y una jarra de agua fresca.

—Aquí tienes, Twilight —dijo Sombra, ofreciéndole la bandeja—. Espero que esto te ayude a sentirte mejor.

Twilight aceptó la comida con gratitud, sus ojos brillando con aprecio.

—Gracias, Sombra —respondió, tomando un trozo de pan y hundiéndolo en un tazón de frutas—. No sé qué haría sin ti aquí.

Sombra le ofreció una sonrisa reconfortante, sus ojos reflejando su preocupación por el bienestar de Twilight.

—Estamos juntos en esto, Twilight —dijo—. No importa lo que pase, siempre estaré a tu lado.

Durante los siguientes días, Twilight y Sombra compartieron las comidas, encontrando consuelo en la presencia del otro mientras enfrentaban los desafíos que se les presentaban. A medida que pasaba el tiempo, su vínculo se fortalecía, creando un lazo indestructible entre ellos.

Luz en mi oscuridad  🕯 |Twilight Sparkle X Rey sombra | 🕯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora